16.10.10

España necesita una clase empresarial profesional y más formada

Las empresas, mejor dicho los empresarios, con la actual crisis han reorganizado a la baja sus plantillas, pero no han realizado nada más en sus empresas. Bueno, endeudarlas para soportar la crisis pues no tenían dinero ahorrado, capital social en reserva, etc.
Sin duda es una muestra más de la inutilidad de una clase empresarial española que no sabe de su oficio, y si alo es generalizar, no lo es tanto si el sentimiento global es este. Estamos viviendo en la globalización, luego también sirve para las apreciaciones.
No se hacen esfuerzos por buscar nuevos mercados exteriores, no se invierte en formación de sus trabajadores, no se realizan fusiones o replanteamientos de tamaño o de actividad, no se actualizan. Simplemente esperan, sobreviven o cierran. Y no, no es suficiente. Simplemente el empresario está pendiente de sus beneficios, cuando siendo una máxima de toda empresa, no tiene una visión a medio y largo plazo. El empresario está cansado, ajado, no es atrevido y en muchos casos no tiene la formación empresarial suficiente. Incluso si tiene formación reglada, no tiene espíritu empresarial. No existe en un número importante, personas que además de estar formadas empresarialmente sean capaces de arriesgar por sus ideas.
El tamaño de nuestras empresas es muy pequeño y curiosamente el número de fusiones de empresas iguales o similares o complementarias es mínimo. Todos tienen su corralito y no quieren perderlo. Muchos se sientes además de empresarios, bueno gestores, excelentes técnicos y maravillosos organizadores de los recursos humanos. Eso si, saben elegir al mejor asesor posible para que les maquille las facturas o los impuestos. Así no saldremos de esta crisis, porque España necesita una clase empresarial profesional y moderno. La culpa nunca es del aprendiz, sino del que más manda.

14.10.10

Díaz Ferrán avisa de que nos tenemos que convertir en un mercado laboral basura

Díaz Ferrán, todavía Presidente de la CEOE, es uno de esos problemas que tiene los países y que no pueden controlar. Es importante tener sindicatos serios, responsables y esto es válido para los de clase y para los empresariales.
De tener razón Díaz Ferrán habría que saberlo con calma pero con contundencia. Si la única manera de salir de la crisis actual es convertir nuestro mercado laboral en una comparación al pakistaní, al chino o al de Uganda, debemos saberlo todos y tomar las medidas —violentas todas, por supuesto— que consideremos oportunas.
No se anda con chiquitas y avisa que además de tener que trabajar muchas más horas —hay que entender que si la solución son unos ajustes pequeños, hay otro tipo de medidas— deberemos además cobrar mucho menos. No dice si los empresarios también trabajarán más (no si estarían más, que eso es otra cosa); si no sería mucho mejor que fueran los empresarios españoles más profesionales; si estarían dispuestos a pagar más impuestos por sus beneficios si no se reinvierten en beneficio de SU empresa; y si también lo estarían a que se cambiaran las leyes que contemplan las trampas, los desfases contables, las asesorías fraudulentas o la economía sumergida.
Que no se nos olvide a nadie que las empresas crean riqueza, que necesitamos empresarios válidos; pero que algunas de las empresas son también las que manejan las dobles contabilidades, que son las que se asesoran muy bien para cada paso que dan con la única intención de tener siempre que pagar lo menos posible, que son las que además de ganar más dinero —lógico en todo tipo de empresa— lo hacen no gestionando mejor sus activos de todo tipo, sino buscando el beneficio a cortísimo plazo. Mal les irá a las empresas españolas si convierten España en un erial de personas sin ingresos para consumir, en donde los mejores todavía se vayan más a trabajar a otros países.
Que no se olviden los empresarios españoles que efectivamente los trabajadores chinos cobran menos con menos derechos, pero también los empresarios chinos cobran menos con menos derechos. También las empresas chinas serán las competidoras de las empresas españolas no tanto por sus trabajadores como por sus formas de gestionar “el todo”. Mal lo tenéis, chatos. Nosotros también, pero más vosotros que tenéis más que perder. O al menos según vuestras teorías, vuestros hijos serán los que recojan los frutos de vuestras tonterías de especuladores.

13.10.10

Los nuevos políticos para la nueva economía del siglo XXI

Los políticos nuevos, que los hay, limpios y con ganas de hacer las cosas de distinta manera, ilusionados por su trabajo, sabedores ya sin ninguna duda de que la honradez es la base de su ideario, tiene un gran problema de credibilidad, de ser aupados hasta lugares de decisión.
La sociedad sabe y admite que lo conocido es malo, que lo que tenemos no sirve, que incluso las ideologías hay que removerlas un poco en la sartén del humanismo y del modernismo de un siglo nuevo, pero no hace nada por hacer posible lo necesario. Estamos anclados —posiblemente provocado por los viejos dinosaurios— en la mitad del siglo XX, así de duro puede ser. A lo sumo en los años 80, si somos ciegos. Pero sin nuevos líderes políticos no lograremos una nueva sociedad, una nueva economía del conocimiento, de la productividad, con el máximo respeto a las personas y al territorio.

La economía es el motor de todo tipo de políticas posibles. No nos gusta que así sea, pero de momento no hemos sido capaces de encontrar otro motor. Ni mejor ni peor. Pero lo que si podemos hacer es modificar los fundamentos de la economía. De hecho los últimos Premios Nobel de Economía 2010 son estudiosos de materias que nunca han sido tenidas en cuenta. Empleo, economía social, etc. La misma ciencia es capaz de hacer barbaridades como las que provocaron esta crisis inmensa, pero también es la que crea los mini créditos sociales, el reparto según necesidades, la activación por objetivos.
La pregunta sería saber qué objetivos deberíamos potenciar de cara a este siglo XXI que nos ha llegado sin estar preparados. Posiblemente no es ya objetivo, la manipulación financiera, los juegos de laboratorio económico, el poner al dinero a trabajar para ganar más dinero fácil. Deberíamos potenciar el valor del conocimiento, de la cultura, del esfuerzo, de la productividad, de la honradez, de la dedicación.
Cobramos un sueldo según convenio. Este sistema puede servir para unas décadas y no hacerlo para otras. E incluso no sólo dejar de ser bueno, sino ser el motor de las crisis de sistemas. Los sueldos según objetivos son más lógicos cuando el reparto del trabajo es tan irregular. Nos faltará si acaso, diseñar qué son los objetivos de este siglo, qué debemos potenciar, cuales son los que más debemos valorar. Nos falta saber el valor que la empresa tiene en la sociedad, no lo tenemos nada claro. Y tal vez lo más importante. Saber qué valor tiene el empresario. Y formar nuevos empresarios también según objetivos. Esto tiene que dejar de ser una monarquía en donde los hijos sean los dueños del sistema económico por ser vástagos de empresarios. No se trata de cerrar empresas familiares, sino de dotarlas de sistemas profesionales de funcionamiento. Necesitamos mejores empresarios, más formados, más capaces, más útiles para el futuro, que creen en el mercado de trabajo y en la formación continua.

11.10.10

Encuesta intención de voto, para elecciones anticipadas en 2011

Según la encuesta de intención de voto, publicada hoy, 11 de octubre de 2010, en el periódico Público, hay una diferencia de 13,4 puntos entre un PP que sigue subiendo y un PSOE que baja estrepitosamente.
En esta encuesta, de un medio cercano a las ideas del PSOE, este partido obtendría un 29,4% de los votos, un número casi imposible de entender para los que analizan la política de este país desde la transición. Zapatero perdería en poco más de dos años un 14,2% de los votos totales, pasando del 43,6% a este 29,4%. Dejarían de votar el PSOE más de 3 de cada 10 votantes de hace 10 años. Lo curioso para las matemáticas es que esos votantes no los recupera ni el PP ni IU más que en un 30%, quedando ese 70% restante en el limbo de la abstención. Demasiada pena, excesivas dudas. UPyD asciende pero no como para ser una fuerza sólida, hay cambios en el voto de CIU mientras que el PNV parece bajar, y poco más. Nada que explique la enorme bajada del PSOE. Que explique, excepto el hartazgo de sus votantes, que se sienten engañados y sin un líder claro.
En las franjas por edad, en ninguna, gana la suma de PSOE más IU a la del PP. Pero curiosamente es mejor valorada Rosa Díez que todos los demás líderes, y más valorado Cayo Lara (un gran desconocido para la inmensa mayoría) que Zapatero.
Se podría decir que es el final de una muerte anunciada y que con estos datos el PSOE se lo tendría que hacer mirar muy en serio, pues no se salvarían ni los botes de goma. Cuando Felipe perdió contra Aznar (1996), el PSOE tuvo un 37,63% de los votos. Cuando Aznar perdió contra Zapatero (2004), el PP tuvo un 37,71% de los votos. En 1989, cuando el PSOE obtuvo mayoría absoluto, el PP tuvo un 25,79% y 107 diputados. Los mismos diputados que Alianza Popular (107 y un 26,36% de votos) cuando en 1982 el PSOE tuvo 202 diputados pero con un 48,11% de los votos. Pero en cambio, cuando Aznar tuvo su mayoría absoluta en el años 2000 con 183 diputados y un 44,52% de los votos y un bipartidismo asentado como ahora, el PSOE obtuvo un 34,16% de los votos y 125 diputados.
Es decir, y si hacemos caso a las matemáticas. Con los datos de la encuesta actual, el PSOE lo tendría complicado para llegar a los 110 diputados, mientras que el PP obtendría mayoría absoluta a poco que se remangue. Y lo normal es que dicha mayoría se mantenga al menos 8 años y requiera un cambio o dos, de líderes del partido perdedor. El la historia ya escrita, la estadística fría.