21.5.19

¿Qué poder real tienen las multinacionales?

Una empresa multinacional es la que produce en al menos dos naciones diferentes. En realidad con tener red de venta propia en dos países ya se debe considerar así, pero no si sus productos se venden en dos países. 

Una multinacional es la que distribuye sus empresas entre dos países diferentes, sean de almacenaje, producción, ensamblaje, investigación, distribución, etc.

Este tipo de empresas tiene un valor estratégico importantísimo en los nuevos tiempos globalizados. Por lo que representan, por el tipo de actuaciones económicas y laborales que realizan, por su capacidad de negociaciones y presión sobre gobiernos extranjeros, por su capacidad para movilizar mercados, por su importancia en controlar flujos de capitales, impuestos o crecimientos laborales.

Decir empresas multinacionales no supone siempre hablar de empresas privadas, pues las hay públicas e incluso las hay creadas a partir de la necesidad de controlar mercados o espacios económicos en otros países. 

Cuando hablamos de Bonos Basura, o Fondo de Riesgo o Inmobiliarias Mundiales que compran paquetes de valores hipotecarios, no sabemos bien nunca quién está detrás de cada una de ellas. Incluso si son empresas adquiridas por Bancos o por los llamados Fondos Buitre, tampoco sabemos si hay países dentro de esas empresas. ¿Alguien nos puede garantizar que en un banco español no hay accionistas que son directamente países extranjeros, que compran o vender y controlan?

No todas ellas son grandes, aunque las 500 empresas multinacionales de más tamaño superan el 50% del movimiento comercial del mundo y representan sobre un 80% de las transacciones sobre tecnología que hay en todos el planeta. Tienen pues importancia en todos los sectores económicos, pero también y sobre todo en el conocimiento y la innovación.

Hoy se superarán las 120.000 empresas multinacionales con casi un millón de empresas afiliadas a sus grupos. Pero lo importante para la globalización negativa no son los números de empresas, sino las que representan las 500 ó 1.000 primeras posiciones por tamaño. El resto son empresas multinacionales pero con un poder relativo, y que sufren en muchos casos las zancadillas de otras empresas multinacionales más grandes, que nunca quieren ver crecer este pastel de poder y control mundial.

De las 500 primeras podemos ver que unas 160 están en Europa, unas 150 en Norteamérica y unas 150 en Asia. Y aquí es donde empezamos a ver el crecimiento de las Multinacionales de Mercados Emergentes (MME) que quieren copar mercados nuevos, tener presencia en zonas viejas, controlar mercados y producciones con sus propias armas.

Una multinacional tiene sobre todo dos herramientas básicas que desean copar y controlar. Dos activos que les diferencian claramente del resto de empresas y de mercados, y que son los que les dan valor en el mundo. Tomar nota de estos dos activos, pues nos sirven para cualquiera de nosotros, como emprendedores de pequeñísimo tamaño.

Formación y Tecnología

Marca 

Dos ventajas claras que miman, que cuidan, que vigilan constantemente y que son los dos activos que les hacen poder controlar el mundo. Los beneficios vienen directamente de estos dos activos. Tener la mejor formación y tecnología para crear más tecnología. Y tener o crear Marcas que inspiren, den confianza, controlen mercados, sean vendibles por el nombre y no por el producto.

A partir de estos pequeños conceptos sobre las multinacionales vamos a entender mucho mejor todos nosotros sobre qué terreno se juegan las batallas comerciales mundiales, las guerras comerciales no explicadas, y sobre todo qué buscan.

Sencillamente el poder. No el beneficio a corto plazo, tangible, de llevárselo al bolsillo. Buscan controlar lo que tienen los demás, no solo lo que tienen ellos.

20.5.19

¿A favor o en contra de los millones que entrega la Fundación Amancio Ortega?

En la diatriba entre Amancio Ortega y sus “regalos” si o no, entre pensar si hace bien o mal el partido político Podemos criticando la limosna (lo dicen ellos así) de Zara hacia la Sanidad española, hay que aclarar algunos conceptos… mentales sobre todo.

España es un país del Primer Mundo donde la Sanidad pública funciona muy bien aunque como todo en esta vida se puede mejorar.

Hay un sistema perfecto para mejorarla, y es pagar impuestos con arreglo a lo que se produce, lo que se gana, lo que se obtiene de beneficios. Pero está de moda decir que debemos pagar MENOS impuestos, como un mantra absurdo y tonto.

La otra opción es dar limosnas, dádivas, a las que tan acostumbrados están los religiosos, sean católicos o musulmanes. Diezmos o similares, que simplemente son sistemas de impuestos de la Edad Media. Pero sin ningún control

Lo que debe hacer Zara y cualquier empresa del mundo mundial es pagar los impuestos que corresponden, tras pagar los sueldos justos y dignos que (también) corresponden, y a ser posible en su propio país. En el caso de España con mucho desempleo, crear trabajo en el propio país es casi un deber.

Y esos impuestos que se convierten en dinero público pasan unos controles exquisitos para que no se despilfarran. Prohibido aquí reírse, pues aunque es cierto que hay ladrones dentro del Sistema, no os podéis imaginar la falta de controles que hay en las empresas privadas son el dinero de los beneficios. Y lo digo yo, que he sido empresario.

Regalar 200 millones para aparatos médicos está bien, pero nadie controla si van a Granada, a Soria o a Alcañiz. (Casi) Nadie si es allí donde más se necesitan, si encajan en lo necesario con arreglo a los profesionales médicos que los van a poder hacer funcionar, etc. Y no doy pistas de algunos ejemplos tristes y sangrantes.

España como país europeo del Primer Mundo no puede consentir que el sistema para mejorar la Sanidad Pública sea recibir regalos carísimos de un empresario. Este sistema funciona bien en otros países más dados a estas prácticas, pero en España suena a otros conceptos muy viejos y habría que replantearse estas prácticas, dedicándose más hacia la Cultura o la Educación Innovadora, donde encajan mejor. 

Incluso en las famosas Becas de la Fundación Amancio Ortega a la Formación de Primero de Bachiller de jóvenes españoles en países como Canadá o EEUU existe toda una suerte de opiniones no siempre del todo positivas, que también se podrían analizar.

¿Quiere esto decir que debemos aborrecer lo que entrega Amancio Ortega a España? No. Nooooo. Pero si que debemos ponerlo en el análisis sereno de la reflexión, y recapacitar entre todas las partes hacia dónde debe ir España y sus sistemas de filantropía que por cierto él mismo no quiere nunca ni someterlas a un análisis o un diálogo público, como así dice en las normas de su propia Fundación.

¿Qué sucedería si entráramos en una guerra tecnológica?

Con el (presunto) ataque directo de los EEUU a la marca tecnológica Huawei en el año 2019 se abre un camino peligrosísimo que no se han dedicado a calibrar los que han tomado decisiones ni muchos de los que están analizando el tema. 

¿Qué compro yo realmente cuando adquiero un producto de Apple, un Microsoft, un Samsung? 

¿Hasta qué momento me permitirán seguir empleando un programa de software, un ordenador o una televisión, si "ellos" decidieran cortarme el suministro de ese servicio que yo he comprado?

Si no hay seguridad en lo que voy a comprar, ¿debo comprar algo caro? ¿O simplemente debo conformarme con lo más barato pues estoy al albur del gobierno de un país o de otro?

¿Es seguro Telegram, me fío de seguir escribiendo en Google mis blog? 

¿Debo exigir que los procesadores de mi teléfono móvil sean de un país o de otro? ¿Quién me asegura que no me están espiando constantemente con estos procesadores? 

Ya, ya. Lo sé. La respuesta siempre es SÍ, estoy, estamos todos nosotros en sus manos. Pero al menos tenemos que saberlo y valorar nuestras decisiones.

¿Me debo fiar de una sola marca tecnológica o debo emplear diversas marcas, no ser fiel a ninguna, y utilizar varias para diversificar mis riesgos en tecnología? 

¿Hasta dónde la tecnología actual es un arma de destrucción masiva de nuestra intimidad, pero sobre todo de nuestras propias capacidades económicas como país o como sociedad? 

¿Qué sucedería si en un momento dado dejaran de funcionar en un país, por una guerra tecnológica, sus ordenadores personales y teléfonos móviles o incluso sus aparatos de televisión o los ordenadores de sus coches? 

¿Y los ordenadores o los procesadores de los hospitales o de los procesos de control del agua potable?


España debe despertar de su letargo inútil

Efectivamente toca despertar a España, limpiarla de polvo y paja, ponerla en el siglo XXI, dotarla más y mejor posicionado en la nueva Europa, modificar nuestros sistemas laborales y productivos para crear empleo de verdad, controlar nuestras economías para que las basuras escondidas no estén tapadas, creer de una vez por todas en la formación de calidad y a ser posible pública, cuidar los servicios sociales y aprender a repartir la riqueza mejor aunque sea por mero egoísmo social.

España tiene que despertar de verdad, no de boquilla, que así llevamos décadas mientras todos nuestros vecinos nos miran de reojo. Y para ello nada como creer en nuestras propias capacidades de transformación y de trabajo. 

Debemos dejar atrás estos periodos de crispación que duran 5 años ya, y ponernos a pensar en clave de futuro. Todos, los que ganen y los que pierdan. Unos para seguir ganando y los otros para aprender otra vez a ganar.