28.1.16

Para cambiar los errores, hay que ser más flexible

Muchas veces en algunos planteamientos empresariales o de organización reconocemos al ver los resultados y tras un análisis calmado, que nos hemos equivocado, que no hemos logrado lo deseado, que todavía tenemos tiempo para rectificar. 

Los objetivos se han quedado cortos o en cambio se nos han reconvertido —al ir hacia otra dirección— en pequeños o grandes fracasos. Hay que cambiar el enfoque de nuestras actuaciones, buscar otros puntos de vista, otro tipo de acciones. Veamos algunos detalles que debemos analizar.

 Hay que empezar por formular la situación desde diversos enfoques, desde más opciones y posibilidades, desde otros puntos de vista.

 Hay que mezclar las ideas que ya teníamos, para ver si surgen entre ellas, nuevas posibilidades. La suma de partes, pueden dar un resultado diferente.

 Hay que buscar otros puntos de vista propios, moviendo las ideas viejas desde otra óptica, hacia posiciones diferentes, para analizar si algo importante cambia.

 Hay que analizar los errores cometidos, ver los motivos de su crecimiento y plantear soluciones a los mismos desde la nueva estrategia, pues es muy posible que intenten volverse a repetir.

 Intenta ver el problema surgido como si fueras otra persona, como si estuvieras “fuera”, como si tuvieras la necesidad de analizarlo desde otra perspectiva.

 Introduce en el equipo a una persona nueva, diferente al resto, con otras ideas que puedan complementar todo lo que se ha hecho hasta ahora.

 Algo hay que dejar en el camino, negocia contigo mismo, elige, hay que cambiar, toca cambiar, pues si no modificamos los anterior repetiremos los mismos resultados.

Nota.: El dibujo de la imagen es de Tura Sanz

27.1.16

Copiemos de los niños para aprender a dirigir a los adultos

Vamos a empezar la entrada con unas frases del profesor, perdón, del maestro César Bona: “Todo educador debe adaptarse al motor imparable y entusiasmado del niño. Hay que motivarlos, estimular su creatividad, aguijonear su curiosidad, pues son habitantes del presente”.

Y ahora vamos a cambiar levemente esta frase para adaptarla a educar equipos de personas adultas, para gestionar hacia la excelencia a las personas de un equipo:  “Todo gestor de RRHH debe impulsar el motor imparable y entusiasta de cada uno de sus integrantes. Hay que motivarlos, estimular su creatividad, aguijonear su curiosidad, pues son habitantes del presente”.

Es así de sencillo, pues siempre estamos hablando de seres humanos inteligentes, con ganas de colaborar, de ser mejores, de que su trabajo sea más válido. De personas que además de querer ser motivadas deseas ser reconocidas en el éxito de su trabajo. ¿Que hay diferencias? Ya. Lo sé. Lo sabes tú. Sí. Nada es una balsa de aceite. Menos mal. Pero de todo se aprende y con todos se puede sacar un objetivo válido, muchas veces sólo con planteárselo, y si sabemos elegir para cada persona una meta a diferente altura, a distinta distancia.