10.1.15

¿Dónde podemos aprender innovación y éxito?

La innovación se puede realizar en cualquier lugar, momento, actividad, edad, espacio. No es necesario mas que trabajar fuerte por querer innovar, sin importarte los resultados adyacentes, incluidos la rentabilidad de tus acciones.No es empezar bien, pero es inevitable que cambiemos la forma de pensar, si de verdad queremos innovar.

Innovar no es copiar de "otros" pero sobre todo no es copiar de uno mismo. Innovar es crear algo nuevo, pero se puede partir de algo que ya existe. Innovar es imaginar algo diferente que aporte un valor superior a lo que ya existe desde ideas que señalen nuevos caminos a explorar.

El ejemplo de El Bulli es uno del que podemos plantear como ilógico, pero que funcionó muy bien. 

Pretendió innovar desde la gastronomía, desde un pequeño restaurante que no había triunfado antes, en una cala de playa escondida a la que se accede desde un camino pequeño entre calles estrechas de Rosas en Gerona y tras recorrer bastantes kilómetros de carretera muy secundaria. No son los ejemplos más recomendables en los libros que enseñan a invertir, para lograr objetivos empresariales.

Pero sí consiguió innovar a costa de mucho trabajo, locura bien planificada y mucho estudio de todo tipo de posibilidades, no solo de negocio. Lo importante para el equipo era abrir nuevas vías y posibilidades, no rentabilizar un negocio del que ya existían miles repartidos por lugares más fácilmente accesibles.

Si añadimos que era un local pequeño, que solo se servían cenas y que solo abría seis meses al año, donde trabajaban más personas que posibles clientes, entenderemos que la innovación es muchas veces incompatible con los beneficios en forma de dinero. Y de hecho El Bulli perdía dinero, lo que no quiere decir que no fuera un gran ejemplo de innovación.

Innovar es abrir nuevos caminos, poner en valor ideas diferentes y a veces algo locas. Y efectivamente, a la hora de innovar es mucho más fácil el fracaso pues se toman más riesgos, pero también más fácil el éxito pues se está intentando abrir nuevos caminos o servicios.

8.1.15

Perdemos ciudadanos en España. Siempre es triste

Hoy (enero del 2015) me he encontrado con un chaval nacido en Guatemala que mañana por la mañana se iba a su país. Ha estado cuatro años aquí, en España, en Madrid, intentándolo. Es músico, no tiene carrera terminada aunque lo intentó aunque tampoco es una garantía de futuro. En los muchos últimos meses entre nosotros, en España no ha logrado nada importante, ha tenido que vivir de las ayudas de amigos. Y se ha acabado. Mañana se vuelve.

Es joven, de veintipocos, inteligente pero sin suerte, se sigue creyendo inmigrante aunque no lo parezca ni de rostro ni de voz tras cuatro años entre los españoles. Pero tiene la misma realidad que miles de españoles jóvenes.

Cuando España pierde a una persona joven, pierde un activo como país o como sociedad. Demostramos que no somos capaces. Pero intentamos buscar explicación a nuestra incapacidad. España no debe conformarse con tener 46 millones, nuestro objetivo deben ser los 60. Pero esto no parecemos entenderlo nunca, incluso no sabemos explicarlo bien.

Nunca sin palabras. Por la libertad

Nunca hay que reaccionar a las provocaciones de los provocadores, sino seguir luchando por lo más difícil, por vivir mejor desde la libertad de opinión, una de las madres de la libertades.

7.1.15

No debemos perder la libertad, por que lo quieran los terroristas

El terrorismo es la guerra actual de los brutales salvajes contra los civiles inocentes. Como siempre en las guerras de siempre. Y las soluciones que nos plantearán contra la violencia será más violencia, también como siempre.

Los idiotas asesinos no se enteran, no saben leer sociología, no saben lo que pierden los que tienen su misma religión. Es la imbecilidad de los incultos que solo saben tener razón con las armas en las manos, la libertad podría ser también suya, pero se ufanan en repartir solo terror y miseria, sangre y violencia. Así es imposible lograr avanzar en la concordia, pues para ella se necesita mucha voluntad de compartir.

Lo malo del terror es que afecta a la convivencia, más cuando precisamente ataca la libertad más básica, la de prensa, la del arte, la de opinión. Todos tenemos terror, todos pues tenemos que defendernos.