El viñetista Franquin desde Iberoamérica nos muestra con una claridad casi demoledora cómo es posible que algunos pisen a los demás, pasen por encima de ellos y todos los demás tengamos que agachar la cabeza para no quedar mas jodidos de lo habitual.
Si seguimos hablando de carteles tenemos que advertir que un cartel siempre anuncia algo, y por ello siempre tiene un mensaje dentro, generalmente escrito, con una frase que nos lleva al fondo del mensaje que quiere transmitir. Un cartel tiene que entrar "por los ojos" es decir, tiene que entenderse con facilidad en muy pocos segundos. Para ellos hay que emplear efectos que logren retener al espectador esos segundos, que aunque parezcan pocos no son fáciles de retener.
Este cartel tiene casi 7 años y es joven, moderno. El mensaje es claro, evitar que te engañen con las falsificaciones de los objetos que compras. Y para ello utiliza una frase "hecha" muy antigua, que todos ya tenemos dentro y admitida. Si el texto ya está reconocido como "verdad" ya tenemos admitido la mitad del mensaje del cartel, pues entra con mucha más facilidad y en menos tiempo.
Tal vez cansado el dueño del patio de que en invierno se le secaran las hojas y no tuviera flores de colores que llevarse a los ojos, optó por pintarlas en la pared. No hay que regarlas y siguen siendo brillantes aunque haga un frío de guantes. Incluso se permite el lujo de lograr flores con la cara del dueño. ¿Quién da más?
Finalmente el propio Irán ha tenido que reconocer que derribó con un misil "por error" el avión de Ucrania con 176 personas en su interior al confundirlo con un avión o misil enemigo. Tensión que empieza con el asesinato de un general y acaba con la muerte de 176 inocentes que pasaban por allí. Otra vez más, los errores violentos de los tontos violentos los pagan los civiles más inocentes.
