26.9.11

Claves para que una discusión de pareja o amigos, no termine en un problema o pelea seria

Todos discutimos con nuestra pareja, con nuestros amigos y compañeros, lo que no quiere decir que las discusiones dejen huella y heridas. Es cierto que casi nunca se pelea uno por el motivo real por el que se comienza la discusión, que casi siempre hay debajo motivos que no se dicen en la discusión, motivos escondidos, tapados, que hacen que la discusión se vuelva en pelea por no ser claros y calmados. No hablar calmadamente de aquello que nos molesta cuando realmente sucede, callarnos y aguantar pensando que no es importante aclararlo nos conduce a ir subiendo nuestro nivel de aguante hasta que se desborda y entonces la discusión es más seria. Tal vez sea mejor ir aclarando los pequeños problemas según se van produciendo y no dejar que se enquisten y se conviertan en grandes problemas o que la capacidad de aguante se vea rebosada y se explote.

Hay que ser responsable de nuestros actos, asumir que nos hemos equivocado o que simplemente nuestra pareja o amigos quieren que seamos de otra manera e intentar cambiar. No se trata de buscar aquí culpables sino de asumir responsabilidades y adaptarlas a lo que nuestra pareja desea de nosotros. Y si realmente nos hemos equivocado, un perdón sincero y un propósito de enmendar actos es más que suficiente.

En la peleas y discusiones no se gana, nadie debe intentar ganar pues contra más se enconen, más seguro es que ambos saldrán perdiendo. Lo importante no es ganar una discusión sino resolver el problemas, modificar las conductas que genera la tensión. Hay que salir de una pelea con el propósito de ser mejores ambos, de modificar maneras y de respetarnos y querernos más.


En una discusión hay que mantener SIEMPRE las formas. El respeto nunca se debe faltar, pues luego queda esa herida durante muchos años. El insulto, el echar en cara, la socarronería deben desterrarse. Nunca gastar bromar verbales en una pelea pues se tomarán como verdades que hacen mucho daño. Mucho ojo con lo que se dice, con lo que echamos en cara dentro de una discusión. Ojo a lo que decimos y a cómo lo decimos, mucho ojo con sacar a terceras personas en plena pelea. Prohibido subir el tono o gesticular excesivamente, pues ambos están mucho más sensibles a los modos.

Es cierto que tras una pelea o discusión se debe intentar cambiar algo, pero no se ponga la meta de conseguir un cambio profundo, pues esto es imposible. Cada uno somos como nos han conocido al elegirnos, excepto que hayamos cambiado profundamente en nuestro camino de convivencia. A veces los cambios que pedimos no son justos, no son lógicos, no los pediríamos para nosotros mismos. Es bueno hablar los temas que producen fricción, pero no esperamos milagros sino pequeños cambios que poco a poco vayan surgiendo efecto. Si forzamos mucho lo que se pide, al final se puede romper la cuerda del afecto.

Recuerda que por cada cosa negativa que sucede en una relación entre parejas o amigos, seguro que hay al menos cinco que merece la pena recordar y valorar. Si damos más importancia y dedicación a esa situación que no nos gusta e vez de disfrutar de las cinco cosas que nos agradan y nos hacen disfrutar, iremos por el camino de la ruptura y no del de la valoración humana. Hay que saborear cada momento que os une, cada rato de vida en amistad o juntos, cada situación que compartimos.

Y recuerda para finalizar que tras una discusión de pareja o de amistad debe salir un acuerdo de convivencia, de relación, de modificar hábitos, de intentar convivir mejor. Hay que analizar qué es lo que ha sucedido para llegar a ese momento de tensión, para corregir y evitar su repetición. Y sobre todo hay que ser sinceros en la defensa de cada postura. No es fácil saber emplear una pelea en encontrar los motivos de mejora, pues no nos han enseñado a ello, pero hay que intentarlo. Estamos más preparados para intentar ganar una pelea que para intentar construir a través de ella un edificio más seguro y potente, pero a todo hay que aprender en la vida.

25.9.11

Tienda de ataudes en Akaki Kaliti, Etiopía. ¿Podemos ayudar en algo?

Os dejo una imagen del mercado local de la ciudad de Akaki Kaliti en Etiopía. Una ciudad muy cercana a la capital, con casi 200.000 habitantes dentro de la urbe, que goza de muy diversos contrastes pues dispone también de bastantes empresas al estar cerca de la gran capital, pero a su vez sigue conviviendo en su interior con la pobreza más extrema. Junto a la telas más lujosas y coloridas de su mercado se pueden ver los ataúdes, eso si, forrados en su interior con lujosas y vistosas telas.

Etiopía cuenta con un nuevo centro de salud desde 2011, el Saint Gabriel Health Center, al sur de la Región Metropolitana de Addis Abeba, financiado por el Gobierno de Aragón, el Ayuntamiento de Zaragoza y la Fundación Canfranc con 228.000 euros. Este centro de salud también ha contado con la colaboración de la Agencia Española de Cooperación al Desarrollo, el Gobierno de Valencia y la ONG Fundación Promoción Social de la Cultura, con una aportación total de más de 700.000 euros.
El nuevo centro de salud se encuentra ubicado en la subciudad etíope de Akaki-Kaliti, al sur de la Región Metropolitana de la capital Addis Abeba, ciudad que cuenta con una población muy empobrecida de unas 200.000 personas, y donde no existía ningún centro de salud
Gracias a este proyecto se puso en marcha la Unidad Materno Infantil del Centro, donde se va a dar cobertura sanitaria a más de 8.000 personas, principalmente mujeres y niños, de los kebeles 11 y 12/13 de Akaki Kaliti.

Además, se pone a disposición de la población de Akaki Kaliti una Unidad de Tratamiento de Tuberculosis construida y equipada por el Gobierno de Aragón y el Bloque de Recepción y el Despacho de Farmacia construidos por el Ayuntamiento de Zaragoza. El Saint Gabriel Health Center está gestionado por la Ethiopian Catholic Church Social and Development Commission y formará parte de la red del sistema público de salud de Etiopía a través de un sistema de conciertos.

La ciudad de Akaki Kaliti se encuentra al sur de Addis Abeba y consta de ocho Kebeles. Akaki Kaliti sub ciudad es una zona industrial de Addis Abeba, donde un 60% de las industrias de la capital se encuentran. De acuerdo con funcionarios de la ciudad sub hay más de 300 industrias con mano de obra estimada en 80.000 personas.

Hay cuatro kebeles con unas infraestructuras muy pobres, como escuelas, instituciones de salud con alta prevalencia de la pobreza inducida por problemas socio-económicos tales como el VIH y el SIDA, prostituciones, mendicidad, etc. La mayoría de las personas que viven en Akaki Kaliti lo hacen de la agricultura (aunque también hay un número relativamente alto de plantas industriales, principalmente para el procesamiento de textiles, alimentos, minerales y metal), sin embargo, la infraestructura industrial de Akaki Kaliti es muy anticuado y producen muy poco beneficio sus empresas.

Hoy casi un 70% vive de la agricultura y hay que tener en cuenta que el 36% de los habitantes de Akaki Kaliti viven por debajo del nivel de pobreza según los parámetros de Etiopía. El ingreso mensual promedio de un obrero industrial es de 200 Birr etíopes, que al cambio es igual a unos 20 euros, pero es una moneda con gran fluctuación tanto en su cotización internacional como en cuanto a los salarios que se reciben, que se modifican por los cambios que el propio gobierno etíope introduce en su economía. Eso es un sueldo para quien tiene trabajo en una industria que solo lo alcanzan los jóvenes hombres y algunos profesionales con experiencia. La creciente migración rural-urbana hacia la capital por un aumento continuo del desempleo, dejé en 2005 un paro del 40% aun con toda la migración constante de jóvenes sobre todo. Particularmente afectados por este escaso desarrollo son las niñas y las mujeres, que con el fin de sobrevivir a menudo entran en la prostitución como último recurso. El 97% de sus habitantes son cristianos ortodoxos y un 2% musulmanes. Los tres mayores grupos étnicos que conviven en Akaki son los Oromo (81,24%), los Amhara (17,1%), y el Werji (0,81%), El idioma oromiffa se habla como primera lengua por 81,42% mientras que el 18,14% habla amárico.