13.8.16

Teoría de lo que debe ser un parque público urbano

Los parques urbanos son —con normalidad y casi siempre— unas zonas urbanas municipales y céntricas para todos los ciudadanos de la localidad donde se asientan, también para sus visitantes, y sin duda para mejorar la calidad de vida de la propia ciudad. 

Son pues en concepto unos espacios públicos y no privados, que se mantienen con los impuestos de la ciudad, que hay que cuidarlos constantemente, adaptarlos a los cambios, admitiendo que al estar vivos necesitan el cuidado regular, pues tanto viven, crecen y se transforman, como mueren. 

Y estos ciclos se suceden tanto en las individualidades de sus elementos, como el propio parque en sí mismo y en todos sus elementos. Que parece lógica esta explicación, pero también parece que algunos ayuntamientos no lo saben, dado el cuidado que prestan a sus parques.

Los parques son imprescindible en todos los lugares donde se asientan y marcan uno de los parámetros de calidad de vida de las ciudades. 

Hay parques de ciudad, parques de barrio o distrito, parques periféricos, parques de circunvalación, lineales y anillos verdes, hay parques verticales, parques temáticos, parques que parecen una plaza y plazas que se convierten en parques.

Un parque es un elemento de planificación urbana esencial para lograr la calidad de vida y servicio de los ciudadanos que están cerca. 

Y como un parque es siempre un elemento caro en toda ciudad, es también por eso una construcción que hay que realizar con mimo y cuidado, atendiendo a las características de la ciudad sobre la que se asienta, a las necesidades de los ciudadanos que están alrededor de la zona donde se construye. 

Hay que intentar que tenga su propia personalidad, que sea original, que se sustente su cuidado y sea sostenible su mantenimiento, y que contenga un mobiliario urbano variado y compuesto por todos los elementos necesarios en un parque en atención a su tamaño y situación. 

Y cuando hablamos de mobiliario urbano en un parque no estamos hablando solo de bancos y papeleras, sino de muchísimo más, como sin duda son las fuentes, obras de arte, zonas de juegos infantiles y de mayores, rocas, zonas de deporte o pequeñas instalaciones para el descanso y el ocio, bares o servicios de WC.

Un parque se compone de múltiples servicios y nunca debe ser un almacén de elementos naturales que viven por sí solos, sin arreglos, cuidados, mimos y constantes planificaciones. No basta con la limpieza, siendo este el error más común en el mantenimiento de los parques. 

Se necesita mucho más que realizar una constante limpieza y actualización y lo saben los poderes públicos, como saben que es caro comportarse con los parques como se debería. Es un lujo inaugurarlos, y un gran coste su constante mantenimiento. 

Por eso hay que valorar mucho y muy bien dónde, cómo y qué se debe actuar sobre un espacio público que se diseña como parque. Por ejemplo a la hora de elegir el tipo de árboles, la colocación de los bancos o el mantenimiento del cesped sin olvidarnos que hay bastantes tipos de hierva y en cada ciudad encaja mejor uno u otro.