15.7.18

Allende y Chile en la Transición española

El final de la experiencia socialista vivida en Chile bajo la presidencia de Salvador Allende fue vivido con especial intensidad por la izquierda española, que vio renacer en otro punto del globo, fantasmas del pasado. Y aunque desde el propio septiembre de 1973 nació en España un potente sentimiento de solidaridad con la feroz represión muy violenta sufrida en el país hermano, dicha solidaridad no se pudo mostrar abiertamente hasta los años 1976-1977. 

Nacía así el temor de que también en España había que cuidar y mucho lo poco a poco que se iba avanzando en la nueva democracia, pues en cualquier momento las fuerzas de represión que seguían vivas podrían revolver las situaciones logradas. La Transición fue un ejercicio de temores y luchas, de miedos y cuidados extremos, para no perder lo que se lograba, pues los ejemplos de Chile (1973) y Argentina (1976) era terribles.

En Zaragoza ya se celebró un mitin de solidaridad con Chile en septiembre de 1977, creo no equivocarme en el Stadium Venecia o en el Stadium de Las Fuentes, pues en aquellos años eran numerosos los actos que desde la juventud zaragozana se realizaban a favor de la democracia y en contra de todo tipo de violencia política interna o externa de nuestros hermanos de Iberoamérica.

Pero sin duda mucho más impresionante fue el festival organizado al año siguiente, el sábado 16 de septiembre de 1978, en la Plaza de Toros, a iniciativa de la Juventud Comunista de Aragón. Contó con actuaciones de los cantautores de la tierra y de figuras nacionales como Pi de la Serra y Luis Eduardo Aute, junto a la presencia estelar del grupo chileno Quilapayun. Todo un éxito certificado por la asistencia solidaria de miles de personas. Reproducimos aquí la bonita pegatina editada para este festival del año 1978, con el mismo diseño que el cartel.


Nota.: La imagen pertenece al Archivo Tiempos de Lucha y Esperanza y en el texto ha colaborado Manuel Gálvez

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14.7.18

España le pididó dinero a Irán en la Transición

En el año 1977, una semana después de las primeras elecciones democráticas de España, el 22 de junio de aquel año en el que todo en política era nuevo, el Rey Juan Carlos parece que envió una carta al Sha de Persia Reza Pahlevi, pidiéndole diez millones de dólares de entonces para ayudar a la nueva democracia en España. En concreto para ayudar a la UCD de Adolfo Suárez que se tenía que enfrentar a unas elecciones municipales en pocos meses y necesitaba ayuda económica para que los socialistas del PSOE no triunfaran pues según se dice en la carta, eran “marxistas”.

Sin duda la (presunta) carta, conocida años después por ser publicada en libros diarios de memorias del ministro del Interior de Irán Asadollah Alam en el año 1991 y por Gregorio Morán, nos demuestra hasta qué punto los que gestionan los países a veces son mucho más escasos de lo que nos podemos imaginar. Esa torpeza nos ha seguido durante décadas, lo que impide que España sea considera como un país maduro en el terreno de la política internacional.

Aunque es verdad también que Juan Carlos I no gozó en un principio de una fortuna familiar grande y que las cartas a medio mundo pidiendo ayuda a fondo perdido o como créditos, son presuntamente conocidas por muchos periodistas. Veamos el texto de esa presunta carta, con un texto que de ser cierto, no tiene desperdicio.

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Querido hermano:

Para empezar quisiera decirte cuán inmensamente agradecido estoy por que hayas enviado a tu sobrino, el príncipe Shahram, a verme, facilitándome así una respuesta rápida a mi petición en un momento difícil para mi país.

Me gustaría a continuación informarte de la situación política en España y del desarrollo de la campaña de los partidos políticos, antes, durante y después de las elecciones.

Cuarenta años de un régimen totalmente personal han hecho muchas cosas que son buenas para el país pero al mismo tiempo dejaron a España con muy deficientes estructuras políticas, tanto como para suponer un enorme riesgo para el fortalecimiento de la monarquía. Después de los seis primeros meses de gobierno de Arias, que yo estuve igualmente obligado a heredar, en julio de 1976 designé a un hombre más joven, con menos compromisos, a quien yo conocía bien y que gozaba de mi plena confianza: Adolfo Suárez.

Desde aquel momento prometí solemnemente seguir el camino de la democracia, esforzándome siempre en ir un paso por delante de los acontecimientos a fin de prevenir una situación como la de Portugal que podría resultar aún más nefasta en este país mío.

La legalización de diversos partidos políticos les permitió participar libremente en la campaña electoral, elaborar su estrategia y emplear todos los medios de comunicación para su propaganda y la presentación de la imagen de sus líderes, al tiempo que se aseguraron un sólido soporte financiero. La derecha, asistida por la banca de España; el socialismo,por Willy Brandt, Venezuela y otros países socialistas europeos; los comunistas, por sus medios habituales.

Entretanto, el presidente Suárez, a quien yo confié firmemente la responsabilidad del gobierno, pudo participar en la campaña electoral sólo en los últimos ocho días, privado de las ventajas y oportunidades que expliqué ya anteriormente y de las que se pudieron beneficiar los otros partidos políticos.

A pesar de todo, solo, y con una organización apenas formada, financiado por préstamos a corto plazo de ciertos particulares, logró asegurar una victoria total y decisiva.

Al mismo tiempo, sin embargo, el partido socialista obtuvo un porcentaje de votos más alto de lo esperado, lo que supone una seria amenaza para la seguridad del país y para la estabilidad de la monarquía, ya que fuentes fidedignas me han informado que su partido es marxista. Cierta parte del electorado no es consciente de ello y los votan en la creencia de que con el socialismo España recibirá ayuda de algunos grandes países europeos, como Alemania, o en su defecto de países como Venezuela, para la reactivación de la economía española. Por esa razón es imperativo que Adolfo Suárez restructure y consolide la coalición política centrista, creando un partido político que sirva de soporte a la monarquía y a la estabilidad de España.

Para lograrlo, el presidente Suárez claramente necesita más que nunca cualquier ayuda posible, ya sea de sus compañeros o de países amigos que buscan preservar la civilización occidental y las monarquías establecidas.

Por esta razón, mi querido hermano, me tomo la libertad de pedir tu apoyo en nombre del partido político del presidente Suárez, ahora en difícil coyuntura; las elecciones municipales se celebrarán dentro de seis meses y será ahí más que nada donde pondremos nuestro futuro en la balanza.

Por eso me tomo la libertad, con todos mis respetos, de someter a tu generosa consideración la posibilidad de conceder diez millones de dólares como tu contribución personal al fortalecimiento de la monarquía española.

En caso de que mi petición merezca tu aprobación, me tomo la libertad de recomendar la visita a Teherán de mi amigo personal Alexis Mardas, que tomará nota de tus instrucciones.

Con todo mi respeto y amistad. Tu hermano, JUAN CARLOS

13.7.18

Los años del humo. Seguimos sin saber nada

Tras ver en Aragón TV el documental “Los Años del Humo” de Ramón J. Campo y Germán Roda, sobre el incendio del Hotel Corona de Aragón en Zaragoza donde murieron en el año 1979 un total de 80 personas, uno se queda con las mismas o más dudas que antes. ¿Accidente o atentado?

Y las preguntas se amontonan. Una para mi que resulta clave. Si en realidad fue un accidente producido por el incendio de una churrera de 20 litros de aceite que había sido limpiada la tarde anterior, ¿cúal es el motivo por que que en ningún momento de los diversos sumarios civiles o penales nadie interrogara al responsable de dicha churrera, a la persona que se dedicaba a realizar los churros?

Un periodista habló con esta persona, presuntamente, esa misma mañana en la calle, donde él mismo se hizo responsable ante el periodista del desastre. Pero luego nunca, ni la policía ni los jueces (parece que…) interrogaron a esta persona para al menos saber qué sucedió en ese momento crucial. Sabemos que el joven aprendiz que limpió la churrera la tarde anterior tenía que volver a las 10 de la mañana y así lo ha testificado una camarera de piso, que era su hermana. 


Pero nadie dice nada de esa persona responsable de la churrería, que en teoría fue la que sabe de primera mano qué sucedió en el momento del incendio y qué medios se utilizaron en primera instancia para sofocarlo por ejemplo extintores y de qué tipo, de qué forma se produjo el núcleo del mismo si por derrame o de otra forma, admitiendo que de caer sobre el fuego no pudo propagarse sobre el gasoil pues este no prende. Saber si cayó al suelo, si estaba la campaña extractora encendida o apagada, muy sucia de grasa o limpia, quien estaba en ese momento en la cocina de la cafetería, etc.

Se deja escrito en al menos uno de los sumarios de la existencia de un acelerante y se apunta incluso a que pudo ser napalm, un elemento que nunca que yo sepa utilizó ni ETA ni el FRAP. Y se habla de la intervención de tres personas como poco para esa acción. Se investigó el local quemado por estamentos militares sin que se conozcan sus informes. Las empresas de seguros entraron varios días después, cuando todo ya había sido investigado por diversos grupos técnicos. Se habla incluso de la existencia de una fábrica de napalm en Zaragoza en la zona de la Avenida Cataluña. ¿Algo de todo esto se investigó?

¿Qué factor tuvo en todo esto, el hecho de que hiciera 100 días del inicio del primer Gobierno Democrático en España tras la Dictadura
, y que los estamentos militares estaban muy cabreados con el Gobierno de Adolfo Suárez desde hacía muchos meses, desde cuando se legalizó el Partido Comunista, y que ahora veían entran a sus dirigentes en el Congreso de los Diputados a formar parte del sistema político español?
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12.7.18

Incendio del Hotel Corona de Aragón. Cronología

Cronología y datos de incendio del Hotel Corona de Aragón - Algunos datos son de Heraldo de Aragón y otros de La Vanguardia y de El País.

13 de julio de 1979. Viernes. A las 8,15 de la mañana se inicia presuntamente un incendio en la churrería de la cafetería Formigal aledaña al hotel, mientras se estaban preparando los desayunos del hotel, al incendiarse un recipiente con 20 litros de aceite y cuyas primeras llamas entraron (según se dijo) en los conductos del gasoil de calefacción del edificio. El incendio se propaga tremendamente rápido, afectando en pocos minutos a la terraza del hotel de 10 plantas. Murieron 78 personas y hubo 113 personas heridas (la cifra final de fallecidos no se sabe, pues los que murieron con posterioridad al día del incendio en los hospitales no fueron incluidos en esta lista). Tenía ocupadas 190 habitaciones (230 huéspedes) de las 237 habitaciones con que contaba, en un fin de semana en el que se iban a entregar los despachos en la Academia General Militar. Era en ese momento el hotel más lujoso de Zaragoza y entre sus huéspedes del momento estaba la viuda del dictador Franco, sus hijos y algún nieto. Estaba el General Alfonso Armada. El incendió atacó directamente al estamento militar que presa del pánico tuvo un día lleno de ataques de ira contra el Gobierno y la democracia, siendo estos silenciados. En propio Gobierno y sin haber entrado los sistemas de análisis de incendios al hotel ni haberse retirado todas las víctimas, informó que el incendio fue un accidente producido en las cocinas, como así habían asegurado los trabajadores. En días y semanas posteriores, tambíen investigadores militares accedieron al edificio para investigar las causas del incendio y nunca sus informes se han hecho públicos. El seguro del edificio, del Hotel, nunca fue condenado a indemnizar a las víctimas. Las sospechas de atentado, que nunca ha sido fielmente reivindicado, congeló el pago de indemnizaciones por la compañía de seguros y los afectados y familiares de las víctimas sólo comenzaron a ser resarcidos por el Gobierno a partir del año 2000. CASER, la aseguradora del edificio y Hotel entró a investigar las causas del incendios algunos días después de que la versión oficial ya se había transmitido.

13 de julio de 1979. Una persona que habla en nombre de ETA reivindicó el atentado en una llamada al diario Heraldo de Aragón y a Radio Bayona. Esta información no se publicó en los diarios nacionales (al menos no en El País) y contrasta observar la poquísima información que sobre este suceso con casi 80 personas fallecidas, se publicó en los días posteriores al hecho. Ni tan siquiera de la evolución de los heridos. Ese mismo día también se realizó otra llamada reivindicando el atentado en nombre del FRAP (Frente Libertario Antifascista y Patriota).

14 de julio de 1979. El Gobierno de Adolfo Suárez dijo que el incendio fue fortuito y se produjo en la churrería de la cafetería Formigal del Hotel Corona de Aragón, cerrando de este foram todo tipo de especulaciones que se propagaban por todos los lados, incluida la de que había sido obra de un grupo de Ultraderecha, para provocar un Golpe de Estado.

20 de noviembre de 1979. El diario El Alcázar firmado el artículo por Ismael Medina, un diario muy conservador y con claras informaciones militares en aquellos años publicaba: «El siniestro del hotel Corona de Aragón fue provocado por, al menos, dos ingenios deflagrantes, colocados en los extremos de la cafetería Picadilly's. La existencia de restos de polvo de aluminio en dos puntos especialmente castigados por el fuego y lejos de cualquier objeto hecho con este material viene a confirmar. junto a otros datos, la tesis del atentado». Respecto a los autores del atentado, la información asegura que «está fuera de toda duda que ETA se atribuyó la comisión del atentado. Se produjeron reivindicaciones en distintos medios informativos de Zaragoza, sobre los cuales se tendió un manto de silencio. Tres días después, se registró una llamada en Radio Bayona que, en nombre de ETA, reivindicaba el siniestro del hotel Corona de Aragón como un atentado».

Marzo de 1980. Un informe del Ministerio de Defensa consideraba probable el uso de napalm o pirogel en el atentado, por las temperaturas alcanzadas en el incendio.

1980. La Audiencia Nacional archivó el sumario sobre el incendio del hotel Corona.

1981. La Audiencia de Zaragoza sobreseyó el sumario del Juzgado de Instrucción 1 de Zaragoza porque no había autor conocido de los hechos.

1983. Alfonso Armada, el general que participó en el golpe de estado del 23-F, y el marqués de Villaverde, Cristóbal Martínez Bordiu -que estaba en el hotel con su mujer y con Carmen Polo, la viuda de Francisco Franco, el día de autos- reiterarían la tesis del atentado en dos libros.

1988. La Sala de lo Civil del Tribunal Supremo consideró que un elemento exógeno (pyrogel o napalm) causó el incendio. De esta manera, confirmaba la versión defendida por el Juzgado de Primera Instancia de Zaragoza, cuyo titular era entonces el magistrado Santiago Pérez Legasa.

14 de octubre de 2000. Heraldo de Aragón publica que el Ministerio del Interior consideraba una indemnización a las familias afectadas como víctimas de terrorismo. El Gobierno solicitó un informe al Consejo de Estado al respecto, aunque no asumió que fuese por un atentado.

2004. El Gobierno denegó la medalla de víctima de terrorismo a los afectados por el incendio del hotel Corona.

11 de febrero de 2009. la sala de lo contencioso administrativo del Tribunal Supremo reconoce en una sentencia el derecho de una de las víctimas a recibir la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo y tiene en cuenta para ello un informe pericial que señalaba que el incendio "no pudo provocarse por una sola y aislada persona, ni de forma casual" sino al menos por tres personas adiestradas, y reconoció lo expuesto por un informe pericial según el cual el incendio tuvo tres focos, y no simplemente en la cocina como se sostenía hasta ese momento.

19 de diciembre de 2010. El Consejo de Ministros aprueba la entrega la medalla de víctima de terrorismo a quince de los fallecidos. La de Concepción García, concedida el 24 de abril del año anterior, abrió camino; fue recogida por su hijo Juan Ramón Vigón García.

Mayo de 2012. Cuatro familias pidieron que la Audiencia Nacional reabriese la investigación del incendio en el Corona y lo tratase como un atentado terrorista.

11 de marzo de 2013. La Audiencia Nacional reabrió el caso, pero el juez Fernando Andreu acabaría archivando la causa tres meses después, cuando las Fuerzas de Seguridad del Estado contestaron a su petición de información aclarando que no había reivindicación alguna del supuesto atentado. «Ningún nuevo dato se ha producido que avale que la comisión de los hechos se realizase por organización terrorista», dijo Andreu.

25 de junio de 2015. El Juzgado de Instrucción 1 de Zaragoza archivó la querella por el incendio del Hotel Corona de Aragón y eludió investigar nuevamente la muerte de 78 personas y las heridas de diversa consideración a otras 113, porque consideraba que un supuesto de terrorismo no es de su jurisdicción, sino de la Audiencia Nacional.

Diciembre 2015 - La Vanguardia. La fosa común del cementerio de Montjuïc guarda unos restos sin identificar desde hace 36 años. Es la víctima número 78 del incendio en el hotel Corona de Aragón en Zaragoza; uno de los sucesos aún sin esclarecer ocurridos en la Transición española. Nadie lo ha reclamado, nadie sabe quién es, nadie ha dicho que lo conocía. Pero más de tres décadas después de aquel episodio, surge de nuevo la duda de quién era este hombre, por qué fue enterrado bajo otra identidad y con documentos falsos, ya que tal vez su identificación podría ayudar a aclarar aquel oscuro episodio. Enterrado primeramente con el nombre de un fallecido equivocado cuyo cadáver auténtico después fue entregado a la familia, nunca nadie reclamó el primer cadáver hasta que en el año 2000 fue desenterrado y depositado en una fosa común.

2017. Familiares de ocho víctimas del incendio del hotel Corona de Aragón presentaron un escrito al Juzgado Central de Instrucción 4 de la Audiencia Nacional para que asuma la investigación del suceso; fue la respuesta de las víctimas a la decisión del Juzgado de Instrucción 1 de Zaragoza mediante el citado auto del 25 de junio de 2015. En marzo del mismo año el Gobierno de Aragón reconoció a dos fallecidos en el incendio y a un militar muerto en un atentado en Afganistán como víctimas del terrorismo.


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