29.9.16

La plaza Sarajevo de Zaragoza se quedó sin su "Equilibrista"

La Glorieta de la Ciudad de Sarajevo en Zaragoza es una pequeña plaza que cumple una función esencial para los niños del barrio de Montemolín, pues es un simple contenedor de juegos infantiles con unos pocos ejemplares grandes de árboles de sombra, que sirven para la tranquilidad de la zona y para poner una mancha verde aunque pequeña en una zona entre el parque de Torre Ramona y la más grande plaza Utrillas. El clásico espacio verde de proximidad para servicio de unas pocas calles.

Como siempre, falta limpieza y mantenimiento, y ha saltado a los medios en estas semanas por el robo de la escultura que en honor a los habitantes de la Ciudad de Sarajevo, se puso con la presencia de autoridades de la ciudad Bosnia.
En el año 2011, la Junta del Distrito de Las Fuentes puso una escultura en la Plaza Sarajevo de la que ahora podemos ver los restos. La obra del Colectivo Pablo Serrano representaba: “La armonía, el complicado equilibrio entre el amor y el odio, la paz y la guerra, en una zona como los Balcanes". Pero ha sido destruida por unos vándalos, posiblemente para vender ya fundido el bronce de su construcción. Era una figura humana desnuda y con los brazos en cruz, que se sustentaba como podemos ver sobre un raíl de tren de 65 centímetros de largo y que recibía el nombre de El equilibrista.

28.9.16

Un jardín de caza, para NO cazar

Esta imagen nos muestra esos primitivos parques particulares de las grandes familias europeas, que creaban para su deleite y descanso, aunque no se agotaran nunca de nada. Ellos procuraban aun así, descansar del aburrimiento. Es un detalle de los alrededores del Palacio de Moritzburg en Alemania, un enorme pabellón de caza para que un Duque llamado Mauricio de Sajonia, pudiera cazar los animales que le soltaban sus criados en la zona y luego irse a descansar. Pero no voy a seguir criticando, sino a mostrar un ejemplo de zona verde que hoy en día sigue actual.

Árboles bien cuidados, envolviendo una enorme zona de agua a modo de lago, que siendo artificial parece natural. Animales decorando todo el entorno, y sensación de naturaleza que crece de forma natural, simplemente dejando que así sea, y dominando su crecimiento. Bancos y caminos de tierra compactada. Hoy es una zona de uso público, pero es también el ejemplo de lo que el ser humano necesita para su solaz. Naturaleza limpia, agua y vegetación, control del crecimiento para que haya armonía, animales sencillos para dar otro toque natural, algo de mobiliario urbano y silencio.

Han pasado casi 500 años desde que esta zona se inauguró con estos mismos conceptos, y siguen actuales las necesidades de los seres humanos con sus zonas verdes urbanas.

Mala poda, mala planificación de zonas verdes

Esta imagen nos muestra la clásica escena de un árbol caído en un parque lleno de gente, con el consiguiente peligro para las personas. Es el parque Tío Jorge, donde una escena similar supuso el fallecimiento de una joven mujer hace unos años. Si vemos la escena con calma notaremos dos clásicos errores que se mantienen en el tiempo sin atención por parte de los profesionales de jardinería.

A la derecha y junto a la recta columna que mantiene la señal de tráfico vemos el árbol al que se le ha desgajado una enorme rama. Está inclinado. Bastante inclinado. La enorme rama que ha caído, está podrida como se puede ver y vacía en su interior. Nadie la ha detectado. Pero si nos fijamos en el árbol que está a su lado, lo vemos excesivamente espigado. Anormalmente desarrollado como sucede en cientos de ellos en Zaragoza.

El motivo es la mala poda de estos árboles durante muchos años. Se cortan las ramas bajas y se les deja crecer sin control hacia arriba, en zonas llenas de otros árboles y eso les lleva a buscar el sol desesperadamente. Este sistema está bien en campos donde los plátaneros y otros tipos de árboles similares se plantan para hacer madera. Pero no, nunca, en zonas de esparcimiento donde se busca la sombra y la belleza. En la mayoría de las ciudades españolas, este tipo de árbol, el plátano de sombra o similar, se poda en la copas cuando son pequeños, para lograr árboles más horizontales, y nunca tan verticales. Más todavía si están plantados en ciudades con un fuerte viento racheado como en Zaragoza.

27.9.16

Para qué quería Guillermo Tell su segunda flecha?

Guillermo Tell representa en Centro Europa la figura de la rebelión contra el poder, contra el poderoso. Pero no todos sabíamos que en realidad Guillermo Tell, que no debió existir pero es un personaje muy conocido, jugó con ventaja contra el poder, en su famosa escena de la flecha. 

Guillermo Tell era ya un reconocido arquero que como no quiso doblegarse ante el poder de los señores de la zona, reverenciando su poder, y fue castigado entre la muerte o jugársela disparando una flecha contra su hijo, al que pusieron los malvados a 100 metros de distancia del padre con una manzana en la cabeza, mientras el Gobernador observaba la escena de puntería y valor desde una grada más alejada.

Pero Guillermo Tell puso dos flechas en su ballesta. Con una disparó hacia la manzana de la cabeza de su hijo, mientras que la otra se la quedó en recámara. Acertó al primer disparo, sin herir al hijo. 
 
Extrañado el Gobernador le preguntó que para qué quería la segunda flecha, pues en caso de fallar dejaría mal herido al niño. Guillermo Tell —dice la leyenda— le miró a los ojos y le respondió que aunque él, el Gobernador, estaba a más de 200 metros de distancia, si hubiera fallado contra su hijo, estaba seguro que con la segunda flecha le hubiera acertado en el corazón del poderoso. Efectivamente, fue condenado a galeras, aunque luego la historia continúa.