13.8.16

Parque del Retiro. Madrid. Un lugar ideal

Es obligado hablar del Parque del Retiro de Madrid cuando empezamos a comentar parques del mundo, al ser uno de los tres más grandes y conocidos por todos los ciudadanos del mundo, creados en Europa y EEUU en tres grandes centros urbanos, como pulmones de sus ciudades y en unos espacios muy céntricos, configurando un tipo de parques muy útiles pues son de muy fácil acceso.

Entre el Central Park, el Hyde Park y el Parque del Retiro, sin duda por proximidad pero también por respeto y cariño, en este blog debemos comenzar hablando del parque madrileño del Retiro, ejemplo de lo que debe ser un parque “total”, muy útil, una enorme isla de tranquilidad en medio del centro de una gran ciudad que además es una ciudad grande. Sin duda el lugar desde el que compararemos en muchos casos estos espacios más pequeños pero que necesitan un modelo para al menos tener como referencia.


El Parque del Retiro con sus 118 hectáreas es el mas pequeño de los tres mundialmente más conocidos, aunque muy parecido en tamaño al Hyde Park de Londres, que le gana al tener 140 hectáreas. No es mucho, aunque debemos reconocer que sí lo es en el caso del Central Park de New York que con sus 341 hectáreas, gana por goleada a ambos ejemplos de parques urbanos globalizados y con todos los servicios que los parques deben tener, no como es lógico y todos ellos en los mismos parques que tenemos en el resto de ciudades más pequeñas, sino como catálogo de donde copiar a la hora de diseñar servicios y necesidades.


El Retiro tiene todo lo que a un parque, a un gran espacio verde se le puede añadir para convertirlo en un lugar de ocio, de tranquilidad, de paseo, de práctica deportiva, de zona expositiva, de contenedor artístico, de lugar adaptado para las distintas estaciones climáticas del año, con un buen acceso teniendo incluso una parada de Metro que comunica con el interior del parque, zonas de recreo para todas las edades, seguridad suficiente, limpieza, agua, vallas para poderse cerrar por la noche, y un número de grandes árboles que lo convierten en un excelente lugar para aprender a diseñar parques, pues aunque los tiempos caminan hacia muchos tipos diferentes de ellos, no debemos olvidarnos de los clásicos, y adaptarlos a las actuales necesidades.

El Parque del Retiro es Patrimonio de la Humanidad, luego ya no pertenece solo a Madrid ni a España, pues es un lugar con obligación de cuidar y de controlar sus acciones de reforma. Sus casi 400 años de edad no parecen haberle sentado nada mal, pues ha sabido adaptarse a todos los tiempos. 

Si bien en sus comienzos fue como en muchos otros casos una quinta de recreo Real o de grandes familias de las ciudades donde se asientan, y es desde hace siglo y medio un parque municipal de Madrid, de los ciudadanos de todo el mundo, que simplemente acuden en búsqueda de una isla dentro de la ciudad, a la que aporta frescor en verano y sol tranquilo en invierno, pero también una calidad medioambiental y una paz sonora que se utiliza por muchos madrileños para realizar prácticas deportivas de muy variado tipo, en solitario o en grupo. Es habitual ver a equipos de personas practicar todo tipo de deportes, pero también a grupos deportivos entrenarse en sus espacios.

Resulta muy largo enumerar sus diversas partes, su historia, su sentido urbano, y por ello hoy simplemente lo dejamos como entremés para emplearlo como ejemplo de a lo que debería aspirar ser cualquier parque del mundo. 

Un gran espacio muy variado, mucha sombra y césped, grandes vías para que resulte cómodo o pequeño caminos para perderse, suficientes kioscos de bebidas para descansar, juegos infantiles o de mayores, arte que complemente los paseos, diversas alturas en algunas de sus propuestas verdes, muchos bancos en zonas bien elegidas, naturaleza, muy bien comunicado, seguro con al menos tres tipos de policías de seguridad, animales libres, zonas de flores, espacios conmemorativos para la historia reciente de la ciudad, ferias que complementan temporalmente los servicios, artistas callejeros, etc. 

En este caso y por su enorme extensión, no tiene una sola personalidad de parque sino varias, diferenciándose en el Parque del Retiro varias zonas muy diferentes las unas de las otras. Se resuelve muy bien la transición entre las diversas zonas, con los propios accidentes del terreno de la zona, configurando diversos lienzos con diversos parques dentro de uno sólo.

¿Necesidades, errores, fallos, algo que mejorar? Pues posiblemente mas zonas de juegos infantiles. Algo más de información en las entradas para los visitantes forasteros de las exposiciones o actividades que se están realizando en cada momento. Sin duda y aun admitiendo que el trabajo es enorme, más cuidado todavía de las grandes especies arbóreas para que no enfermen y se tengan que finalmente talar, por peligro y seguridad.

Talar árboles de gran porte es la solución sencilla, la más barata y la que se emplea en todas las ciudades, y esto debe cambiar con urgencia. Todos los árboles se mueren, todos enferman, pero antes hay que prevenir. Y si al final hay que talar, hay que realizar un trabajo posterior para arrancar raíces y poder plantar nuevos ejemplares con rapidez. Es costoso, no hay presupuestos, pero los costes son en mano de obra en un país con mucho desempleo. 

Crear escuelas de jardinería de gran calidad es una asignatura pendiente en muchas ciudades, no en Madrid. Ya hubo décadas anteriores donde se prestaba mucha más atención a la jardinería pública y leeremos en este blog muchas críticas a este tema.

Empleemos pues el Parque del Retiro como una visita obligada a Madrid, pues además de muchas actividades en un lugar excelente para reencontrarte con la naturaleza de ciudad, para entender que la paz y la tranquilidad también se pueden dar dentro y en el centro de una gran ciudad.

Teoría de lo que debe ser un parque público urbano

Los parques urbanos son —con normalidad y casi siempre— unas zonas urbanas municipales y céntricas para todos los ciudadanos de la localidad donde se asientan, también para sus visitantes, y sin duda para mejorar la calidad de vida de la propia ciudad. 

Son pues en concepto unos espacios públicos y no privados, que se mantienen con los impuestos de la ciudad, que hay que cuidarlos constantemente, adaptarlos a los cambios, admitiendo que al estar vivos necesitan el cuidado regular, pues tanto viven, crecen y se transforman, como mueren. 

Y estos ciclos se suceden tanto en las individualidades de sus elementos, como el propio parque en sí mismo y en todos sus elementos. Que parece lógica esta explicación, pero también parece que algunos ayuntamientos no lo saben, dado el cuidado que prestan a sus parques.

Los parques son imprescindible en todos los lugares donde se asientan y marcan uno de los parámetros de calidad de vida de las ciudades. 

Hay parques de ciudad, parques de barrio o distrito, parques periféricos, parques de circunvalación, lineales y anillos verdes, hay parques verticales, parques temáticos, parques que parecen una plaza y plazas que se convierten en parques.

Un parque es un elemento de planificación urbana esencial para lograr la calidad de vida y servicio de los ciudadanos que están cerca. 

Y como un parque es siempre un elemento caro en toda ciudad, es también por eso una construcción que hay que realizar con mimo y cuidado, atendiendo a las características de la ciudad sobre la que se asienta, a las necesidades de los ciudadanos que están alrededor de la zona donde se construye. 

Hay que intentar que tenga su propia personalidad, que sea original, que se sustente su cuidado y sea sostenible su mantenimiento, y que contenga un mobiliario urbano variado y compuesto por todos los elementos necesarios en un parque en atención a su tamaño y situación. 

Y cuando hablamos de mobiliario urbano en un parque no estamos hablando solo de bancos y papeleras, sino de muchísimo más, como sin duda son las fuentes, obras de arte, zonas de juegos infantiles y de mayores, rocas, zonas de deporte o pequeñas instalaciones para el descanso y el ocio, bares o servicios de WC.

Un parque se compone de múltiples servicios y nunca debe ser un almacén de elementos naturales que viven por sí solos, sin arreglos, cuidados, mimos y constantes planificaciones. No basta con la limpieza, siendo este el error más común en el mantenimiento de los parques. 

Se necesita mucho más que realizar una constante limpieza y actualización y lo saben los poderes públicos, como saben que es caro comportarse con los parques como se debería. Es un lujo inaugurarlos, y un gran coste su constante mantenimiento. 

Por eso hay que valorar mucho y muy bien dónde, cómo y qué se debe actuar sobre un espacio público que se diseña como parque. Por ejemplo a la hora de elegir el tipo de árboles, la colocación de los bancos o el mantenimiento del cesped sin olvidarnos que hay bastantes tipos de hierva y en cada ciudad encaja mejor uno u otro.