2.11.15

Aumentar la inteligencia emocional es muy sencillo

Necesitamos aumentar nuestra inteligencia emocional si queremos “estar” mejor en la sociedad, ayudar a crecer a los que nos rodean pero también para crecer nosotros mismos. Para ello debemos entrenarnos, creer que es necesario ser más “inteligente emocional” y ponernos a trabajar en ello.

 Haz ejercicio, deporte sencillo, muévete. Escribe, haz relajación, escucha la música que te guste, medita en tí misma. Todo este te abrirá la forma de pensar, te ayudará a estar más despierta.

 De verdad, no te pases con las carnes, aliméntate de forma más sana, toma frutos secos, pescado, frutas, verduras, muy poco alcohol, má agua. También esto te mantendrá más abierto, más receptivo.

 Aprende, constantemente aprende. Escucha, apunta, revisa, lee, vuelve a escuchar.

 Tranquilo, no te pongas nerviosa. Respira, no tengas ira, no te dejes llevar por la violencia de pensamiento, menos de la de palabra. Piensa que los demás lo están haciendo “por algo”. Adivina por qué.

 Organiza el día, la semana, la vida. Divide las actividades de cada momento según su real importancia. No te enganches a nada que sea vacuo o muy fácil. Huye de las personas antipáticas, violentas, tóxicas, bobas.

 Vuelve a la relajación. Pero no es necesario que sea una relajación de libro, puede ser simplemente mirar un parque, mirarte por dentro, respirar o escapar por un momento del lugar asqueroso donde estás ahora. Vuelve a realizar un poco de ejercicios, mira por la ventana, sal a la calle y observa, mira de cerca una flor. Ayuda brutalmente a vaciar de toxinas nuestra mente.

 Y recuerda que es muy importante hacer muy bien, pero solo una cosa por vez. Los que te rodean están para ayudarte. O para poner zancadillas. Aprende a diferenciar sus símbolos, sus intenciones. La gente es buena, incluso muy buena. Excepto cuando es mala o muy mala.

¿Aumenta la derecha o la izquierda?

Sin duda ha cambiado en España —y en parte de Europa— el concepto claro de izquierdas y derechas en la política. Y eso nos lleva a mover los segmentos y posibilidades políticas desde otras ópticas donde el idealismo tiene mucho menos poder y el carisma y las formas de expresión aumentan o disminuyen las posibilidades de convencer.

Por el hecho de aparecer de derechas o de izquierdas no ganas el voto del indeciso, que en realidad es el que mueve gobiernos y formas de gestionar la sociedad. Ahora son ya otros conceptos los que atraen el discurso y retienen la atención del ciudadano.

Si sumamos el voto que aparece en el sondeo más conocido de los 5 partidos nacionales en España y los aplicamos a un factor 100 a lo largo de todo un año, vemos que la suma del concepto “derecha e izquierda” varía de forma notable, lo que nos indica que el ciudadano o el que cocina la encuesta (pensemos bien y anotemos sólo al ciudadano en este cambio) ha variado, sin que sea posible que hayan variado sus ideas políticas. Cambia pues el concepto de “quien” representa al que le va a resolver “sus” problemas.