4.1.12

Sin periódicos y periodistas no seremos libres

Hoy he comprado el periódico Público. Lo compro de vez en cuando, tal vez algo menos que El País o Heraldo o Periódico de Aragón. No es fácil consumir en estos tiempos todas las cabeceras que sabes pueden tener serias dificultades y además son periódico que deben salvarse, que no es fácil asumir que se pierdan en la nada.

Son tiempos de pérdidas de variado tipo, de graves dificultades, de adivinar y atreverse tal vez en busca de la solución personal para cada caso. Los medios de comunicación por internet y la gran bajada de la publicidad por efecto de la crisis pero también de su cada vez menor rentabilidad como medio de aumentar el consumo, está dejando muy heridos a los medios de comunicación, sean digitales o sobre papel.

No es fácil adivinar el futuro, no lo es apostar por lo que quedará tras esta década convulsa. Mientras tanto hay que seguir luchando por sobrevivir con una mano, y adivinar el futuro con la otra. Y trabajar mucho por hacerlo posible o crear la solución.

Algunas voces hablan del final del papel, yo creo que no es sencillo y rápido el morirse, por desgracia a veces. El impulso a tecnologías digitales es tremendo y podemos estar en las puerta de grandes cambios tecnológicos y de uso. Pero tal vez el cambio debe ser más de contenidos, de mezclas, de más servicios por lo mismo. Tal vez con menos información que hoy ya no tiene el mismo valor en el papel que hace una década y sí en cambio más opinión que sigue conservando un gran valor de posicionamiento.
Tal vez haya que saber mezclar el acceso del periódico en papel con el servicio libre hacia internet. Y conjugar contenidos variados entre los dos sistemas, diferentes pero complementarios, el papel como opinión y el digital como información rápida. Hasta ahora esa diferencia se intenta minimizar y tal vez eso no sea lo correcto.

La sociedad necesita a los periodistas. Todavía más que a los periódicos. Pero sin cuevas desde donde escribir y publicar, los periodistas no tienen sentido. Por eso deben crear garajes personales desde los que seguir comunicando, pero… ¿gratis? No hay solución sencilla, pero la necesidad obligará a seguir caminando en busca de la salida, de la solución.

Eres rico, y lo peor es que no lo sabes

Yo sé que esto que te voy a decir no estás de acuerdo, pero piensa un poco más, pues no intento acomodarte ante el desastre, sino que valores correctamente lo que cada uno tenemos. 

Tú ya eres rico.

Mira, de verdad, si me estás leyendo, ya eres rico, tienes la surte de disponer de acceso a mucha información, a muchísima más de la que podía acceder hace unas décadas el bachiller mejor preparado. Pero además tienes la suerte de poderte comunicar con miles de personas sin levantarte de la silla, algo que no pueden hacer miles de millones de personas en este mundo. 

El coste de esta comunicación de esta acceso es mucho más alto que el coste de la alimentación de miles de millones de personas en el mundo. Tienes acceso a información sobre la salud, algo que la mayoría de las personas no tienen.

La violencia en medio mundo es brutal, la vida no vale lo mismo en todos los sitios. En algunos nada. La edad media en muchos países no llega todavía a los 50 años. En alguno supera por poco los 40 años de edad. ¿Cuántos tienes tú? ¿cuántos te quedarían en esos países?

¿Tienes sed?, pues si, acudes al grifo y como poco en tu hogar tienes agua nada más abrirlo. Si, además tienes un hogar en la mayoría de los casos o la posibilidad de volverlo a conseguir si lo has perdido, algo que se da en muy pocas ocasiones aunque siempre muy dolorosas y terribles.

Si, es cierto, es posible que no seas tan rico como desearías, pero eso es otro asunto. Quieres ser MÁS rico, bien, es lógico, es el mejor método para que la sociedad crezca, que cada uno intentemos ser mejores y más. Pero eso no nos evita pensar que ya somos mucho.

¿Te gusta la música?, pues si, la inmensa mayoría de las personas no tienen acceso a la música cuando les apetece. Ni al Arte, ni a la lectura, ni a la televisión o la información. Es indeseable que sea así, pero lo es y nos debe servir para valorar más lo que SÍ tenemos.

Decía Séneca que no es pobre aquel que tiene poco, sino el que desea tener más.