Las palabras, sean bonitas o feas, estas mismas que lees, no sirven de nada. Son fáciles, puede ser o no verdad, pueden ser escritas con motivo o sin motivo, que por cierto, no sé qué es peor.
Dijo un tal Adolfo Hitler hace ya unos años, antes de matar a millones de europeos.: "Hay que crear una Comunidad Popular. El interés común debe prevalecer sobre el interés personal" y denominó con el adjetivo de socialista a su movimiento más nacional para Alemania.
Pero diseñó vacaciones para todos los niños (alemanes, por supuesto) instaló e hizo funcionar una sanidad diferente llena de hospitales, repartió la cultura popular hasta localidades muy pequeñas del mundo rural alemán y creó una estructura para repartir alimentos y abrigo para (los alemanes) necesitados.
Tras todas estas palabras y decisiones ya existía un plan perfectamente diseñado para que sus ideas nacionalsocialistas, su Alemania de entonces, fuera a ser la dueña de Europa, al precio que fuera. Y además lo estaba consiguiendo de forma democrática, ganando elecciones, muy aplaudido incluso por casi todo Europa.
Realmente Adolfo no era quien diseñaba todas estas cositas él solito, se había rodeado de un gran (por número) equipo de Adolfitos con trajes de diseño. Y no, no todos eran militares, había muchos con traje militar que eran civiles.