27.11.22

Los muros no separan, dividen


Hay muros creados para protegernos de los que creen los muros. Y otros muros que lo que logran es crear miedos, peligros añadidos, sensaciones de diferencias sociales, para encerrar en su interior a los peligrosos en relación a los que están al otro lado del muro.

En realidad todos los muros dividen, y al final nunca se sabe quién queda dentro y quién se queda fuera, excepto por el nombre del constructor del propio muro.

Es importante saber en qué lugar se posiciona quien manda construir el muro, para saber realmente a quién y de quién están separando. Y a partir de esa apreciación, tomar decisiones.

La viñeta —genial— es de El Roto para El País.


18.11.22

Por una opción liberal y republicana


Ante mi estupefacción en un programa de los que fijan opinión enlatada Celia Villalobos se declaró republicana. ¡¡Uff!!

Leonardo Padura, en Página 2, citó que sus libros que protagoniza en mayor parte al detective Mario Conde y son grandes frisos de la evolución de la sociedad cubana, no se presentan en La Habana ni se le invita como tertuliano en la tele post-Castro liderada por un descendiente de asturianos que ¿se llama cómo? Sí que los libros circulan pirateados y clandestinos. 

Afirmó asimismo que si se producen cambios en Cuba tendrán que ser liderados por jóvenes cuya identidad hoy se desconoce, quizá protagonistas de la evolución de su sociedad por azar o por incubados desde la Iglesia Católica –apunto yo-, pero que no se pueden esperar ni revoluciones ni siquiera evoluciones a según qué edades, las nuestras, porque no estamos ya para esos trotes.

Ambos me hicieron pensar en por qué sistemáticamente han sido abortadas, o no se han considerado suficientemente españolas, opciones políticas que nos harían un país menos frentista, más culturalmente desarrollado. Tales como la conservadora “Agrupación al Servicio de la República”, generada desde la iniciativa para la acción política de Ortega y Gasset, el doctor Marañón y el originalísimo Pérez de Ayala, ese Apollinaire madrileño con todo de Proust.

Pero no era eso, no era eso (la república a la que platónicamente pretendían servir), clamó Ortega el año 32 y pocos de ellos formaron parte activa del Frente Popular. No consiguiendo reproducir un partido cercano al republicanismo francés de De Gaulle o el alemán de Adenauer, estos intelectuales formados en las universidades tedescas. Como se dice ahora, fundaron un partido sin implantación en el territorio.

Cómo superar el carpetovetonismo, el frentismo, el voto contra el otro; cómo dejar de lado en Francia, que nos respinguen y hablen directos con Putin; en Estados Unidos, el excesivo culto a la libertad que deja varado a un enorme porcentaje de su población que ni siquiera computan como parados; en Japón, el tufo a feudalismo piramidal de su estructura de corporaciones, relevante incluso en que el servicio previa inclinación del mayordomo o “salary man” se sustituya por una robótica sumisa que necesitará a siete samuráis si le meten el genoma de la infelicidad y la insatisfacción. “Blade Runner” se halla próximo en moralejas a “Juego de Tronos”.

Quizá sea que haya que ir todo a estribor, como decía el poeta ovetense de familia republicana Ángel Gónzalez, vayamos para variar a todo amor. 

No por nosotros mismos, traducido en voto de castigo al diferente por odio. Sino a través del ejercicio del amor íntimo en los espacios públicos, o la vida tiene traza de que devendrá nuevamente opresiva. Por limitada, por enconada, porque en las redes se puede insultar sin pensar antes en lo que se insulta.

Quizá fuera mejor ni mencionar el amor porque es una carga frágil, un camión de cerámica de Muel con las piezas únicamente protegidas por bastidores de palé y aquel tejido vegetal como de cáñamo o esparto o capitana que separaba los platos o jarrones, envueltos en hoja recia y heráldica.

Pero lo haremos como vocablo superador de nuestro abandono. Siquiera fuera porque la única justificación del acto de vivir, paréntesis entre dos oscuridades, sea sentir y amar, vivencias superadoras de la cotidiana individual, de la familia como comodín de todas las actitudes mafiosas. Dejar patrimonio a la sangre, a los que también van a morir. Endiosamiento bendecido por cualquier credo.

El final de cualquier amor es una muerte en vida, sucede cuando dejamos o nos dejan y se cierra un segmento más corto que ella; sucedió con las opciones citadas a las que les dolía España; sucede con el desengaño por frotamiento con la estructura burocrática de una organización sin ánimo de lucro; con una convención religiosa basada en una fe que se despacha como solución universal que se desborda a sí misma, en que se pasa a prohibir a los demás las acciones que se hayan podido elegir como acto de renuncia propia. Recetando, despachando y administrando.

Sí, Padura, me gustaría que tuviéramos la opción de votar a un partido de centro derecha no reconquistador, simplemente que procurara una mayor eficiencia en la administración de recursos sin que se produzcan bajas por abandono de desamor.

Ello no es posible, qué cruz, qué expresión de vida incompleta por trucada. Supongo que no la votaría pero es que no me lo puedo ni plantear, tengo que, si voto, votar contra, como amar en el casi, como no poder ser expansivo más que comiendo, ni ser aragonés en mi siglo.

18.11 Luis Iribarren


¿Perspectiva de Género ante las sentencias?


No damos tiempo a recuperarnos de una, cuando ya nos viene la siguiente. El error de la Ley llamada "Sí es Sí" es de preescolar y solo es entendible o bien por la cabezonería de alguien que creía que mandaba mucho y no quiere reconocer sus errores, o por una mala selección de sus asesores que no se dieron cuenta del error. 

O incluso por el silencio cómplice de quienes se dieron cuenta de que esto iba a suceder y e callaron para que sucediera. Puestos a ser mal pensados, puede suceder cualquier cosa.

Lo curioso es que nos parezca lo correcto el no asumir las equivocaciones, y a cambio nos dediquemos a insultarnos los unos a los otros.

No me imagino verme en España ante una situación similar, pero con un poder insultando al otro…, si cambiáramos a los sujetos. 

¿Periodistas diciendo que los políticos son machistas y se saltan la ley? 

¿Militares diciendo que el Gobierno es idiota y no dicta sentencias bien, por no tener perspectiva de género?

¿Nos damos cuenta de lo que a veces decimos? 

¿Desde cuándo es lógico decir que las sentencias deben ser distintas… según el género de quien comete el delito? 

Sería tanto como decir que las penas deben ser diferentes según cualquier otro criterio que dictaminen los tiempos, y entonces ese concepto de la Ley: "igual para todos", nos la habríamos saltado a la torera, por no decir a la mierda.

¿Perspectiva de Género ante una sentencia de un delito? ¿Y por qué no perspectiva de riqueza, de oportunidad, de importancia social, de procedencia geográfica, de cargo político, de ser miope? ¡Uff!

 

12.11.22

¿Qué es España? ¿Qué queremos que sea España?


La España actual está condicionada por varios aspectos que nos parecen imposibles de cambiar, posiblemente el primero, que somos incapaces nosotros mismos de querer entender la complejidad de España. Deseamos una España imposible y no hacemos ningún esfuerzo por entender la que sí es posible.

Hay muy pocos países grandes en sus aspectos históricos, de tamaño o económicos, que sean balsas de aceite. Incluso tal vez deberíamos sospechar de esas calmas ficticias, o de si eso es positivo o negativo. España es como es, y entenderla debería ser el primer ejercicio para ponerla en valor.

Ni EEUU es un país único y unido, ni lo es Bélgica, Suiza, Italia, Reino Unido o Alemania, aunque nos lo parezcan. Simplemente con viajar por estos países unas semanas nos sirve para detectar que lo que en España nos parece un problema de convivencia, allí es una realidad asumida, aceptada y transformada en positivo en muchos casos.

En muy pocas semanas he estado en Salamanca, Martorell, Zaragoza, Teruel, Cádiz y Sevilla. No tienen nada que ver. 

Se nota incluso en los carteles de las paredes, en sus actividades culturales, en sus tertulias, en sus modos de organizarse el día. 

Eso no es disfunción, sino riqueza patrimonial, realidad multiplicadora, modos históricos de vida que como a veces no se nota mucho a simple vista, queremos mutilar o suprimir. Un absurdo.

Los aragoneses somos diferentes ante los problemas o las necesidades de lo que son como sociedad en su conjunto los vascos o los canarios (por poner ejemplos). Y no entiendo que se desee lo contrario. Generalizar ante lo negativo es un error de concepto que nos llega a la debilidad. 

¿Por qué no generalizamos —si nos sentimos incapaces de no hacerlo— ante lo bueno… y no ante lo malo?

Dentro de 500 años es posible que España ya no exista. Son notas históricas que se van repitiendo con el paso de los tiempos. Pero nadie es capaz de intuir qué podríamos ser. Digo 500 años por no decir, 1.200 u 89 años. Nadie lo sabe.

No se trata de anclarnos en lo que creemos que somos, sino en lo que debemos ser por tradición e historia sociológica. 

Somos íberos, somos romanos y árabes, somos mezcla —incluso y posible— judía, musulmana y cristiana. No sabemos bien quién es más de qué. Pero cuando se mezclan civilizaciones durante siglos en el mismo espacio, es lógico suponer que somos todos una mezcla. Y que lo seguiremos siendo.

Somos leves pájaros de paso, y si no somos capaces de construir nada nuevo, seremos además torpes aves de paso que no dejamos más que si acaso cagadas, guano. 

¿Quienes somos nosotros para juzgar si lo que cada uno de nosotros desea, es lo único bueno?

Ajovín