12.3.12

La razón de los que no quieren utilizar sus razones

Pensar que he sido capaz de poner una imagen del periódico La Razón para ilustrar una entrada en mi blog, me cuesta. Pero no tanto como tomar la decisión de que es fundamental ser sincero. Al menos alguna vez ¿no?

Yo también he detectado en Zaragoza que la gente tiende a quedarse en su casa o en los parques, que le importa un pito mostrar su preocupación o su rechazo a una reforma laboral que es muy lesiva para los intereses de los trabajadores. De ellos, de todos nosotros; pero que parece que les importa con muy poca razón, con muy poca atención.

Efectivamente España está sufriendo, pero eso no quiere decir que las soluciones pasen por cargar sobre los trabajadores los problemas que tenemos todos ni mucho menos además que la soluciones salgan de una reforma laboral de este gran calado. Los culpables de la crisis se están frotando las manos, pues están saliendo de rositas pero eso si, con más beneficios y con suficientes ayudas para seguir disimulando.

Pero está claro que esto es lo de menos. Que la sociedad pasa totalmente de este asunto, también de este asunto, y que eso sí, sabemos quejarnos en pequeño comité, sea en el bar, en las reuniones de amigos o en la hora del almuerzo envuelto en periódico o papel aluminio.

La huelga va a ser un fracaso. Los sindicatos tienen la obligación de plantear una huelga general pero deberían haber estudiado otras fórmulas. Tienen miedo a fracasar y se nota. Saben que tras el 29 de marzo los ataques a su labor puedes ser brutales, pero no tenían otras soluciones a mano. España camina hacia un fracaso más, sin soluciones a sus problemas reales y el empobrecimiento social y real durará unas décadas complicadas de delimitar. Pero que no nos quepa duda —bueno, podemos seguir escondiendo la cabeza entre las alas— nosotros también tenemos la culpa de todo esto. Yo también.

11.3.12

Seis razones para pensar que la Reforma Laboral es muy buena

Si tengo a mi alrededor 110.000 personas desempleadas y cuando se convoca una manifestación que les afecta totalmente en su futuro a todas la persona que sufren el paro, y tras recontar a mi modo observo que acuden 2.000 personas entre 700.000 habitantes a una manifestación contra la Reforma Laboral, algo me está fallando en mis neuronas. 

 O no es cierto que las reformas sobre las reformas laborales de las contrarreformas, afecten negativamente a los trabajadores.
 O no es cierto que tengamos en Aragón 110.000 personas sin empleo.
 O no es cierto que la inmensa mayoría de las personas con las que me cruzo en mis paseos sean trabajadores por cuenta ajena.
 O no es cierto que los domingos a las 12 la mayoría de la gente no acuda a misa.
 O no es cierto que a principios de marzo la sociedad todavía no se haya escapado a la playa.
 O no es cierto que yo sepa contar y además mi imbecilidad vaya en aumento.

Con sinceridad, mira, entre tú y yo y sin decirlo en voz alta. Nos merecemos lo que tenemos. Pero simplemente por dos motivos. O por que no es tan malo. O por que nos gusta tenerlo y asumirlo.
O tal vez por que nos pensamos que somos una poca cosa sin futuro ni sentido y que tras 35 años de democracia no hemos —entre todos— logrado que la gente crea que es posible conseguir lo que la sociedad se propone con razón. Me rindo en este asunto. Ya no volveré a manifestarme contra la reforma laboral. Me han ganado desde el Opus y desde el PP. Pero el éxito no es de ellos, el logro es de los muchos miles de trabajadores que hoy han preferido quedarse al sol, mirando como la primavera les llenaba “su” vida de luces nuevas pero grises. 

Aconsejo esperar a que nos llamen a la puerta, para intentar salvarles de los demonios, antes de ofrecernos como salvadores de la nada, pues como siempre, nos quedamos solos, o cuatro gatos cada vez más ajados y menos jóvenes. Así no lograremos nunca cazar ratones.

10.3.12

Ante un problema grave dentro de una organización, qué debemos hacer?

Muchas veces determinamos que tenemos un problema, que hay que resolver una situación anómala, pero en cambio no somos capaces de tomar las decisiones pertinentes por no saber actuar contra ella o por miedo a producir fricciones dentro del grupo. Incluso creemos que NO hacer nada es mejor y que el tiempo será capaz de resolver por sí solo el problema.

Diagnosticamos bien, pero no sabemos resolver, poner tratamiento o medicar la problemática.

Lo fundamental es definir la situación que supone un peligro, un problema al grupo, a la empresa, a la producción, a la atención, a la calidad, al sistema productivo. 

Definir el problema con claridad, a quien afecta, qué zonas están afectadas, en qué secciones se produce, en qué momentos.

Hay que sintetizar el problema, describiéndolo con claridad por escrito, para que así lo veamos desde otro punto de vista. No es lo mismo lo que pensamos cada uno, que lo que somos capaces de explicar por escrito, y en caso de falta de tiempo, al menos oralmente.

A continuación hay que escuchar con empatía las explicaciones de cada persona implicada, tanto los que definen la situaciones anómalas, como los que las explican o las justifican. De todas estas escuchas tiene que salir la solución. No buscamos culpables (todavía) pues buscamos soluciones.

Hay que determinar el grado de preparación de cada elemento que interviene en el problema. Analizar si es necesario preparar más y mejor a las partes implicadas y hasta qué punto se puede resolver con más formación interna.

Hay que acordar finalmente un plan de acción contra la situación, asumida por todas las partes implicadas y por la dirección del equipo y/o de la empresa y, empezar a trabajar en los cambios, en las soluciones.

El plan de acción también debe quedar por escrito y con la firma de todos los implicados, en donde podrán poner sus alegaciones. 

No es necesario que estén todos de acuerdo, pero si que todos lo hayan entendido y lo asuman como necesario al ser aprobado por la mayor parte del equipo de gestión, bien por número, bien por poder del grupo que dirige. 

Siempre es mucho mejor en estos caso no tener que imponer normas, sino que los planes de acción sean consensuados y asumidos por todas las partes de buen grado. La meta es resolver la situación.

El futuro social de España nos lo jugamos en las próximas semanas

Es arriesgado convocar una huelga general pues la sociedad está muy cansada, ajada más bien de una clase política que no le hace creer en la sociedad. Pero no hay otra posibilidad, pues la reforma laboral es muy dura y representa un retroceso histórico en las normas laborales de España. Es responsabilidad de los sindicatos, de los trabajadores, de las fuerzas progresistas explicar muy bien los por qué y lo que supone estar callado admitiendo estas reformas brutales. No es nuestro presente lo que está en juego, sino nuestros futuro o incluso más, el de nuestros hijos.
En estas semanas nos jugamos varios años.