24.2.12

El público de izquierdas nos quedamos sin Público. Otra noche de cava para algunos

El anunciado y temido cierre del diario Público es una muy mala noticia para la libertad de prensa, para la España inmersa en una crisis que ni ella misma entiende bien, para un sector político progresista poco inteligente que tras unos años en el poder ha visto como sus aliados en los medios de comunicación se deshacían en migajas o se rompían en mil pedazos. Zapatero hizo algunas cosas bien, otras mal, pero sin duda en su debe estará el final de varios medios de comunicación que desde ideas progresistas no han logrado sacar la cabeza del barro.

Se me dirá con toda la razón que no es nadie un Presidente del Gobierno para cuidar que empresas privadas vayan bien o mal en sus negocios, en sus decisiones empresariales. Es cierto esto. Tan cierto como la derecha sabe hacer todo lo contrario sin que se note en absoluto. Tan cierto como que los poderes fácticos (qué palabro tan viejo, joder) saben organizarse aun siendo menos, con el dinero de todos, con los beneficios de sus trabajadores, para presionar hasta conseguir aquello que les va bien para sus intereses, que curiosamente nunca son los de la mayoría.

Tontos nosotros lo justo, todos. Pero si algunos son más tontos que otros, sin duda, la izquierda se lleva la palma y los aplausos. Está el cementerio lleno de bellísimas personas, maravillosas ideas, limpios y relucientes proyectos. Pero es el cementerio, en donde solo descansas los muertos. Los vivos siguen siendo chapuceros, sucios, feos, pero les importa un pito ser unos guarretes listísimos pues simplemente están vivos. Público se va por que entre todos los que ahora le alabamos su posición no lo hemos comprado. Cierra por no ser rentable ante un público trabajador que no tiene sobras para ir gastándose en cultura e información pero sí en otros menesteres. Somos así de listos, ni poco ni mucho, simplemente así.

Los parados de larga duración deben salir del abatimiento y la derrota

Ayer en el Inaem (febrero de 2012) en una reunión informativa, se nos insistía a los presentes, unas 35 personas desempleadas, de la importancia de poseer un CV personalizado y perfectamente construido, que había que modificar según a la empresa a la que se enviaba  Y se informaba que en las mismas oficinas te podía ayudar a crear los CV si no se tenían, o revisar los que ya estuvieran creados para modificarlos si hiciera falta y ayudar a tener correos electrónicos para quien tampoco los tuviera e incluso poder mandar los CV desde los ordenadores del INAEM.

Todo lógico en un servicio básico de búsqueda de empleo, que por cierto en Aragón quiere demostrar que por fin se está modernizando un poquito.

Pero lo que me resultó más curioso es la desgana, el abatimiento, la derrota de las personas que asistíamos a todas estas posibles ayudas básicas para la búsqueda de empleo, en donde se insistió además de la importancia de ampliar la formación, de buscar cursos que ahora se facilitan mucho más a través de internet y que además se plantea poner tutores personalizados para quien lo solicite, para ayudar a quien no se maneje todavía con las nuevas tecnologías. 

Se insistió del valor de conocer de manera básica al menos, el manejo de informática básica pues para los trabajos más sencillos se exige un conocimiento elemental.

Pero vuelvo a la sensación. O somos capaces de salir del abatimiento, de la derrota personal, o no es posible salir del desempleo de larga duración. 

Se nos puede ayudar, se nos puede tutelar y apoyar con más formación, pero lo fundamental es que cada uno seamos capaces de dar el paso para asumir que hay que pelear de nuevo; que es posible; que nada es sencillo pero tampoco imposible.