24.2.12

El público de izquierdas nos quedamos sin Público. Otra noche de cava para algunos

El anunciado y temido cierre del diario Público es una muy mala noticia para la libertad de prensa, para la España inmersa en una crisis que ni ella misma entiende bien, para un sector político progresista poco inteligente que tras unos años en el poder ha visto como sus aliados en los medios de comunicación se deshacían en migajas o se rompían en mil pedazos. Zapatero hizo algunas cosas bien, otras mal, pero sin duda en su debe estará el final de varios medios de comunicación que desde ideas progresistas no han logrado sacar la cabeza del barro.

Se me dirá con toda la razón que no es nadie un Presidente del Gobierno para cuidar que empresas privadas vayan bien o mal en sus negocios, en sus decisiones empresariales. Es cierto esto. Tan cierto como la derecha sabe hacer todo lo contrario sin que se note en absoluto. Tan cierto como que los poderes fácticos (qué palabro tan viejo, joder) saben organizarse aun siendo menos, con el dinero de todos, con los beneficios de sus trabajadores, para presionar hasta conseguir aquello que les va bien para sus intereses, que curiosamente nunca son los de la mayoría.

Tontos nosotros lo justo, todos. Pero si algunos son más tontos que otros, sin duda, la izquierda se lleva la palma y los aplausos. Está el cementerio lleno de bellísimas personas, maravillosas ideas, limpios y relucientes proyectos. Pero es el cementerio, en donde solo descansas los muertos. Los vivos siguen siendo chapuceros, sucios, feos, pero les importa un pito ser unos guarretes listísimos pues simplemente están vivos. Público se va por que entre todos los que ahora le alabamos su posición no lo hemos comprado. Cierra por no ser rentable ante un público trabajador que no tiene sobras para ir gastándose en cultura e información pero sí en otros menesteres. Somos así de listos, ni poco ni mucho, simplemente así.