20.7.15

¿Qué es y cómo nos afecta en España el TTIP?

El TTIP es una nueva serie de normas que nos van a afectar y mucho en nuestro día, sin darnos cuenta en la mayoría de los casos, y del que no se está hablando casi nada. De hecho la mayoría de españoles no conocen lo que es el TTIP, ni tan siquiera que se está negociando.

El TTIP son las iniciales en inglés del “Tratado transatlántico de Comercio e Inversión”. Suena a nombre complejo, a que efectivamente a nosotros en el día a día no nos afecta, a cosa enorme que ni nos va ni nos viene. Un claro error al que están jugando para que no nos enteremos. Bien logrado, sin duda.

En realidad es un acuerdo o tratado entre EEUU y Europa, que modificará la manera de vender y comprar y de hacer inversiones entre ambos lados del Atlántico. En teoría se nos empieza a decir que no es que modifiquen las normas, sino que aumentan las posibilidades de hacer negocio. Un claro juego de palabras con el que empezamos mal. De hecho se está negociando en Bruselas en el máximo de los secretos entre algunas partes, no entre todas.En Europa hay varios niveles de negociadores entre Norte y Sur, países ricos y pobres, derecha o izquierda.

Cataluña quiere ser Cataluña. Eso no es la independencia

Efectivamente el asunto de Cataluña se está llevando peor que mal entre todos. “Entre todos la tenían y ella sola meaba”. La última entrevista de Artur Mas con el Rey es otro desatino de tamaño volumen que asombra en un país occidental y democrático. Posiblemente desconocemos el motivo real para recibirse ambos en estos días, puede ser una bronca o una petición de información añadida, de esa que Mas no quiere dar a Rajoy. Pero como poco, hay que salir y hablar. Alguien debe hablar alguna vez a los españoles para algo más que no sea de fútbol o de tontadas manipuladas. El caso es que el silencio posterior es la imagen de la España actual.

Hablar de la actual situación es complicado pues nadie la sabe. Tampoco ellos. Pero sí resulta curioso que quien quiere dirigir la independencia de un país se esconda en el puesto quinto de una lista electoral. No tiene sentido histórico. En todo proceso de este tipo se necesita un líder que dirija, que sepa hacer piña con su sociedad. Pero que los dos líderes del proceso político estén por medio y no dando la cara, sorprende, excepto si lo entendemos como un juego donde probar y probar hasta que la nuez salga cocona.

Cataluña y los catalanes, ahora, no quieren la independencia. Por varios motivos, pero el más importante porque no les conviene. Pero el PP y sus mentes pensantes se creen que con poner cara de tiburones puede valer. Es posible que las leyes amparan varios procesos para evitar el problema final de una Cataluña fuera de España. Pero la herida sería brutal, la enfermedad incurable, el aumento de los síntomas sociales de separación un camino sin vuelta atrás. Los catalanes necesitan un líder, pero anda que los españoles, ni te cuento.

Cataluña representa el 20% del PIB español. Que los dos principales partidos políticos de España no tengan ahora casi representación social y política en este territorio es de preocupar. Que nadie tengamos ideas válidas para los catalanes, es triste. Ya no es hoy solo problema de la economía o de los impuestos, de las trasferencias o de las leyes, del idioma o de su cultura. Es sobre todo y como casi siempre en estos problemas, un asunto de respeto institucional, un reconocimiento teórico pero válido de la realidad social. Cataluña quiere ser Cataluña, y lo de  menos para ellos es si dentro o fuera de España, pues ellos ya se sienten geográficamente fuera. Lo que estamos haciendo entre todos es que los catalanes se sientan también moralmente fuera de España.

19.7.15

El hambre de Leguina se mide con otras estadísticas

Hay políticos que el paso del tiempo les sienta fatal. Tengo la obligación de creerme que ha sido el aumento de años y no el engaño social de vivir disfrazados ideológicamente cuando fueron Presidentes de Madrid. Jope con Madrid. ¿Qué tiene Madrid, si el agua parece tan saludable?

Joaquín Leguina “nunca se ha creído” los datos sobre el aumento de la pobreza en España, siendo demógrafo nunca ha creído que el 22% de la población en nuestro país esté bajo ese umbral de la pobreza.

Lo malo no es dudar del lugar numerológico dónde poner el corte estadístico para que un dato sea uno o el contrario, lo malo es la forma de argumentar, pues el amigo Leguina acusa a las ONGs de manipular estos datos estadísticos para sus intereses. Al menos no acusa a los pobres de ser pobres.

“Si yo me dedico, y me dedico por —digamos humanidad o porque tengo esa vocación— a cuidar pobres, me interesa que haya muchos pobres. Porque si no hubiera pobres, ¿a qué me dedicaba?”.

Jope con el señor mayor, de la misma edad que yo. Eso es tanto como asumir que los médicos cuidan a sus enfermos sólo para que no se les mueran, no vayan a perder clientes. O las residencias de ancianos dan de comer bien, para no perder facturación. Es tanto como pensar que las personas que acuden a ayudar en una ONG lo hacen con el buen propósito no de resolver los problemas, sino de que les duren muchos años para estar entretenidos. Tanto como pensar que los soldados matan poco en las guerras, para que así puedan seguir teniendo trabajo más tarde.

Los jóvenes con ingresos mensuales inferiores a los 400 euros mensuales son inmensidad. Eso es pobreza. Con independencia de que tengan móvil, internet y zapatillas de marca. De que estén en bares o fumen. Las familias tenemos que soportar esos gastos, porque no todos somos pobres, el 78% no lo son, y porque nos da la gana soportarlos. Pero la pobreza se mide de muchas maneras. La principal es que España está más pobre, que ha aumentado la pobreza, y que los jóvenes en España no se pueden emancipar, cada día hay más niños que acuden a las aulas públicas con hambre, cada días se consume menos de elementos básicos. Efectivamente, cada día se vender más Audi o Mercedes. Eso también es cierto.

El trabajo laboral productivo no es la suma de horas de estar

Leía ayer que mientras los griegos trabajan casi 700 horas al año más que los españoles o los alemanes, su productividad por persona año es bajísima comparada con los ciudadanos que trabajan un 35% menos de horas. Las estadísticas las empleamos a veces para crear sensaciones, ideas, opiniones. Así que mucho cuidado con los datos.

En Grecia hay oficios en donde se jubilan a los 55 años y en España hacerlo a los 67 nos parece (a mi no) incluso poco. Pero no tenemos en cuenta (casi) los años trabajados. 

Yo empecé a trabajar a los 14 años y cotizando desde entonces. Mi hermano a los 12 aunque estuvo dos sin cotizar. 

¿Se debe medir la edad de jubilación de la misma manera para quien empieza a trabajar a los 26 ó 30 años por no poderlo hacer antes, que a los que empezamos siendo niños? 

No es cuestión solo de coste, de años cotizados, que también. Es sobre todo cuestión de agotamiento vital, laboral. 

Quien ahora es obligado a jubilar a los 67 años es una persona que en muchos casos empezó de niño y además al no tener una formación alta no solo ha tenido que soportar trabajos duros sino además en muchos casos sin cambios en las empresas. 

¿Se sabe medir lo que supone trabajar 50 años seguidos en el mismo puesto de trabajo?

La productividad de cada puesto de trabajo es la suma de muchas variables. Pero los menos responsables en su aumento, control o mal utilización suelen ser —en la mayoría de los casos— las personas que simplemente trabajan. 

No se está motivado. No hay formación suficiente. 

Pero sobre todo no hay herramientas a la altura de las necesidades, ni directivos que sepan organizar los sistemas de trabajo. 

Nada hace más daño a un proceso productivo que unos gerentes incapaces de adaptarse a cada momento, a saber formar equipos, a saber motivar.

Se pueden trabajar 2.000 horas al año y producir mucho menos que los que trabajan 1.500 horas, sin duda. Y además lograr por ello una mala motivación e implicación y una nefasta gestión de los tiempos de respuesta de cada momento. 

Yo nunca he querido personas de velocidad fija, fueran del tipo que fuera. Yo siempre he seleccionado (intentado) para mis equipos, personas de muy variada velocidad según el momento. 

Lo de menos era contar las horas anuales o los días festivos, sino la producción en cada momento. Algo por cierto que en empresas con diversos niveles de gestión y administración, sé que es complejo de lograr y admitir. 

Acercarnos al momento laboral actual es alejarnos de sistemas poco productivos

No es posible ya competir en trabajos manuales, de alta necesidad de mano de obra. Hoy el trabajo tiene que venir a España desde otras ópticas. O somos capaces de entender esto, o estamos condenados a seguir equivocados.

En los países occidentales con una sociedad del bienestar que hay que mantener, no es posible seguir aferrados a la economía laboral de las muchas horas de trabajo, de la cadena de montaje, de las grandes corporaciones, de aquella producción que muchos pueden hacer por la mitad de precio final. 

Rebajados los costes de las materias primas, de los impuestos internacionales al comercio, del transporte de las mercancías, quedaba el coste de la mano de obra. Era inevitable y hay que asumirlo para defenderse.