18.5.20

Los años son ya una concatenación de pocos días

Las semanas se acaban en pocos días, ya no tienen como antes sus siete días de rigor, ahora a lo sumo un par de ellos, y no siempre. 

La rapidez del consumo diario asusta, sorprende, preocupa. 

Un mes son dos semanas y un año media docena de meses si tenemos suerte. El año se consume en cuatro decisiones, en una docena de gozos, en medio centenar de respiraciones acompañado. 

Así no es posible sentirse vivo, en serio. Me tengo que buscar un lugar donde los años sigan siendo años.

El león miraba siempre hacia su cueva aunque estuviera huído

Sentirse ciudadano de muchos sitios es pesado pues necesitas siempre la cueva para descansar, para tocar "tula" o para sentarte y mirar los alrededores. Todos necesitamos tener una cueva "nuestra".

El caso es que todos necesitamos tener el referente de los chiqueros, nos acorralamos hacia los maderos en busca del cobijo. Somos animales indefensos ante el dolor y la furia.

Pero el tiempo que pasamos alejados de las tablas, en medio de la plaza pública lejana y diferente, disfrutamos como chiquillos conociendo paisajes, personas, artes o sensaciones. 

Es la duplicidad de necesidades. Estar aquí o estar huido. Moverte con el viento, como el viento, contra el viento.