11.2.22

¿Nos quedarán posibilidades de ver árboles y arbustos?


No somos capaces de creernos que la influencia negativa nuestra sobre nuestras cuevas y territorios, es producto de una mala reflexión sobre lo que somos capaces de hacer. Somos débiles y eso es verdad, pero es tanta la brutalidad que realizamos sobre nuestra tierra, que en unas décadas es posible que tengamos que ver los paisajes a través de ventanas como esta.

A mi no me tocaré eso, lo siento de veras pues me gustaría vivir más de 100 años y en buenas condiciones, pero no será así. Aunque recuerdo mis años de niño en un pueblo de Soria en donde había luciérnagas por los caminos, las vacas seguían pastando en el Soto y la burra y el mulo entraba por el comedor de casa de mi abuela y nadie se contagiaba de nada.

Aquel Soto ya no existe, hace décadas lo vendieron a una empresa de Madrid para quedarse con la madera a costa de unos alquileres bochornosos. Y así nos va a todos. Aquel microclima cambió, pasamos de unos periodos más húmedos en una zona de Soria junto al Duero a tener años secos constante, pues el enorme Soto que ya en tiempos de el Cid se utilizaba para cazar, se había talado. Y no pasó nada más.

Lo mismo hacemos constantemente. En mi barrio de Zaragoza casi todas las mañana hay fábricas enormes que sueltan por sus altas chimeneas una enorme cantidad de humo blanco. Dicen que es bueno, ya no huele, y es posible que las mierdas se queden en los filtros. Pero es curioso que los humos alcancen alturas tan inmensas, mientras a lo cerca (casi) se escuchan constantemente los bombardeos y disparos pues para eso tenemos un campo de maniobras de la OTAN.

Estamos a punto de entrar —a poco que no lo sepamos remediar— en una Nueva Guerra Mundial. Hoy he escuchado a Putin (Rusia) tras entrevistarse con Macron (Francia). Ha sido muy claro y contundente. Si la OTAN desea ampliarse hacia Ucrania, nosotros como Rusia debemos recordar que somos militarmente un país nuclear. Dicho y oído, aunque no lo repitan en los telediarios.


1.2.22

Pandemia (38) ¿Está loca Dinamarca ante el COVID?

Dinamarca ha decidido olvidarse de la pandemia como pandemia capaz de cerrar la sociedad, de pandemia a la que haya que pelear con un cierre de actividades sociales y económicas que también crean otras pandemias. Ha decidido entrar en una nueva era temporal, que vuelva a abrir su sociedad para acercarla todo lo posible a como era en el año 20219. ¿Está loca Dinamarca?

Dinamarca tiene menos habitantes que Cataluña, algo más que la Comunidad Valenciana. Bien, sabemos el tamaño y con 1,7 millones de contagiados (1,4 según ellos mismos) ha tenido un 30% más de casos de contagios que en España. Otro dato.

Así que sí, saben lo que son los contagios a mansalva, y las medidas restrictivas, que ahora han decidido levantar todas ellas. Han dicho con rotundidad: Hay que dar el cierre a las medidas, y abrir una nueva etapa hacia una sociedad libre. ¿Y por qué se comportan así? ¿En qé se basan?

Pues en algo tan simple como que las vacunas han funcionado, han logrado bajar la gravedad de la enfermedad, y el COVID deja de ser considerado una amenaza para la sociedad danesa. Las tercera dosis de la vacuna ya la tienen puesta toda la población y para la sociedad vulnerable ya se está poniendo la Cuarta Dosis. Admiten que la enfermedad todavía está presente en la sociedad danesa, pero que la regulación personal, la auto responsabilidad de cada persona para aislarse en cuanto detecten síntomas, es la major herramienta para frenar las actividades de contagio sin afectar mucho al resto de actividades.

Las únicas restricciones serán para los visitantes de otros países que no pueden mostrar sus vacunaciones en sus países de origen. Para sus propios ciudadanos, todo ira volviendo a la normalidad.

¿Tendrán que dar marcha atrás en unas semanas si vuelven otras Olas, otras variantes del mismo virus? Pues nadie lo sabe, pero de momento esta declaración de intenciones nos debe servir para buscar nuevas maneras de defendernos ante la pandemia, que no sean capaces de crear nuevos problemas sociales y económicos, también graves.