18.11.23

¿Qué tienen en común 1923, 1931, 1936, 1981 y 2023?

Creo que algunos españoles no saben nada de historia, y otros muchos sí saben pero se la sopla. 

En 1923 un Capital General del Ejército en Cataluña dio un Golpe de Estado, militar por supuesto, sin tocar a la figura del Rey que aceptó contento de que en aquella España "se pusiera presumiblemente el orden" militar por supuesto.

Aquel 1923 estaba a menos de siete años de 1931 y la República, un experimento fallido y lleno de torpes y de bombardeos de fuego amigo, que trajo en 1936 lo que trajo.

Entre aquel 1923 del Primer Golpe de Estado y el 1936 del Segundo Golpe de Estado pasaron menos de 13 años. Pero la historia de España no solo cambió sino que efectivamente se acabó con el desorden a base de matar a un millón de españoles y llenarnos de pobreza y tremenda desigualdad.

Yo creo que en el 2023, que salgan 50 viejas carracas franquistas, militares por supuesto, a denigrar a los españoles pidiendo un Golpe, militar por supuesto, no es para tomárselo a broma. 

Pero cada uno puede creer que las torpezas son de variado color. ¿A ti te irá mejor con un Golpe Militar?

Yo no sé si el Golpe de Estado de 1981, militar por supuesto y en esta caso fallido aunque todavía no sepamos bien por qué motivo, fue alentado precisamente para que fallara el de torpes y tontos y así evitar el gordo que se estaba preparando detrás. 

Pero sí sé que ojo, jugar y experimentar, si no se sabe bien los efectos, es mejor hacerlo con gaseosa. 


15.11.23

¿Para qué sirve militar en un Partido Político?


Se decía hoy en el Debate de Investidura de Pedro Sánchez, por parte de la líder de Sumar: Yolanda Díaz, que cerca del 90% de los españoles desconfía de los partidos políticos y eso hay que revertirlo. Añado… que sin ninguna duda. Los ciudadanos tienen una idea de los partidos políticos bastante sesgada y en gran medida equivocada.

Yo llevo algo más de dos décadas afiliado a un partido político y creo sin duda que es muy positivo que los ciudadanos se preocupen de su sociedad, influyan en el mundo de las ideas desde sus posiciones y capacidades, participen en la vida de sus comunidades desde muy cerca.

Y eso es mucho más fácil si participas en una organización pues además de informarte te abre opciones de participación muy variadas.

Nunca he tenido la sensación de que aquello no servía para nada. Es cierto que en según que épocas las intervenciones en los órganos de gestión de cada partido político es más sencilla o más compleja. Depende de muchos factores. Incluido el carácter de quien gobierna las propias organizaciones políticas.

Pero me resulta casi inasumible que se critique con tanta violencia de todo tipo a los partidos políticos, sin conocerlos de cerca, sin haber entrado nunca a uno de ellos, a una de sus reuniones. 

Lo curioso es que hay muchos partidos políticos, que no se trata de defender a uno o a otro, sino de animar a la participación seria, responsable y larga en el tiempo. Todos tenemos una parte válida para participar y ayudar.

Podría decir lo mismo de las asociaciones diversas, de las ONG, de sindicatos, de cualquier modelo de participación social. La idea de que son meras maquinarias para que vivan unos pocos es falsa. 

Efectivamente tiene que haber trabajadores fijos en ellas como en cualquier empresa. Y deben tener un cierto poder de gestión pues son en gran parte esa alma de las organizaciones, pero en realidad es la suma de todas las personas las que logran que cada pais funcione mejor si tiene un tejido social participativo.

Tenemos ejemplos cerca de nosotros, dentro de España incluso. No hay la misma cantidad porcentual de participación social en cada provincia española. No todo es igual. Depende de las necesidades, de los tiempos, de los modos.

Ajovín

Se reparten los mismos votantes. Y eso es un error para el PP


El Derecho a la Manifestación es totalmente democrático, y de eso no tengo duda. Como tampoco la tengo del mal gusto, de la idiotez de algunos, queriendo insultar mientras se manifiestas, obviando que las malas compañías no son compañías sino apegados que buscan otros beneficios.

Esto le está sucediendo al PP, que se arrima a VOX sin saber marcar bien sus espacios, sus ideas, sus puntos de fricción. Repartirse los mismos votantes es una mala idea poco práctica. Y no será fácil resolverla.

Habría que ir delimitando qué es legal y qué no lo es, en algunas declaraciones, gritos, manifestaciones públicas, pancartas, insultos, gritos, etc. Para que no haya luego tontunas diciendo que no lo veíamos venir. 

Incluso qué es ético, estético o peligroso y salvaje. 

Se empieza insultado a Pedro Sánchez, luego a todos los socialistas, tras eso al Rey, luego a la Democracia, después al PP y a ciertas religiones, tras eso o antes a los medios de comunicación o a la policía que obedece. ¿Qué seguirá?

Algunos eslóganes de ayer mientras alzaban muñecas de plásticas como si fueran ministras del PSOE no dejan duda.: “PSOE, PP, la misma mierda es”, “Moros no, España no es un zoo”, “España cristiana y no musulmana”, “Prensa española manipuladora” o "Ayúdanos Europa". ¡¡Uff!!

No me preocupa el PSOE actual, sino el PP que salga de estos líos, pues en España se necesita al PP para una vida normalizada. Y la sensación no me gusta.

13.11.23

España en Encrucijada: Reflexiones sobre el Futuro de la Amnistía


Vivimos tiempos desafiantes para comprender el presente y aún más complicados para vislumbrar el futuro de España. Algunas decisiones de un Gobierno que parece poco receptivo a escuchar a sus ciudadanos no son de mi agrado, y resultan difíciles de asimilar.

En política, la estética también cuenta: las formas y maneras de tratarnos y relacionarnos entre todos son importantes. Estos aspectos son fundamentales para comprender la dirección que tomamos como sociedad. 

La falta de transparencia, los secretos y la ausencia de explicaciones claras convierten a las democracias consolidadas en espacios de manipulación.

Quienes ostentan el poder lo hacen —al menos en teoría— porque así lo hemos decidido la mayoría. Por lo tanto, se nos debe una explicación clara en las decisiones significativas, ya que su poder y representatividad provienen de nosotros. Entregarnos el silencio o explicaciones escasas y premeditadas en sus cocinas de Comunicación, no favorecen la confianza en nuestra democracia.

Yo estoy a favor de la amnistía y lo he dejado dicho mucho antes. Pero no así. 

Los precios de lo que adquirimos también importan. Una ley tan crucial para la salud democrática de España no puede surgir como un simple intercambio de favores.

Es imperativo discutirla, reflexionar sobre ella, negociarla entre diversos sectores y, lo más importante, someterla a votación al menos en el Congreso de los Diputados cuando no entre todos los españoles. Especialmente cuando muchos ya piensan que dentro de la Ley hay cuestiones laterales que deben abordarse con reflexión.

Nos enfrentamos a un futuro que, de manera engañosa, nos presenta una dicotomía entre la ultraderecha y el socialismo de Sánchez. Sin embargo, hay muchos matices en todos los territorios e ideologías de la España actual. Y los que representamos estos matices no podemos ni debemos permanecer en el silencio ni admitir que no hay otras opciones.

Es innegable que el PP ha cometido errores tácticos al aproximarse a su contrincante VOX, y el PSOE como partido parece estar adormecido desde el abrupto despido de Pedro Sánchez en 2016. Aunque dimitió en ese momento, sabe que repetirlo ahora es imposible.

Ante la disyuntiva de pensar si Pedro Sánchez es ineficaz o si busca pasar a la historia envuelto en torpezas que cree se olvidarán con el tiempo, me inclino por la segunda opción. Pero es un error y un gran riesgo.

El precio social que España tendrá que pagar por estas semanas será complicado de asumir, pues incluso si la futura Ley de Amnistía, que aún desconocemos en sus detalles, es impugnada ante el Tribunal Constitucional, ya habrá generado daños colaterales difíciles de reparar.

La historia, casi siempre, se escribe a base de errores, algo similar al ajedrez, donde gana quien comete menos equivocaciones y acude a la partida mejor preparado.

Ajovín