11.3.20

Responsabilidad y sentido común contra el Coronavirus

Nadie nos podría advertir a principio de este 2020 que íbamos a tener encima una situación mundial de esta envergadura, con la enfermedad del coronavirus entre todos nosotros, afectando a nuestra forma de vida social, a nuestra economía, a nuestra salud.

El poder de los medios de comunicación es tremendo y vivimos con ellos mientras además bebemos de ellos. Ayer a primera hora acudí a Alcampo de mi barrio a comprar algo más de lo habitual. Estaba de clientes totalmente normal. 

Durante el día fueron surgiendo imágenes en todos los medios de comunicación de lineales vacíos, de personas desaforadas comprando en Madrid, colas para entrar o personas con bolsas en la cabeza a modo de casco transparente para evitar contagios. Miedo sobre miedo.

Hoy a la misma hora he acudido al mismo Alcampo a una compra muy puntual y el cambio era brutal. Casi no había carros, estaba lleno de personas comprando carros llenos, algunos lineales a las 10 de la mañana ya estaban medio vacíos y hablando con una persona del Supermercado me ha comentado que anoche la imagen era fantasmal, que hicieron fotos de los lineales al acabar la jornada y no lo habían visto nunca. Y que hoy parecía un día peor.

Nos estamos equivocando y nadie nos está convenciendo de esto. Acaparar es un error pues nos puede dar para una semana a lo sumo, y el problema o no será casi nada o será mucho, nunca será un problema de una semana. Hay que seguir comprando de forma normal y nunca de forma compulsiva. Hay que comportarse socialmente con sentido común y alta responsabilidad.

Hoy que fijarse en los datos de China y Corea que ya parecen decrecer y en el número de personas que tras pasar el Coronavirus ya están recuperados, en estos momentos 67.000 personas de las 120.000 afectadas en todo el mundo. 

Vamos a tener un par de semanas de subidas en los números españoles de afectados, similar a lo que está sucediendo en Italia, pero debemos por lógica esperar que la bajada sucederá como en China o Corea del Sur, con una bajada notable en el número de afectados. Sobre todo se trata de ganar tiempo y no colapsar los hospitales.

¿Para qué sirven los estudios de estadística?

La estadística siempre se ha considerado una “maría” en las carreras técnicas que la necesitan, sean Matemáticas, Economía o Dirección de empresas como los ejemplos más claros. No es fácil dominarla, incluso a veces no es fácil entenderla de forma profunda. Y en parte es porque la estadística no se muestra en los colegios a los niños y se pasa muy levemente en los bachilleres.

La estadística es predecir, adivinar, revisar acciones, tomar decisiones. Es la herramienta que nos permite saber si lo que decidimos está funcionando, y sobre todo nos permite verlo antes de que finalmente suceda. 

Es una herramienta de análisis pero sobre todo es predictiva. Nos advierte si las medidas tomadas son necesarias, en qué momento hay que reforzarlas o cambiarlas, y qué comportamiento están teniendo en la marcha del tiempo.

Es también una herramienta comparativa. Necesita datos y más datos de muy diversas fuentes para comparar resultados y hacer predicciones. 

Sin su capacidad para comparar con otras situaciones no puede ser predictiva ante el futuro, pues los movimientos y su curva deben ser vista en su subida pero sobre todo en su bajada o en su mantenimiento.

Hoy lo vemos con El Coronavirus, pero de siempre lo hemos aplicado al funcionamiento de las empresas. Si no sabemos día a día nuestra facturación, nuestros gastos en proveedores, no sabremos incluso el precio que le tenemos que poner a los productos en nuestros presupuestos.

Hoy la estadística es digital, pero los datos y sobre todo las interpretaciones son “casi” humanas. La máquina puede decirnos qué ve, pero antes le tenemos que preguntar qué queremos ver. Y tenemos que alimentarla de datos seleccionados “casi” por nosotros. 

¿Qué nos interesa añadir a los procesos para saber lo que necesitamos?

Por eso los datos, acumular datos y resultados tiene un valor que se compra y se vende. Compramos datos empaquetados para utilizarlos como base donde comparamos "nuestros" propios datos y de esa forma adivinar tendencias, resultados en el tiempo y sobre todo la duración de esos tiempos.

Pero sobre todo la estadística es una profesión de futuro, pues cada vez más empresas y de todos los tamaños necesitan tener unos conocimientos suficientes de estadística para saber leer el presente y predecir o diseñar el futuro.