22.8.14

La elección mayoritaría del alcalde se puede volver contra el PP

El cambio electoral que pretende realizar Mariano Rajoy para las próximas municipales es una “cacicada”, sobre todo si lo realiza sin un consenso básico donde además del PSOE deberían intervenir más fuerzas. Y más con un sistema en el que lograr un 40% de los votos suponga tener ya de entrada un 51% de representación, sin segunda vuelta y sin más reformas modernas y básicas.

Pero hay dos puntos que debemos añadir para aclarar esto. Lo primero es que no hay desgobierno en ningún ayuntamiento importante de España. Los pactos han funcionado siempre bien, y han servido para llenar de sensibilidades diferentes la gestión. Añadamos que en los ayuntamientos donde ha existido corrupción siempre han sido ayuntamientos con mayorías absolutas. El segundo es que todos los partidos de izquierda están en contra por su propia incompetencia para leer la medida desde otra óptica posible. Si se presentaran listas proporcionales de los distintos partidos de la izquierda se lograría ganar al PP en casi todos los ayuntamientos de España.

El principal problema de unas listas conjuntas son el reparto del orden de los candidatos de la lista. Algo que con los métodos actuales de sondeos bien realizados se puede solventar entre ellos si hay voluntad buena. Es decir, en vez de pactar después de las elecciones, se pacta antes de las elecciones y se crea una lista con esos acuerdos. Así de sencillo es darle la vuelta. Y que los ciudadanos elijan entre una opción u otra. Al final serán los votantes los que aprueben o no la cocina de esa lista.

Efectivamente siempre existe la tentación de que el partido grande de ese grupo de partidos de izquierda que se presentaría como un Frente Unido, podría querer imponer sus criterios una vez u otra, en unas elecciones o en las siguientes. Pero para eso están los sondeos realizados por los propios integrantes. Ni son tan caros como creemos pues a veces se pueden hacer incluso por los propios interesados, ni son tan manipulables si los controlan representantes de todas las organizaciones. Así que cuidado, querido Mariano, no vaya a salirte el tiro por la culata.

20.8.14

Los alcaldes por elección directa son una gran jugada

El PP de Don Mariano está decidido a cambiar las reglas del juego de las elecciones municipales, convencido de que así les va a ganar todos.

Se basa en una realidad clara. Nunca se podrían unir el PSOE e IU para sacar más votos que el PP. Mientras sigan separados el PSOE y el resto de fuerzas de izquierda, algo lógico en estos momentos, con la división imposible de unir de la izquierda, el PP lograría la inmensa mayoría de alcaldías de España. Para gobernar los Ayuntamientos grandes necesitarían un cambio de normal pues no tendría suficientes concejales, pero eso es sencillo. En las grandes ciudades se da más poder al alcalde y punto pelota.

Y es una forma espléndida de cimentar el bipartidismo por los siglos. No queda claro si sería un bipartidismo del PP más el PSOE o del PP más la unión de otras fuerzas de izquierda, de cara a otros años, no seamos rápidos. Sin duda estos cambios acelerarían los Frentes Populares, se llamen como se llamen.

Incluso cabría la opción de que el propio PSOE no le hiciera ascos a esta idea tramposa, pues aunque en el 2015 le quitaría algunas alcaldías de las pocas importantes que tiene, asentaría para el futuro una nueva forma de gestionar y de hacer oposición.

El gran problema es que vuelan por los aires los pactos, los consensos, los diálogos y negociaciones, creando la dictadura de la democracia, curiosa manera de seguir en el poder por los siglos.

¿Y los partidos políticos pequeños cómo quedan? Pues sin duda quedan mal, pero al final uno mismo termina por aceptar casi todo y por rendirse. El político depende de sus ciudadanos. Si no creen los votantes en los proyectos limpios, hay que rendirse, no hay otra. La historia pequeña y grande la escribimos todos cada día. También el votante, el que elije, el que da por buenas las trampas que les planteen. El resto solo nos ofrecemos, y si es que no pues nos vamos seguir hacia otras tareas. Hay muchas personas que piensan que desde el municipalismo algunos se hacen de oro y todos ganan una pasta gansa. Es otro error de bulto del que somos culpables los políticos y los medios de comunicación. Yo propondría que todos los políticos honrados nos fuéramos a nuestra casa a ver la televisión. Pero el riesgo es excesivo.

18.8.14

Los primeros 100.000 hijos de San Pablo

Todos hablan de los 100.000 primeros afiliados del partido PODEMOS como un record incomparable con ningún otro partido. Tranquilos, que estamos hablando de cosas distintas. Ser afiliado de un partido político no es lo mismo que apuntarse en unas listas a través de internet, aunque nos empeñemos en decir que son nuevos tiempos, nuevas formas. Lograr que se apunten 100.000 es un gran éxito, sin duda, pero no es comparable con estar afiliado a un partido político de los que ahora llamamos “viejos” aunque algunos tengan solo dos décadas de vida.

Lo primero que lo diferencia es la cuota, lo segundo los datos de afiliación y de participación, lo tercero el control básico para que no se cuelen topos. No sirven de nada 100.000 si entre ellos no hay personas capaces de formar una candidatura de 35 personas que se quieran implicar en una ciudad grande. Si no se encuentran 5 personas que en un pueblo quieran formar una alcaldía entre sus vecinos.

Crecer a reflujo de lo nuevo es sencillo, mantenerse cuando toda la sociedad critica a los políticos es complicadísimo.

Pero sin dejas de felicitar a las nuevas ideas, todas ellas deben tener cimientos suficientes para que sirvan ante la sociedad en la búsqueda de la transformación. No hay que olvidar que hablar, apuntarse, sonreír o poner cara de profesor, de momento, no sirve para resolver los problemas que afectan a los españoles que más necesitan soluciones. No hacer nada tampoco. Robar o ser corrupto sin duda lo estropea de forma tremenda. Pero España necesita algo más que demostrar la sabiduría, hay que conseguir el cambio, la transformación. Y pagar las deudas.

¿Y un seguro de responsabilidad civil para empresas?

Ayer leía una idea buena que nos proponía el sociólogo alemán Ulrich Beck. ¿Y por qué no creamos un seguro de responsabilidad civil para las empresas, obligatorio como el de los coches, que cubriera todo tipo de incidentes, tanto en seguridad como en deudas, suspensiones de pagos o quiebras?

Lo hay para las personas pero no para las empresas, para las organizaciones, lo que ligraría al emprendedor de parte de sus responsabilidades. El precio de dicho seguro sería el gran problema a resolver, pero seguro que hay forma de aplicarlo son arreglo a la facturación, buscando que el seguro fuera posible para todas las partes. ¿No lo tienen sin decirlo los Bancos o las empresas públicas que enseguida son ayudadas por el Estado?

Por que el mayor problema que tienen las empresas, es decir los empresarios, es que una vez que fracasas quedas estigmatizado para toda la vida. Pierdes todo tu patrimonio, el que no hayas escondido, y te impiden volver a intentarlo pues en los bancos quedas marcado en rojo.

Esto nos lleva a dos reflexiones. La primera es que los empresarios están muchas veces más preocupados en distraer sus propiedades reales que en hacer crecer su empresa. Otra realidad es que los riesgos se miden mucho pensando sobre todo en el fracaso y no en el éxito. Es cierto que el miedo cuida la viña, pero para los desaforados están los juzgados.

Normalmente no es sencillo encontrar entre la sociedad a personas lanzadas que crean importante crear empresa y riqueza, aunque parte de ella sea para su beneficio personal. Y los países necesitan emprendedores pues de ellos es gran parte del éxito del país. Pero lo curioso es que en España si fracasas es imposible levantar el vuelo. Bueno, los jetas no tienen este problema. Y los fracasos son siempre una gran experiencia para la vida y para la excelencia.

La idea de tener un seguro que te cubra gran parte de los imprevistos, de las dificultades en momentos críticos, de los accidentes en las inversiones, que actúe incluso como un nuevo termómetro hacia tus propias decisiones, puede ser como decía Ulrich, hasta revolucionario en el mundo de la empresa y de la innovación.