9.12.20

Los malos trabajadores fastidian a los buenos trabajadores. ¿Y a la empresa?


En todas las empresas hay malos trabajadores, colaboradores jetas, jetillas, caraduras, que no están a la altura de los demás. pero no me refiero a la calidad de su trabajo, me estoy refiriendo a la cantidad de su trabajo, que además deben hacer sus compañeros y muchas veces sin que lo sepa claramente la dirección de la empresa, que o no se entera o deja hacer por algún motivo no siempre bien conocido.

A veces estos jetas —que siempre van en contra del trabajo de sus compañeros— se disfrazan de simpáticos con la dirección, saben medrar o saben aparentar que no están escondidos. Y eso dificulta la labor de desenmascararles. 

Pero debemos hacerlo desde la propia empresa para el bien del Grupo, pues ser jeta es una enfermedad contagiosa.

Son personas que no quieren superarse ni aprenden nuevas técnicas para que no les entreguen nuevos proyectos, que se quejan de todo y desanimas, que no quieren trabajar en equipo y van de individuales, que no asumen la responsabilidad del Grupo, que suelen ser chismosos y por eso peligrosos, son unos sabelotodos en apariencia para disimular sus incapacidades, suelen ser violentos al menos verbalmente, no son puntuales y son los primeros en salir, tienden a ser envidiosos y además quieren ser los protagonistas de todo, les gusta mandar y no les gusta nada obedecer, suelen mentir y siempre tienen preparada una excusa para cualquier situación, y no muestras ningún entusiasmo en emprender una tarea nueva.

¿Por qué se les consiente todo esto? Hay varios motivos, pero lo importante es que eso al resto no le debe afectar. Debería ser como una persona que está pero sin contar con ella para nada. La empresa debería darse cuenta que está solo, que no colabora, que no participa, pero sin decir nada a nadie, simplemente con los hechos. 

Si es él quien se da cuenta primero, tendrá que cambiar, y si es la empresa o bien lo mantiene por algún acuerdo que no nos debe importar no conocer o es que es una mala empresa.

¿Lo llamamos RRHH, Departamento de Capital Humano o de Personal?


Los Recursos Humanos como actividad u oficio dentro de la organización, sea empresarial o de otro tipo, es el trabajo de saber gestionar bien las aspiraciones y expectativas de las personas que están dentro de esa organización, con las estrategias que sirvan para hacer mejor y más productivas las tareas que hay que hacer. Hay pues que saber unir "trabajo" y "tareas" de la empresa configuradas para obtener un objetivo válido, con los deseos, posibilidades y expectativas de las personas que forman el equipo.

Puede ser una empresa, una asociación, un equipo deportivo. Las tareas y los objetivos son similares, las personas que hay que gestionar son muy parecidas. 

¿Qué es más importante y principal, obtener el objetivo propuesto o lograr que las personas del equipo se sientan bien dentro del equipo?

La pregunta anterior es fundamental y se lleva trabajando sobre ella con distintas escuelas durante décadas, aunque no se reconozca. 

¿Es importante ganar, alcanzar objetivo hoy, o tener un equipo motivado y válido que aunque no gane hoy sea capaz de sobreponerse y ganar mañana, admitiendo los cambios?

La respuesta es muy sencilla. Ambas cuestiones son imprescindibles, y siendo cierto muchas veces hay que elegir. 

Y en esa elección que logre objetivos en positivo, que aúne las dos opciones, es donde el Director de RRHH o como lo queramos llamar ahora tiene un trabajo que marca su excelencia, su calidad profesional.

Ahora se tiende a cambiar los Recursos Humanos por llamarlo Talento Humano, Capital Humano o Departamento de Personal. Son palabras distintas, no llegan en la mayoría de los casos a ser conceptos diferentes.  Lo importante es encontrar el equilibrio entre el bienestar de las personas y los resultados empresariales o de equipo.

Los ERTEs ya no sirven. La solución es cara y dolorosa


Ya he dicho varias veces en estos meses últimos que los ERTEs que fueron una buena idea, no lo son hoy, y que tienen que formar parte del pasado si queremos reordenar el mercado laboral y la economía, en la España que tendrá que salir de la pandemia por obligación. Ya se habla de unos 700.000 puestos de trabajo en ERTE a partir de enero de 2021, lo que supone tener dos cuantas de desempleo español, la que conocemos como desempleo reconocido y los ERTE que supone estar desempleo pero no despedido, estar en paro pero a su vez estar en una empresa pero sin trabajar.

A estos 700.000 empleos que suponen 700.000 personas, les pagamos de forma distinta a si tuvieran el desempleo, con unos derechos diferentes y ni les permitimos buscar trabajo excepto que se auto despidan de su empresa, ni les buscamos fórmulas de reciclaje, de formación alternativa, de procesos de búsqueda de nuevos trabajos, pues ni están desempleados ni trabajan. Un limbo que debería ser la solución durante unos meses pero que no lo es eternamente y al que hay que buscar alternativa responsable y útil.

No podemos tener un número indeterminado de empresas sostenidas de forma zombi por el dinero público, y a costa de 700.000 personas que ni trabajan ni están desempleadas. Eso hay que pulirlo, regularlo, aceptarlo aunque sea muy duro asumir cierres de empresas o traslado de estos trabajadores al desempleo pero con sus indemnizaciones correspondientes por despido, para empezar a pensar en una economía moderna regida por un mercado laboral similar a nuestros vecinos europeos.

8.12.20

Precios de los coches Renault, distintos modelos de 1966


Nadie nos acordamos ya de aquellos coches tan utilizados durante muchos años por su dureza. Los Renault 4 eran coches de campo y había varios modelos. Con el cambio de marcha en alto, junto al volante, eran unos coches diferentes. Pero en los mismos años la marca Renault vendía en España más modelos. El Renault Gordini que tenía el sobrenombre del "Coche de las viudas", el elegante Renault 8 y el más señorial Renault 10. ¿Y qué precios tenían cada uno en este anuncio de 1966? Pues aquí los dejamos, para comparar.