4.1.14

Menos huelgas generales y más trabajar para mejorar el empleo

Ahora nos vuelve el líder de UGT en Cataluña, Josep María Álvarez, a nombrar la bicha de una huelga general, como si fuera un pardillo que no supiera lo que eso significa. Es que ni pensando en el dicho a veces de: “Contra peor, mejor” sirve esa reflexión de plantear una nuebva huelga general incluso dicha para joder o para enseñar las herramientas de joder.

Las huelgas generales de un solo día son un sistema de presión del siglo XIX y a lo sumo del siglo XX para intentar evitar los abusos y las injusticias sociales. Ya vale de emplear herramientas absurdas y obsoletas para resolver problemas reales y duros pero actuales y complejos. hay que trabajar más, mucho más, en encontrar nuevoas fórnulas de defensa de la debilidad social desde la izquierda. Nuevos modos de obrar por y para los trabajadores.

Mientras los sindicatos y muchos partidos políticos de izquierda no sean capaces de modernizar su forma de trabajo, de actuación, de pensamiento social, no saldremos nunca de este declive. El Partido Popular está encantado con tanto incapaz antiguo en la izquierda española.

Seis 6 cosas muy comunes

Común

Comunidad

Comunicación

Comunión

Comunismo

Comuna

 

Nota.: Con perdón para los que comúnmente creen que hablar de comunas o de comunismo es pecado y para los que creen que comunicar a la comunidad es intentar hacerles comulgar con ruedas de molino.

Para cerrar una empresa, un proyecto, hay que tener muchas fuerzas


Nunca hay que caer. Siempre hay que levantarse. Como muy bien dice esta pintada en una pared: “No tengo fuerzas ni para rendirme”.
Por que efectivamente, también cerrar, rendirse, apagar la luz, requiere una gran energía, un sacrificio enorme. No es tan fácil morirse. No es tan sencillo abandonar y escapar de los problemas.
Por eso mismo, antes de rendirse hay que intentar todo tipo de soluciones. Antes de cerrar hay que volver a respirar profundamente, solicitar apoyos, aconsejarse de grandes perdedores y volverlo a intentar.
Los que mejor saben como levantarse tras una caída son los que ya han fracasado antes. Es una inmensa escuela vital, muy válida.

Tenemos pocas palabras para retener la atención del lector

Es muy complejo retener la atención de los posibles lectores. El tiempo es suyo y lo utilizan para lo que quieren. O somos rápidos creando espectativas o se escapan.

Este edificio de Vitoria es un simple ejemplo de muestra que nos díria al contemplarlo desde aquí que merece unos segundos cuando menos de contemplación al pasar a su lado. Es diferente y moderno, es curioso y no sabemos qué contiene, es de color diferente a su entorno y sus ventanas llaman la atención. Parece tener todo.

Pero una vez que urbanamente se conoce, ya no se le presta atención exterior. Necesitamos llenarlo de uso, de vida, de contenidos. Conseguir que el viandante entre y se quede, disfrute o sufra.

Un relato son palabras y solo hay pocas líneas —cuando no pocas palabras— para retener al lector. Pasadas estas, aunque se esconda la maravilla, ya nadie continúa leyendo.