11.3.11

Los japoneses sí necesitan nuestra ayuda, aunque sea moral

Las imágenes de un Japón roto y destrozado por la naturaleza nos enseña lo poca cosa que somos ante los desastres naturales y lo mal que nos podemos defender cuando las situaciones graves nos azotan sin piedad. Es un gran país con un sistema de defensa contra los terremotos muy grande, pero aun así los sufrimientos serán grandes y las necesidades de ayuda en la reconstrucción importantes, más para un país que todavía no había logrado salir de su propia crisis económica que les dura décadas.
Japón sufrirá en sus gentes el dolor de la muerte y los heridos, pero entre todos debemos estar atentos para ver si nos necesitan de alguna manera, pues siempre hay que ayudar cuando las necesidades lo indican. Por encima de todos los problemas, siempre serán las personas las más necesitadas de ayuda de todo tipo, que no siempre es en dinero.

Decálogo casi doblado de pequeñas píldoras de convivencia

No es un decálogo pues son 19 pausas en la vida, 19 pequeñas pistas. Pero alguna de ellas nos pueden servir para construir.

1. dale a la gente que te rodea más de lo que espera recibir y entrega con alegría.
2. cásate con un hombre/mujer con quien te guste hablar, compartir. Conforme envejeces, tu sentido por conversar se enriquecerá y será más necesario.
3. no creas todo lo que oyes; no te gastes todo lo que tienes y no duermas todo lo que quieres dormir.
4. cuando digas 'te amo', dilo con un profundo sentimiento de responsabilidad y verdad.
5. cuando digas 'lo siento' mira a la persona a los ojos y escucha.
6. permanece comprometido al menos seis meses antes de unirte a una persona en una empresa importante, en un proyecto vital serio.
7. cree en el amor a primera vista. Pero con sentimientos.
8. nunca te rías de los sueños de los demás. Las personas que no tiene ilusiones vitales, no tienen mucha vida que emplear.
9. ama profunda y apasionadamente. Puedes salir herido, pero es la única manera de vivir la vida plenamente.
10. en desacuerdos, pelea justamente. No digas nombres ni tires a la cara asuntos viejos.
11. no juzgues a la gente por sus familiares, por su religión, por su raza, por sus pertenencias sociales.
12. en una discusión habla con calma y piensa rápido.
13. cuando alguien te hace una pregunta que tú no deseas contestar, sonríe y pregúntale ¿por qué quiere saber eso?
14. recuerda que un gran amor y los grandes retos siempre envuelven un gran riesgo. Lo que merece la pena, cuesta mucho.
15. cuando pierdas, aprende de la derrota. Cuando ganes, ten bondad y trata a los derrotados con dignidad suma.
16. recuerda las tres R: respeto por ti mismo; respeto por los demás y responsabilidad por todas tus decisiones.
17. no permitas que una pequeña disputa rompa una amista duradera y válida.
18. cuando te des cuenta que has cometido un error, toma inmediatamente acciones para corregirlo y pide perdón.
19. pasa todos los días algún tiempo solo, para meditar si lo están haciendo bien.

10.3.11

La muerte no es lo contrario a la vida. Es su acompañante

Todos vamos caminando hacia la muerte, es inevitable, y aunque muchas veces sucede sin preguntar ni darte cuenta, es inevitable que nos venza. Mientras tanto tenemos el camino de la vida para edificar, gastar o gozar, entregar o malgastar. Pero que quede claro, cuando te mueres, no te das cuenta de que te mueres, lo caul todavía no sé si es bueno o malo.
Hoy he visto otra vez la muerte de cerca, a un familiar lleno de muerte en vez de vida, que hace un par de meses gozaba leyendo todos los días su periódico revisando las esquelas por si terminaban escritos los nombres de algunos amigos. Entendía de política, de famosos del corazón, de concursos de revistas, de café todos los días para levantar el ánimo, de comidas suculentas, de visitas de amigos, de teléfonos con los que se relacionaba.
Hoy le queda la nada. No sabe lo que ha comido, quien soy yo, si está lleno de heces, si es de día o de noche, si le hemos ido a visitar. Hoy me preguntaba si esto era el final en un momento de lucidez. Me he sonreído. Bueno miento. Le he sonreído y me he corrompido por dentro. Si, es el final pero lo jodido es que nadie sabe cuanto tiempo dura el final. Son 88 años, son muchos, pero para ella son pocos; para mi también.
No sé lo que quiero. Es un duda tremenda que creo, tenemos la mayoría aunque nos las callemos, las mantengamos escondidas en nuestro interior. Yo todavía no lo sé.

9.3.11

No tenemos espinas en el pene por pura casualidad

Hemos perdido las espinas en el pene al perder la última “cola” del ADN que nos indicaba que los penes de verdad, los que tienen los chimpancés y similares, deben tener espinas, que digo yo, ¿para qué queremos tener espinas en el pene?
Una deleción elimina una secuencia reguladora neural cerca de un gen supresor tumoral, una pérdida que correlaciona con la expansión de regiones cerebrales específicas en los humanos. Otra deleción elimina una secuencia reguladora cercana del gen receptor andrógeno humano, un cambio molecular vinculado a la pérdida anatómica humana de bigotes sensoriales y espinas del pene queratinizadas.
Vamos, que no tenemos espinas en el pene por puñeteras teorías raras de narices. Una pregunta me hago ¿daríamos más gustirrinín a las señoras féminas en caso de tener espinas en el pene? No lo tengo nada claro pues una espina siempre es una espina y a veces pincha.
¿Y si se quedara la espina clavada en sántame usted qué sitio? ¿se podría sacar con miga de pan? ¿y con un golpecito en el culo o en la espalda?
No tenemos espinas en el pene y eso creo, es bueno para todos. Al masturbarse uno mismo, se podría pinchar en la mano ¿no?