9.1.13

Los beneficios empresariales deberían pagar impuestos de muy diversas maneras

Toca defenderse, toca buscar a quien nos defienda. Si IU plantea que las grandes empresas que SI dan beneficios pero que aun asi despiden de manera no individual, sean acusadas de fraude y de delito, es de aplaudir y de preguntarnos por qué no existe esta figura jurídica en el derecho. 

Los empresarios tiene derecho, faltaría más, a llevarse a su casa los beneficios, aunque sean obtenidos por la suma de muchos factores, entre los que los trabajadores son imprescindibles. Pero que si hay beneficios, que no se paguen impuestos es una barbaridad consentida de forma ilógica y rayando la ilegalidad aunque se ampare en figuras tributarias legales.
Si además vemos como estas grandes empresas para optimizar sus beneficios, que NO sus producciones o sus futuros, despiden a su gusto en momentos de crisis, dejando que las crisis las sufran el Estado y los trabajadores, y los beneficios solo los disfruten ellos, somos imbéciles por no impedirlo.
Como es ilógico que tengan la misma carga impositiva fiscal los beneficios repartidas que los beneficios que sirven para dotar a la empresa de más fuerza o seguridad. Efectivamente ya sé que los beneficios que no se reparten pueden (y digo solo, pueden) pagar menos impuestos, pero es que simplemente debería ser que los que se reparten deberían cotizar mucho más.
No es lo mismo que una empresa crezca y sea más fuerte y por ello sus socios tengan más riqueza al tenerla su propia empresa, a que esos beneficios se repartan personalmente entre los socios. No debería ser lo mismo una empresa que crea empleo que otra que lo destruye a la hora de pagar fiscalmente por sus beneficios. Como tampoco lo debería ser si se invierte y crece o se desinvierte y mengua, con una fiscalidad investigadas e inspeccionada para evitar la limpieza del bisturí de algunos asesores empresariales.

8.1.13

Estampación en oro o relieves en el arte de imprimir etiquetas

Antiguamente las etiquetas de licores se imprimían con técnicas realmente insospechadas hoy en día, con clichés de tipografía a bastantes más calores que los cuatro de la gama básica, con estampación en oro o plata añadida al final, con relieves de distinta profundidad que lograban dar vida y calidad al producto de la etiqueta o incluso tintas suaves añadidas para realizar aguadas o degradados, etc.

Si a todas estas técnicas se le añaden la dificultad de grabar estos clichés en zinc con técnicas químicas complejas y con unos ajustes muy rudimentarios para lo que hoy se conoce, es increíble que algunos resultados sean los obtenidos. Y estoy hablando de hace 40 años, no de la prehistoria.
Dejo la impresión de dos etiquetas de anís y anisete de la fábrica de licores C. Soria de Cariñena, con gran parte de estas técnicas de fotograbado, hoy superadas pero también perdidas.