16.6.15

Primer error de Carmena. Asustarse de las portadas de los periódicos

El cese - no cese de Zapata como Concejal de Cultura de Madrid es el ejemplo más claro de que para entrar en la política, antes hay que venir político de casa y conocer las normas nunca escritas. Esto es como ponerse a jugar al ajedrez sin saberse las reglas, pensando que es suficiente con que te aplaudan mucho al entrar en el salón.

Todos hemos salido perdiendo con el cese de Zapata aunque ahora no lo notemos. Yo he sido de los que primero he saltado visceralmente y en contra del rebote de los chistes que hizo el tal Zapata que ni se los inventó pues todos los conocíamos de antes, pero el tiempo me está ayudando a posar las miradas, por simple lógica de supervivencia de Twitter.

Que un tipo en plena idiotez mental cuelgue hace 4 años unos chistes de mal gusto en una red social parece un absurdo para que el coste sea perderse un cargo importante en su vida. Entre otras cosas porque hace 4 años nadie pensaba que Twitter sería un arma de ida y vuelta. Este Zapata hace cuatro años tendrían un montoncillo de seguidores que era a los que él creía les estaba mandando sus asquerosos chistes. Ni por asomo pensaba que iba a nacer Podemos, Ahora Madrid o que él iba a ser Concejal de Cultura de unas de las mayores capitales de Europa. Nunca pudo pensar en esos tiempos que algún día un desenfrenado mental se pondría a rebuscar entre sus basuras viejas hasta encontrar mierdas secas.

Todxs nos sentiríamos rojos (de color) si leyéramos hoy lo que escribíamos hace 4 o 10 años. Excepto Camilo José, claro. Todxs nos sentiríamos verdes si nos recordaran lo que hablábamos con los amigos en ciertas noches tontas o en algunas mañana grises. Incluso diría que todxs lxs concejales de Madrid, Zaragoza y Langa de Duero se lanzan pedos y la inmensa mayoría se hacen pajas, aunque sea con papel de fumar. Y sin duda todos hacen caquitas para no reventar en el intento de aguantarlas. Ya sé que en privado, pero es que Zapata hace 4 años se creía que también estaba mandando estos abominables chistes a una red privada de cuatro amiguetes.

Carmena no ha estado fina, ha cometido su primer error grave, no ha sabido ser política. Con lo que hemos tenido que soportar en este santo país, preocuparse por lo que dijo un colaborador hace 4 años al que le han rebuscado hoy lo que dijo entonces, solo con el ánimo de joderlo, es como para reírse y relativizar. En España y en Madrid lo grave no son los chistes de idiota que rebotó Zapata hace 4 años, lo grave es lo que sigue sucediendo con el desempleo juvenil, con la educación, con la pobreza, con los trabajadores mayores de 50 años que terminan en el paro. Eso es lo impresentable.

Que las víboras de la derecha cavernícola hayan hecho palanca es lo lógico. Para eso están. Pero lo tonto desde la izquierda es caer en la trampa, más cuando todos los medios de derechas, es decir casi todos, hayan colocado portadas enteras con esta idiotez. ¿Con cuantos temas importantes NO hemos hecho portadas? El humor puede ser negro, amarillo o verde. No quiero recordar con qué asuntos hacíamos todxs humor hace una década, ni deseo pensar con qué lo haremos en el 2025. Por eso es fundamental, para no volvernos locos, el juzgar todo en el momento, tener en cuenta para todo el momento en que se produce.

15.6.15

Humor negro amarillo o como ser tonto sin pretenderlo

El humor negro es una excelente forma de reírnos de nosotros mismos, pero es tal vez el humor en el que se necesita una mesura y una inteligencia algo más elevada que en el resto de clases de humor. El castellano es tremendo para crear chistes, pero incluso en el humor, la modas pasan, los criterios cambian.

Pero lo que en el año 2015 está mal en el 2011 también estaba mal. No han pasado tantos años. Que un concejal actual diga idioteces en el año 2011 cuando era un ciudadano de calle nos indica que en el 2015 tiene muchas posibilidades de seguir diciendo idioteces aunque haya crecido de categoría laboral.

Yo ayer me puse totalmente de lado del concejal Guillermo Zapata. No tanto porque precisamente solicitaban su ajusticiamiento público los que han permitido robos y saqueos sin tamaño, como porque la libertad de opinión, de escritura, de humor, de literatura —el humor es literatura, buena o peor— me parecen fundamentales. Pero hoy tropezando de bruces con el chiste sobre Irene Villa me he dado cuenta que no fue un exceso verbal sino un comportamiento mantenido, y aquí ya me entran dudas sobre la idoneidad de este señor para mantenerse en un cargo importante en el Ayuntamiento de Madrid. Si se le hubiera sometido a una selección de personal básica del tipo a las que se someten los desempleados en España, casi seguro que no la hubiera pasado.

14.6.15

Vuelve la modernidad, la revolución, el caos. Bien, bien. ¿Será cierto?

Los museos ya no deben ser almacenes de "cosas" como las bibliotecas no deben serlo de libros sobre la pared, ni los colegios son ya almacenes de niños. Hoy todo debe moverse por sí mismo, y poco a poco nos vamos dando cuenta de la importancia de que todo sea creativo. Es la mejor señal de que estamos saliendo de la crisis. Sobre todo de la mental.

Desde los años 80 el mundo occidental y España como ejemplo no había avanzado nada en cambios sociales, en modificaciones importantes en sus hábitos de cultura social. Si en los años 70 creíamos que al ser ancianos nos iríamos de vacaciones a Marte hemos descubierto que seguimos escapándonos a Benidorm. Si en los 80 pensamos que la música y el vestir iba a ser revolucionaros nos estamos dando cuenta ahora que nos sigue gustando el pop y que cuando vemos a un concejal sin corbata pensamos que es un provocador. 

Hemos estados tres décadas retrocediendo o intentando en el mejor de los casos, mantenernos en el mismo lugar. Avanzan las tecnologías del entretenimiento pasivo. Creemos que avanzan las tecnologías de la comunicación personal pero tres décadas después el sexo parece menos libre y sin duda nos abrazamos y tocamos mucho menos. Hablar ya no hablamos, si acaso escribimos pero entrecortado. Avanza internet pero no lo empleamos para ser más formados o listos, sino para estar entretenidos y encogidos, como ensimismados.

Así que pensar que en alguna biblioteca ya se puede escuchar música, dormir la siesta o hablar alto, es una bocanada de aire nuevo. Pensar que en los museos se pueda fotografiar la obra y llevársela a casa será la hostia. Que en los cementerios se hará teatro por las noches un virús que parece contagiarse. Que el teatro o la ópera puede ser un lugar donde los actores se inventan los sonidos mientras los espectadores son los que de verdad hagan la obra como ya sucedía hace 30 años, un volver a soñar con los cambios. Para ver la moda actual hay que moverse a los años 60 o a lo sumo a los 70 pues luego vinieron las modernidades y nos hicieron creer que todo podría cambiar. Así que tener alcaldesas de 71 años, concejales que salen bailando del salón de Plenos, familias enteras que podrán entrar a sus ayuntamientos a pisotearlos sin que los serios guardias les pongan caras de romanos, puede ser otra señal de que el cambio ya ha llegado.

Ha cambiado la comida de los ricos, que ahora es mucho más cara en los restaurantes donde te venden cuadros y sensaciones, pero también la de los pobres que ahora es más escasa y de peor calidad. Así que debemos trabajar tanto que sin duda hay que abandonar el escribir y leer y ponernos a pensar y a crear soluciones nuevas.

12.6.15

Cambio y ampliación en la división de las clases sociales

Hasta ahora había izquierdas y derechas pues la lucha de clases era casi un elemento subsidiario entre las ideologías. Todos teníamos claro donde se debía posicionar cada persona. Pero poco a poco nos hemos ido dando cuenta que en su libertad y por muy diversos motivos, esto no era así y crecía esta divergencia.

Muchos trabajadores de duros turnos laborales votan a los conservadores, donde en teoría están los empresarios que les sisan derechos, sueldos y calidad de vida. Algunos pequeños empresarios votan a la izquierda sabedores de que el mundo necesita ser más humano.

Así que como posibilidad nueva está surgiendo dividir a la sociedad entre los de arriba y los de abajo en un uso curioso del idioma, sobre todo por parte de Podemos. ¿Pero solo arriba y abajo? ¿Y los de en medio? Pero sobre todo ¿y los que ya están fuera del sistema, los que ni tan siquiera son de abajo?

Las clases sociales se están moviendo. Crecen las clases altas y bajas, disminuyen las clases medias y sobre todo ha nacido la clase de los desplazados, de los que no tienen clase, de los que tienen que vivir a costa de sus familias, de las ayudas sociales, de la subsistencia. Esos no son clases bajas, pues sumarlos todos supone que las personas con ingresos bajos no recibirán ayudas para que tengan una vida digna. O separamos en dos grupos sociales estas diferencias pues son también diferentes las políticas de ayuda y crecimiento que hay que realizar, o no estaremos trabajando bien.

Ambos colectivos sociales y de clase necesitan ayuda, pero es muy diferente. Por un lado hay que potenciar las ayudas a los que no llegan a fin de mes y pueden perder lo poco que ya tienen. Pero por la otra hay que buscar fórmulas políticas para que este grupo social de los desplazados, jóvenes en muchos casos, logren reincorporarse a la vida social no solo desde el punto de vista económico básico, como sobre todo en el de la producción, formación, reciclaje laboral, autoestima, consumo incluso, para reengancharlos como ciudadanos comunes. El grave problema en estos momentos es un auténtico agujero social de una generación sin futuro que puede ver como son empujados por la nueva generación que ya está llegando con brío y cambios.