20.7.10

Los políticos en España están mal vistos. Mal vamos.

El uso e incluso abuso que se hace en este santo país desde los medios de comunicación hacia los políticos nos traerá más problemas que alegrías, y lo comenta este servidor que apuesta por la trasparencia pero sin el descaro de intentar que sean los políticos —como seres humanos que también son, aunque no se les brinde ese favor— los únicos que tienen que ser inmaculados y además parecerlo.
El caso Bono es el último ejemplo de lo que comento, detrás quedan decenas y quedarán otras más. Pero en el camino se apena los mejores, asustados y preocupados de que se trate tan mal a las personas que deciden entregar parte de su vida al servicio de todos.
La inmensa mayoría de los políticos jetas lo serían mucho más en la empresa privada. Hay muchos más delincuentes por metro cuadrado en la vida privada, en los servicios privados que en lo públicos. Los mayores sueldos, inmensamente mayores, se dan en las empresas privadas. Las mayores trampas y aplaudidas con gracias se dan en las empresas privadas. Los descontroles absolutos, los asesoramientos para el fraude, las cuevas en donde todo se esconde, los desfalcos diarios en la justa medida para no ser delito, el medrar y el desmadre se da en la vida privada.
Queremos los mejores políticos para que resuelvan nuestros problemas, y los queremos inmaculados y a precio de saldo. Además deseamos controlar todo lo que hacen ellos, sus parejas y sus hijos, junto a sus abuelos si se tercia y amenazamos con hacer público el mínimo detalle que no encaje en alguien de su familia. Les espetamos a la cara sin respeto que son unos ladrones por un café que no pagan, obviando que los ladrones son otros, obligando al político a estar o asustado o desaparecido o dimitido. Somos una sociedad poco inteligente, de veras.

18.7.10

Unas cuantas frases de Jaume Perich.

Estaba leyendo por Internet y he visto un par de frases de estas que quedan bien guardar para sacar a relucir alguna que otra vez que quería compartir.

- Un optimista es el que cree que todo tiene arreglo. Un pesimista es el que piensa lo mismo, pero sabe que nadie va a intentarlo.
Es una frase pesimista en si misma, lo cual le resta veracidad, pero me siento bastante identificado.
- Gracias a la libertad de expresión hoy ya es posible decir que un gobernante es un inútil sin que nos pase nada. Al gobernante tampoco.
Esta es una de las cosas que más he intentado explicar. Hoy en día somos capaces de hacer manifestaciones y concentraciones, de llenar los periódicos de verdades y críticas feroces y razonadas. Somos libres de hablar. Pero al final, no sirve de nada. Algo estamos haciendo mal, pues la libertad de expresión sólo se usa como espejismo de libertad.
- Todo el mundo desea ser feliz, pero no que lo sea todo el mundo.
Otra pesimista, pero que encierra en gran parte una problemática humana. Nadie lo aceptará, y no todos somos así (yo al menos intento no incluirme), pero una parte del mundo (y a menudo los más poderosos) piensan así.
- La caridad es la única virtud que precisa de la injusticia.
Mención especial, y razón de este post. Muchas veces los liberales defienden que no hace falta el socialismo porque la caridad ya dará cuenta de un cierto reparto de la riqueza. No entienden, al menos no como yo, que el socialismo no quiere repartir la riqueza para hacer a los pobres más ricos por caridad, por pena, sino por que pensamos que, justamente (por justicia), nadie debería ser pobre, nadie lo merece. Y si existe caridad, si existe una necesidad de redistribución, es justamente porque previamente ha habido un fallo en el reparto de algo más etereo que el dinero, y a vecesmás dificil de conseguir: La justicia.

Un saludo.