31.10.21

Zaragoza.: África en Delicias


Ya hablé en otro artículo sobre la conexión entre Aragón y África y Goya y el primer Nobel de literatura africano, el nigeriano Wole Soyinka. Ahora sigo hablando de este continente tan cercano para España, pero tan desconocido si exceptuamos los temas que presiden las noticias diarias y que no son otras que emigración, guerra, enfermedades, golpes militares... No digo que no existan, aunque existen tantas ideas prejuzgadas, generales y, por qué no decirlo, estúpidas sobre África que será necesario hacer un reseteo de nuestra mente sobre la imagen tópica y típica que se tiene del mismo.

 

Hace unos días terminé de leer la novela, Cobrar por estar de pie. El escritor, Gauz, es de Costa de Marfil. Si soy sincera, más que una novela, con acción principal y acciones secundarias o personajes redondos y planos, es un diario sociológico que, a través de anotaciones y digresiones, cualquier emigrante podría haber relatado o escrito de cómo vive y siente cuando intentan integrarse en esta Europa cada vez más dual y polarizada.

 

Pero aparte de gustos literarios o críticas que cada cual hace de lo que lee, en esta novela, Gauz, nos descubre un África que nada tiene que ver con los tópicos que tenemos del continente. Sí que merecería una novela propia el personaje que es la madre de uno de los personajes. La madre de Ossiri es una socióloga formada en Francia que, cuando regresa a su país, se niega a vestir con las telas coloridas que los occidentales identificamos como señal propia de los africanos. Hasta este aspecto no es un elemento identitario, es una imposición de los colonizadores.

 

¿Y cómo llegaron a este punto? La explicación es un buen ejemplo del capitalismo en ciernes que ahora nos devora salvajemente a costa de una degradación medio ambiental y humana. Cuando desde América el algodón invadió las hilanderías de Europa y había saturación de esta materia sin tener salida pensaron en África. Ahí tenían una gran cantidad de personas desnudas, llamémosle así, porque así debieron de pensar las ¿mentes puritanas y civilizadas? de los europeos que no podían dejar de cubrir esos cuerpos demasiado libres en cuando a la proporción de carne que exhibían.

 

Fue así como llegó la sobreabundancia de algodón en tierras africanas. Y fue así como se decidió vestirlos con colores llamativos a modo de bufones palaciegos que debían entretener y acompañar a reyes aburridos. 

 

Me sorprendí al leer esto, porque creía que esas telas era un signo propio de los africanos. Pero de nuevo los colonizadores ganaban la batalla, como llevan haciendo desde hace siglos.

 

La madre de Ossiri lo dice muy bien en la novela: Las bodegas de los barcos se colmaron hasta los topes, a veces hasta el puente. Descargaron kilómetros y kilómetros de paño por todas nuestras costas; de Dakar a Nairobi, del Cairo al Cabo. La propaganda del fuerte encuentra siempre el eco en la sumisión del débil. Africanos y africanas adoptaron y adaptaron el paño como si hubiera existido de esa forma desde siempre. Africanos y africanas se pusieron a cubrir sus hermosos cuerpos con esas telas de origen vergonzoso y de dudoso gusto. La culminación ridículamente coloreada del ciclo infernal de la humillación de los negros que comenzó desde la esclavitud.

 

Cuando hace unas semanas estaba esperando el autobús en una de las vías principales del barrio de Delicias, llegó una pareja de africanos endomingados. Ella, vestida con una colorida tela de amarillo fosforito con estampados azules y naranjas; él, al modo occidental con traje de tela satinada. Miré, con cierta ternura, a la muejr porque me dieron ganas de decirle: Quítate este vestido, porque no te identifica. Identifica a los explotadores de tus antepasados y por tanto de ti. No le dije nada, por supuesto. De haberlo hecho me habría tomado por una chalada. Así que, desde que leí la novela de Gauz, una cosa me queda clara: Nos queda mucho aún por saber y entender a África.

 

Los zaragozanos deberíamos darnos una vuelta por el barrio de Delicias, donde el 40% lo conforman inmigrantes y una buena parte africanos, para entender y conocer, sin engaños ni trampantojos, cómo son y cómo somos.  


Olga Neri - 10/2021

29.10.21

Humor anticlerical de 1934


El humor en el año 1934 era de derechas o de izquierdas, no había término medio. Incluso era radicalmente de derechas o radicalmente de izquierdas. Así no fue luego, que todo eran malas hostias.

27.10.21

Las Redes Sociales nos van contagiando


Abrazamos las Redes Sociales como las nuevas herramientas de libertad del mundo actual, la nueva manera de influir en estos tiempos tan líquidos y manipulables, cuando en realidad son un peligro social que no entendemos ni valoramos. Pero se han inventado para jodernos y además estamos contento con ello. Y no soy negacionista, y tengo y uso Redes Sociales.

De entrada en las Redes Sociales todos los que intervienen tienen el mismo poder e importancia, algo que podría parecer bueno pues supone la democratización del poder de opinar y criticar, pero esconde una realidad tremenda. 

Sin conocer a quien opina, damos la misma importancia a las tonterías, a las mentiras, a las manipulaciones y datos sin objetividad que a las opiniones de alguien que sabe de qué opina, que tiene una experiencia detrás, que analiza y reflexiona

Todo es igual de válido una vez salido al mundo de las Redes que llaman sociales.

Por otra parte no sirven para la crítica, pues en la manipulación está también el control de quien manipula. Que no nos quede ninguna duda de que si eres de los que pueden preocupar al poder ya saben en donde vives, qué periódicos lees, a qué hora te levantas y si te gustan los crucigramas o el Real Madrid.

Ya sabemos también que algunas Redes Sociales tienen mecanismos para detectar tus ideas y para modificarlas lentamente para que no se nota que lo están haciendo, dando prioridad lenta y leve a otros colegas afines a tus ideas pero que vayan acrecentando tus opiniones hacia los espacios que "algunos" quieran que tú, como activo de las Redes Sociales, quieran que te muevas. 

Y lo sabemos, y lo han explicado trabajadores de esas Redes Sociales en Sede Judicial, y nos seguimos creyendo que es un gran invento de nuestro tiempo. Sin duda es un gran invento, falta por determinar para quien.

25.10.21

¿Un Frente Amplio, para la España herida?

Soy de los que creen que España ha llegado a un punto complicado del que no será sencillo salir. Pero hay alguna esperanza para que desde la izquierda se puede crear una alternativa válida para toda la sociedad. Ya no estamos en la pantalla de intentar salir de esta situación, media España a costa de la otra mitad de España, sino de salir como sociedad con los menores dolores posibles.

La crisis económico será dura otra vez, no es soportable tantos jóvenes sin trabajo que van creciendo en edad. Es una disfunción social compleja de admitir y de asimilar. 

No hay respeto a la formación necesaria, no se entiende lo que realmente supone la productividad, para qué sirve el respeto a la instituciones, al sentido común.

La violencia o la agresividad entre las distintas capas de la sociedad española es un gran lastre que nos lleva a un derrumbe de instituciones. 

No es posible que la Justicia ocupe el papel de la Política y que la Política le mande a la Justicia resolver lo que ella es incapaz de solucionar. Lo podemos seguir llamando Democracia, pero está herida. 

Cuando se mezclan Justicia y Política al final ninguno de los dos Poderes ejerce bien su labor imprescindible.

No es sostenible no tener recambios respetables, ni líderes sociales, culturales o políticos que representen sentido común, sensatez a la hora de opinar, que no estén atados a ninguna consigna contundente y cerrada que muchas veces parece solo diseñada para no perder los puestos de trabajo. 

La política se ha empobrecido pues se ha convertido en una profesión, en un trabajo y no en un deber de gestión hacia la sociedad.

Se habla del Frente Amplio (puede ser otro nombre) como posible opción todavía sin diseñar y de la que hablaré en alguna otra ocasión. Es una manera diferente de gestionar desde la política, pero sin el peso de la acción partidista pura, sino desde la necesidad de buscar soluciones a los problemas de la sociedad. No es olvidarse de la política, sino de darle un papel más "amplio" y asentado sobre unos pilares mas imprescindibles. 

Tal vez haya que empezar a diseñar soluciones a los problemas actuales y tengamos que dejar las situaciones identitarias e ideológicas para otro momento, pues los problemas son ya tan graves que no reflexionar sobre lo que es urgente aunque no sea importante, es un camino que se debe explorar. 

Ningún país puede soportar un empobrecimiento social sin que estalle en el corto o medio plazo. No es ser un pesimista, es simplemente cuestión de observar. Todos nos estamos radicalizando hacia posiciones de rincón. 

No queremos creer en el dialogo ni en la comprensión de la situación. Queremos insultar creyendo que es la única solución para debilitar al que consideramos enemigo. Cuando la realidad es que todos somos enemigos de nosotros mismos, pues no somos capaces de encontrar una solución válida para los problemas que van a más.