La subida del Salario Mínimo a 950 euros en 14 pagas en España es el primer acuerdo del Gobierno de Coalición entre empresarios, sindicatos y gobierno de España. Los comunistas (según la caverna) son capaces de llegar a los imprescindibles acuerdos para que la sociedad salga ganando. por cierto, se nos olvida decir que los salarios mínimos, además de afectar a muchos aspectos de la vida económica de un país, también sirven para recaudar más en Seguridad Social, en IRPF y para que las pensiones de dentro de 30 años sean algo más elevadas.
Si en Europa son capaces con sueldos mucho mas elevados tener mucho menos desempleo, el problema no es de cantidad elevada de salarios sino de mala planificación laboral, de baja productividad, de una economía obsoleta y enferma que hay que reformar. De escasa formación de empresarios y trabajadores.
Esta subida del 5,5% se une a la subida del 22,3% del año pasado también auspiciada por un Gobierno del PSOE apoyado por Podemos. Hay que recordar que en 3 años se ha pasado de un SMI de 655 euros a uno de 950 euros. La crisis económica la soportaron los trabajadores con sueldos mínimos ajenos a la realidad de Europa.
23.1.20
22.1.20
Sin raíces no somos nada. Un muerto viviente
Aquí El Roto no nos envía una de sus fabulosas gotas de humor ácido sino va directamente al meollo, a la sustancia. Sin raíces no somos nada. Necesitamos estar agarrados a un sitio en concreto, a alguna tierra que nos dé sabor y seguridad. No es posible ser ciudadanos del mundo, excepto que en realidad seas ciudadano del mundo, algo imposible.
Es posible que la tierra a donde estemos agarrado no sea del gusto nuestro. Depende de qué especie seamos. Puede faltarle calcio, fósforo o hierro. Pero será nuestra tierra hasta que nos arranquen de ella. Y si intentan trasplantarnos, casi siempre además de sufrir, nos dejaremos gran parte de las raices en el intento.
Es posible que la tierra a donde estemos agarrado no sea del gusto nuestro. Depende de qué especie seamos. Puede faltarle calcio, fósforo o hierro. Pero será nuestra tierra hasta que nos arranquen de ella. Y si intentan trasplantarnos, casi siempre además de sufrir, nos dejaremos gran parte de las raices en el intento.
Pistero y Torzón, las dos palabras de esta semana
Hay palabras poco usadas y que en las vidas de cada uno representan o recuerdos o curiosidades. Incluso hay palabras que te llegan por casualidad y se quedan por su sonoridad o por no haberlas escuchado nunca. Hoy voy hablar levemente de TORZÓN y PISTERO.
Pistero me llegó de casualidad y como un oficio o responsabilidad más que como un adjetivo. En los pueblos no muy grandes, antes cuando todo parecía existir de otra manera, los lugares pequeños necesitaban tener un espacio de convivencia donde bailar o reunirse en Fiestas. Era la llamada Pista de Baile. Daba igual si era la escuela, la tienda convertida en algo diáfano o un pabellón siempre cerrado. Y normalmente el Ayuntamiento elegía a una persona que vigilase el buen orden y la tranquilidad. Esa persona era “El Pistero”, el que vigilaba la pista. No veo reflejado este oficio por la RAE, pero todos los pueblos medianos tenían en Aragón su pistero.
La otra palabra bella y dura es Torzón, que si bien se reconoce como una enfermedad leve de las caballerías, yo la recuerdo perfectamente durante tres décadas asignada a una persona en concreto. A Eduardo le daban torzones y al resto nos daban colitis o problemas estomacales. No sé bien el motivo de la distinción pues ya llegué cuando así era. Un torzón era una semana de baja, o como poco 3 días laborables. Y siempre los torzones empezaban en lunes. No existía el torzón de miércoles y mucho menos de viernes. Siempre decíamos con sonrisa maliciosa que los torzones de Eduardo eran provocados para dedicarse el lunes a otros menesteres ajenos a su trabajo habitual. Aunque es verdad que había torzones reales. Cuando sabíamos que se iba de cena, de boda o de cumpleaños, al lunes siguiente ya había que preparar cambios en la distribución del trabajo. Y lo sé porque lo sufría. Un torzón es un abusar de la vida, pero era en este caso un aliviadero para rellenar levemente las arcas del trabajador mal pagado.
Pistero me llegó de casualidad y como un oficio o responsabilidad más que como un adjetivo. En los pueblos no muy grandes, antes cuando todo parecía existir de otra manera, los lugares pequeños necesitaban tener un espacio de convivencia donde bailar o reunirse en Fiestas. Era la llamada Pista de Baile. Daba igual si era la escuela, la tienda convertida en algo diáfano o un pabellón siempre cerrado. Y normalmente el Ayuntamiento elegía a una persona que vigilase el buen orden y la tranquilidad. Esa persona era “El Pistero”, el que vigilaba la pista. No veo reflejado este oficio por la RAE, pero todos los pueblos medianos tenían en Aragón su pistero.
La otra palabra bella y dura es Torzón, que si bien se reconoce como una enfermedad leve de las caballerías, yo la recuerdo perfectamente durante tres décadas asignada a una persona en concreto. A Eduardo le daban torzones y al resto nos daban colitis o problemas estomacales. No sé bien el motivo de la distinción pues ya llegué cuando así era. Un torzón era una semana de baja, o como poco 3 días laborables. Y siempre los torzones empezaban en lunes. No existía el torzón de miércoles y mucho menos de viernes. Siempre decíamos con sonrisa maliciosa que los torzones de Eduardo eran provocados para dedicarse el lunes a otros menesteres ajenos a su trabajo habitual. Aunque es verdad que había torzones reales. Cuando sabíamos que se iba de cena, de boda o de cumpleaños, al lunes siguiente ya había que preparar cambios en la distribución del trabajo. Y lo sé porque lo sufría. Un torzón es un abusar de la vida, pero era en este caso un aliviadero para rellenar levemente las arcas del trabajador mal pagado.
21.1.20
El éxito depende de ese punto de locura
El éxito depende de ese puntito de locura que le infligimos a nuestras ideas. Sin osadía, sin innovación mental, sin cambio de ideas hasta hacerlas diferentes, no es fácil que haya éxito pues todo está ya muy pillado.
Un éxito —tonto pero éxito— de los últimos años es vender turrón todo el año o vender croissant rellenos de cosas. Ni el turrón parece algo para el verano ni vender bocadillitos rellenos de mortadela parece un éxito, excepto que le añadas unas gotitas de miel.
Si tu locura la sabes embutir en colores, nombres atrevidos, buen servicio, innovación osada y algo diferente y creencia en modernidad americana o indonesa… la cosa ya va teniendo otro color.
Hace años las aceitunas se vendían en almacenes cutres o en bolsas grandes, ahora hay decenas de tiendas de encurtidos de colores. Ese paso diferente es el que garantiza el éxito. Si encaja y se sabe vender bien.
Si haces lo que hace todo el mundo… lograrás menos éxito que todo el mundo, pues ellos ya van por delante.
Para sobrepasar sus proyectos y sus ideas tienes que añadirles "algo" diferente que sea interesante al cliente. Y estar muy atento a su aceptación por si hay que seguir cambiando, modificando o frenar e intentarlo de otro modo.
Un éxito —tonto pero éxito— de los últimos años es vender turrón todo el año o vender croissant rellenos de cosas. Ni el turrón parece algo para el verano ni vender bocadillitos rellenos de mortadela parece un éxito, excepto que le añadas unas gotitas de miel.
Si tu locura la sabes embutir en colores, nombres atrevidos, buen servicio, innovación osada y algo diferente y creencia en modernidad americana o indonesa… la cosa ya va teniendo otro color.
Hace años las aceitunas se vendían en almacenes cutres o en bolsas grandes, ahora hay decenas de tiendas de encurtidos de colores. Ese paso diferente es el que garantiza el éxito. Si encaja y se sabe vender bien.
Si haces lo que hace todo el mundo… lograrás menos éxito que todo el mundo, pues ellos ya van por delante.
Para sobrepasar sus proyectos y sus ideas tienes que añadirles "algo" diferente que sea interesante al cliente. Y estar muy atento a su aceptación por si hay que seguir cambiando, modificando o frenar e intentarlo de otro modo.
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