14.1.14

El Estado del Peorestar en vez del Estado del Igualestar

Creo que la técnica nos puede, pero curiosamente no somos capaces de imaginar qué técnicas sustituirán a las actuales como nuestros abuelos nunca fueron capaces de imaginar internet cuando eran niños. Aunque ahora al menos sabemos que existirán cosas que hoy no somos capaces de imaginar. E incluso puede que mejores. Y que nos las perderemos.

Digo que la técnica nos puede por que nos estamos acostumbrando a dejarnos poder, a caer en sus redes, a necesitarla para mantener el ritmo. Hace pocos años soñábamos con mantener el Estado del Bienestar. Hoy sabemos que eso es imposible, así que nos queremos conformar con mantener el Estado del Igualestar. No queremos cambios, modificaciones como antes, pues tememos que las reformas sean retrocesos. Así las técnicas son la única bala que nos engañe de que avanzamos.

Nuestros padres -o nosotros mismos si tenemos la edad de la presbicia- aspiraban al Estado del Mejorestar. Ahora sabemos que terminaremos con el Estado de Peorestar. Y las técnicas no nos van a ayudar en nada a entender los motivos perdidos, las calidades de vida escapadas. ¿Tendremos goteras en algún cable USB?

13.1.14

Cada día amo más el paquete de café de la alacena

Morirse es irse. ¡Qué tontada, qué simplismo!, pero es cierto. Nos vamos y punto final. Viajamos para dejar de estar. Yo tengo una tía carnal de 91 años que un día empezó a irse poco a poco y ya lleva seis de viaje. No sé en qué día se murió, ella cree que sigue viva, pero en pocas semanas dejó de estar para sin trasladarse a otro lugar, morirse sin darnos cuenta nadie.

Dejó de leer el periódico diario, ya no entendía de política, se olvidó de las personas que conocía y empezó a perder el gusto por el café de media mañana. Ella cree que sigue viva, ya lo he dicho, pero nosotros sabemos que murió hace unos años aunque no se lo queremos decir. Además no nos querría entender. Así que estoy seguro, se me quedarán muchas cosas sin hacer aunque pretenda lo contrario pues nunca entendemos de fechas. Y además cada día admiro más el café de media mañana pues no sé cuantos paquetes me quedan en la alacena. 

La violencia de Burgos puede ser contagiosa

Todos esperando a que saltara la chispa en Madrid o Barcelona, en Valencia o Bilbao y se nos escapa el mechero en Burgos. No entendemos nada de nada. Es tal el cúmulo de cabreo, de falta de soluciones, de pérdida en la confianza política, que cualquier gota de agua inunda las cabezas.

Este caso, en Burgos, es la modernización de la entrada a Burgos por la Nacional I auspiciada por un alcalde y un dueño de medios de comunicación al margen de los vecinos. Y ha estallado el cabreo.

La violencia hay que entenderla para resolver el problema. Entenderla no es apoyarla que a veces se nos van los sesos cuando alguno sale intentando comprender los motivos. Entender no es aprobar, es simplemente diagnosticar y resolver si es posible. Y lo de Burgos, ciudad tranquila hasta que estalla tiene un problema grave que casi nadie está viendo. Puede ser el ejemplo a copiar. Puede ser el laboratorio de chispas.

Hoy por la mañana, a las 12, unos cuarenta jóvenes estaban destrozando las vallas que quedaban de la obra, recorriendo la calle Vitoria y rompiendo todo lo que quedaba de la obra. Unos 400 vecinos observaban mientras que la policía desde la distancia no actuaba y el Alcalde volvía a salir en los medios diciendo que la obra se haría y punto pelota. Estos son los ingredientes, alguien debe coger el teléfono y resolver el problema. El de Burgos y el de su contagio. Atajar con violencia la violencia puede generar más violencia. Hay que resolver los problemas antes de que se conviertan en violencia.

Qué es la Arteterapia y para qué o quien sirve como terapia?


En los últimos tiempos ha surgido con más fuerza la Arteterapiacomo un tratamiento beneficioso en muchos aspectos para personas con depresión y/o ansiedad, con problemas de adicciones, de falta de libertad o de autoestima muy baja. Estas terapias empezaron en el siglo XVIII y aunque no son siempre bien aceptadas, van ampliando poco a poco su influencia en colectivos muy importantes de la sociedad.

Sobre todo entre niños, ancianos, presos, enfermos, personas con adicciones, personas que han sufrido violencia de género, personas que han sufrido grandes catástrofes, etc.

En sesiones de entre 60 y 90 minutos, generalmente una vez por semana o cada 15 días, se realiza una actividad con el terapeuta. Los avances se empiezan a notar en personas con problemas psicológicos al cabo de un mes. La Arteterapia además de ofrecer beneficios para situaciones graves o leves de conflictos personales es un sistema terapéutico que sirve para diagnosticar mejor el grado del trastorno.


Una sesión de Arteterapia la podríamos dividir en tres partes. Una primera parte en que el terapeuta habla con el paciente, le pregunta como ha pasado la semana y si ha realizado algún trabajo de terapia; como se encontraba en el momento en que lo hizo, qué motivos le llevaron a ello.

Una segunda parte donde ambientada con una música suave en donde se realizan ejercicios de relajación, intentando llevar con los brazos, el cuello o las caderas, el ritmo que nos marca de la música. En esta parte el paciente toma contacto con su cuerpo, con su mente, con su momento, con él mismo.

La tercera parte de la sesión de Arteterapia es puramente artística. En ella se desarrollan sobre cartulinas y con diversos materiales pictóricos ejercicios de formas; diversos dibujos libres o dirigidos, por ejemplo rellenar una cartulina trazando una espiral con un lápiz pastel siempre azul, y dejando en el centro un hueco blanco. Se busca la concentración, la relajación, la tranquilidad, la valoración de uno mismo y con ello el aumento de la autoestima. Es tal la concentración que se llega a adquirir que puedes ser capaz de cerrar los ojos a la par que trazas la espiral.

Hay muy diversos ejercicios de pintura o dibujo, que el terapeuta va dirigiendo según las necesidades y las posibilidades de la persona, para que se sienta bien con lo realizado.

Cuando alguien siente una crisis de angustia, o experimenta un estado de nerviosismo, debe empezar por respirar, calmarse, coger un papel, ponerse una música, o un incienso de olor o algo que le haga sentir bien y plasmar en el papel lo que sienta en ese instante, bien con colores fríos o cálidos. Con la revisión posterior de esos ejercicios, el terapeuta podrá entender mejor como se ha sentido su paciente ante un estado concreto de ánimo en un momento de crisis.

Laura Puente