14.4.15

Prohibido pensar, no vayamos aprender

Deberíamos votar cada tres meses, para que los políticos con despacho estuvieran siempre acojonados. Las promesas serían superiores y muy originales, como esa de Extremadura: dar 300 euros al año a las viejecicas extremeñas para animarlas a votar, por lo que han sufrido en su vida.

Los españoles no sabemos bien si mandar a cascala todo el sistema y votar en tropel a los nuevos, o volver a acojonarnos y no ir a votar o votar a los tramposos de siempre. Hay un término medio, votar a los que hasta la fecha nunca han hecho trampas pero sí han gestionado antes, pero es que son tan pocos que no en todos los sitios es posible.

Al final se impondrá lo lógico, lo que quieren las empresas del Ibex35 que son las que mandan. Nos repartirán un poco de pan y algunos partidos de fútbol y nos convencerán de que ponerse a leer o escuchar a los políticos válidos, que no son tantos, es un trabajo ímprobo. Para qué nos vamos a poner a pensar si ya piensan ellos por nosotros y así nos evitan el dolor.

Iulia Augusta Emerita, la ciudad de los eméritos

Visitar Colonia Iulia Augusta Emerita tiene su punto, pues ya el nombre llama a la reflexión. Una ciudad romana para los eméritos, los jubilados romanos, los que debían descansar tras mil batallas. Los soldados que se habían salvado de la muerte en las guerras.
Más de 2.000 años nos contemplarán en lo que era una gran ciudad, si nos viajamos a la Extremadura más histórica. Pensemos que sólo el anfiteatro tenía una capacidad para 15.000 espectadores jubilados, todo un detalle ¿no?. 

Hoy a los jubilados no les hacemos ciudades, si acaso asilos mejores o peores según los dineros. Pero es que en realidad tampoco hemos avanzado una barbaridad en estos 2.000 años de vida social. Eso si, los cachivaches son ahora muchos más y más de colorines y sofisticados. Pero no nos llevan al teatro ni nos dan la posibilidad de ser libres. Somos esclavos de…, no lo quiero decir.