26.3.18

Reacción o revolución. Siempre es lo mismo

Contra toda acción existe una revolución, de forma automática, pero sin que sea inmediata y sin saber de qué tamaño o forma. Acción = Reacción. Esto es tan viejo como el mundo. Así que tras las izquierdas que se creyeron de izquierdas…, crecieron las nuevas derechas empujadas por la necesidad social de hacer caso a lo inevitable. Otra vez acción = reacción.

Nacen o renacen y se engordan las nuevas derechas, los neoconservadores, los neoliberales, los neocapitalistas, mientras la izquierda se hunde convencida de que no fueron capaces de cambiar el mundo. Y es verdad, pero todo es cuestión de óptica, de táctica, de aprender a ver o incluso a querer ver. Es necesario que ahora aprieten y mucho los neocon para que resurjan las izquierdas con fuerza.

El truco está en el poder de la fuerza, en pasarse o no llegar en la frenada, en saber dominarte a ti mismo cuando gobiernas, para no dejar espacio al nacimiento de lo contrario. Una acción suficiente pero que no exija que tenga que nacer la reacción. Y no hablo de una tercera vía, ni tampoco de entenderse con los contrarios para que estos no se enfaden, pues eso es imposible y no válido. Hablo de saber entender cada jugada, cada momento, y actuar pensando en el futuro.

Contra la ACCIÓN de Cataluña declarando la Independencia, que es el sumo logro que se pretendía desde el campo de la independencia, surge la REACCIÓN del españolismo contundente empleando a los jueces como valedores del orden. Hace un siglo se hubiera empleado al estamento militar. Ahora al menos hemos sido capaces de reaccionar con la judicatura.

Pero esto mismo sirve para la lucha de clases, para los problemas sociales de cualquier campo global, para entender qué se puede y debe hacer y qué hay que hacer con la mesura de la inteligencia social. Da igual el siglo XIX, el 68 o el 2011. Da igual la Globalización del siglo XXI o la del XVI. Siempre quien pierde reacciona para aprender a ganar. Y eso es bueno, pues así vamos mejorando como especie. Siempre y cuando lo que se pierda sea controlable y superado por lo que luego se gana.

25.3.18

España no es democrática. Pero es lo que queremos. Y disimulamos

España es torpe, floja, anclada socialmente en una idea de incapacidad social para ser modernos y demócratas al completo. España está dividida y además damos la sensación de que nos gusta estar divididos en dos frentes totalmente irreconciliables. Los unos contra los otros. Con un odio escondido pero brutal, sabedores equivocadamente que es ese odio el que nos mantienen en nuestras razones.

Anteayer Felipe González volvió a dar muestra de que su inteligencia social está entera, aunque se haya escorado a la derecha. Pidió sin éxito que no se metiera a más catalanes políticos en la cárcel, pues al final el problema habrá que resolverlo desde lo social. Parecemos no entender que humillar a los catalanes, cuando son un paquete social de dos millones y aunque quien esté dispuesto a humillar primero sean otros catalanes de igual volumen, es muy peligroso.

¿Dónde están los mensajes sociales actualizados del PSOE y de Podemos? ¿De TODA ese izquierda que parece espectadora, cuando debería ser protagonista? Digo TODA con mayúsculas, pues no escucho a ninguna.

España no es nada sin Cataluña, y esto no sabemos entenderlo. Pero perder Cataluña no se hace solo desde el camino de su independencia, sino también desde el camino de la desafección social, del encontronazo perpetuo, del odio entre sociedades. Sobre todo por el efecto contagio que representa tener a una parte tan importante dentro del hogar de España pero fuera de la familia española.

En este mundo globalizado actual no cabe la independencia de territorios pequeños, y quien la pretenda es un torpe de preescolar social. Como también dicen algunos, es mucho más lógico el federalismo con Portugal que la independencia de Cataluña, todo dentro de una Europa imberbe e intermitente.
Pero lo que bajo ningún caso cabe en Europa es que haya países NO democráticos. Y las decisiones del Parlament de Cataluña olieron en el 2017 a NO democráticas, y que en España las decisiones más importantes para su futuro las tomen los jueces y no los políticos también es NO democrático. A los jueces no los elegimos los ciudadanos. 

O aprendemos, o cambiamos, o desconectamos este devenir, o nos precipitamos.

23.3.18

Con Cataluña no estamos entendiendo nada. Y es peligroso no saber leer

Con el tema catalán seguimos jugando con fuego desde Madrid. El poder de la fuerza de las leyes tiene también un espacio, un tamaño, una lógica, un recorrido inteligente. Algunos dirán que no, otros que son los mejores juristas los que están tomando estas decisiones tan inentendibles desde la política y muchos otros dirán que se lo merecen. 

No voy a ser yo quien diga que no han cometido ilegalidades, ni tampoco idioteces políticas, ni irresponsabilidades sociales que han llevado a España a una situación anormal. No voy a ser yo.

Pero las decisiones de meter a la cárcel a los que se menean, nos va a costar muy caro en el futuro social de Cataluña y de España. Las sociedades deben trabajar en el presente pensando en el futuro. Pero no en el futuro de dos años, sino en el de una década. Y aquí los errores de todos los actores son brutales. Y acumulativos. 

Muy pocos catalanes con experiencia política están sabiendo leer el momento y pensando en clave lógica y de futuro. Y lo curioso es que ninguno tiene poder.

¿Hacia dónde vamos? Pues hacia la solución no. E insisto como ya he hecho en varias otras ocasiones. Quien piense que en Cataluña no tenemos un problema, se equivoca.

Qué hacer si te han robado los datos en una Red Social?

Si creéis que os han robado los datos de cualquier red social, no os preocupéis lo más mínimo. Tranquilos, no pasa nada de nada. Vuestros datos los tenían antes de seguir escribiendo en cualquier red social, en decenas de lugares diferentes, a la venta si sois importantes para el sistema de compra y venta. Empaquetados y distribuidos para ser analizados.

Lo normal es que no seáis nunca “una persona” sino un componente más de un grupo de personas, consumidoras de vida, interesantes como tendencia, como mercado donde todo se vende y compra, incluidas las ideas y los amigos.

Es verdad que el uso de los datos de las redes sociales son más interesantes pues a través de ellos además de verte a ti, observan, estudian y monitorizan a todos tus amigos. Con uno de vosotros que déis permiso a que os hagan un estudio para una Universidad, estás abriendo el camino para vuestros 1.000 o 2.000 amigos, que no se están enterando.

Pero muchos de estos datos ya lo tenían, previo pago o previo análisis desde “El Sistema”. Saben cuándo compras y dónde  El qué y su distribución sobre otras marcas, otras tiendas. Saben pues lo que comes y lo que bebes. Lo que regalas y cada cuanto te cambias de televisor o de calzoncillo. 

Esto es muy sencillo si analizan los pagos de tu tarjeta de crédito. Y si no lo hacen contigo, sino con un paquete donde te han incluido junto a miles de personas similares, estás pillado igual.

Incluso saben cuándo vas a volver a comprar algo, y pueden mandarte ofertas personalizadas unas semanas antes. Esto es algo muy habitual, aunque no lo notemos. Hay equipos de personas pegadas a ordenadores analizando conductas de consumo. Es su trabajo.

Pero por si esto te parece poco sabemos quien entra a un museo, a un cine, a una tienda comercial. A qué hora entran los ancianos o los jóvenes. Cuánto tiempo están dentro y si entran solos o acompañados de alguien. 

Sabemos si con una pensión de 600 euros se puede vivir aunque digan lo contrario los medios de comunicación y a partir de qué cantidad de pensión mensual un grupo de pensionistas se lanzan a la calle desaforadamente o en cambio se vuelven consumistas y tranquilos.

Con las redes sociales saben perfectamente de quien hay que hacerse amigo para influir en todos sus amigos con opiniones políticas o sociales inventadas, fabricadas. 

Si alguien quiere crear una personalidad falsa para vender pañuelos de papel o ideas políticas, sabe elegir muy bien no a tí como persona, sino al paquete de personas donde están metido como un grupo determinado. Es muy sencillo. Los algoritmos informáticos lo hacen en cuestión de segundos…, si se les sabe preguntar. Y hay personas que saben preguntarles muy bien.

A partir de crear esos paquetes y de meter entre ellos a personalidades falsas que pueden ser simpáticas o sesudas, razonadas o locas, según lo que hayan visto en tu propia personalidad grupal, lograr manipular lo que toquen es muy sencillo.

Pero no te preocupes. Saben a dónde has ido tú, pues decenas de cámaras te observan. La identificación por rasgos funciona perfectamente. Sabes por donde te mueves siguiendo el rastro de tu teléfono móvil. Con quien te cruzas, a donde vas todos los días con patrones repetitivos, qué compras, cuántas veces haces el amor y cuantas el sexo. Así que no te preocupes por el robo de tus datos desde las Redes Sociales. Es lo de menos. Pero cambia la clave de acceso, anda.