5.5.22

Al poder ya no le afectan las quejas. Tragar o Luchar


Esta pintada urbana de arriba, con independencia (o no) de sus autores, plantea un dilema contundente. Cada vez hay más situaciones que no nos gustan, y no tanto porque crezcan en tamaño, que es posible que sí, como porque además nos volvemos más humanistas, más exigentes, con más capacidad de quejarnos para mejorar todo. Es cierto que somos pocos los que nos quejamos de verdad en los sitios en donde podría servir de algo quejarse, pero también hay que advertir que en el mejor de los casos sirve de muy poco quejarse. El poder ya se ha acostumbrado a soportar bien la queja, la reclamación, venga esta desde donde venga y de la forma que quiera venir. Se dedican más fuerzas a que al poder no se vea afectado por las quejas, que energías a resolverlas.

Nota.: La imagen es de Luis Iribarren

2.5.22

Cambia el mundo, es el Siglo XXI adolescente


Mientras en Francia parece unirse toda la izquierda, en horas muy bajas, para presentarse a las legislativas, en Andalucía prefieren seguir jugando a la desunión, sabiendo que los tiempos son tan complejos como en Francia aunque no se noten. Es una decisión que puede tener su precio en votos, lo veremos en pocas semanas.

El mundo tras la pandemia y con el postre de la Guerra en Ucrania, que es Europa aunque no lo entiendan todos, ya no será igual. Será mejor o peor, según como lo sepan/sepamos leer los actores protagonistas, que en algún pequeño espacio somos todos.

La economía se va a mover mucho más que lo que ahora vemos, a poco que no se logre controlar la inflación o se tenga que controlar con acciones que favorecen a unos a costa de otros, siempre los mismos. Y a partir de esta premisa, los servicios públicos serán peores, mas caros y al alcance de menos personas. 

Ese Estado Líquido del que hablábamos ya hace unos años se está moviendo, y se adapta a sus continentes, pues para eso es líquido y sabe muy bien adaptarse para no perder potencia. Varias generaciones de ciudadanos han decidido retirarse de la vida social activa, pues han visto que no es gratificante trabajar en algo que no sea "suyo" o para él. 

La participación de las personas en la vida comunitaria de cualquier tipo y que bajó hace unos años, ahora ya no es capaz de bajar más. Hay compartimentos estancos nuevos en donde hay actividad participativa, pero está cerrada a la comunidad.

Se saben reunir los colecciones de chapas de cava, los partidarios del Betis, los de la Religión Dios está en Todos los Sitios o los del país africano del efecto llamada. Pero el resto, los que éramos habituales, los vecinos o los consumidores en sus asociaciones, los sindicatos o los partidos políticos, hemos perdido el tirón, el poder de ser creíbles. 

Prima la desunión, la disgregación, el ver la tele de pago, leer las noticias de pago y el comer yogures que cada vez pesan menos.

Es curioso que ahora sea más beneficioso para los fabricantes quitarle 10 gramos a los yogures sin que suceda nada. Que digo yo… ¿y si los consumidores en vez de tomar un yogurt o una cerveza, tomáramos media entre dos amigos, antes de que aprendan a vendernos cervezas de 150 c.c.?

¿Quién ha infectado con Pegasus al Gobierno de España?


Las primeras explicaciones de hoy mismo, 2 de mayo de 2022 sobre el hecho ilegal de que los máximos dirigentes de España hayan sido espiados por el programa Pegasus en al menos unos momentos concretos —aunque sin duda hay que analizar no tanto o no solo lo que se "llevaron" en ese momento del espionaje, sino si a partir de ese momento se ha seguido manteniendo el control sobre el teléfono institucional y oficial del Presidente de Gobierno de España— suponen un hecho tremendo que cambia el devenir de muchas situaciones internas y externas a nuestro país.

La situación es grave a nivel mundial, pues si alguien o "algo" es capaz de entrar en un teléfono secreto o encriptado, con un sistema que solo es posible tener desde los gobiernos y con sumo control, y a partir de esa entrada, multiplicar y viralizar todo lo que se consigue, los Gobiernos del mundo están en peligro, manipulados, controlados, infectados por alguien o "algo" que de momento desconocemos.

Si entran en mi teléfono, pueden saber con quién hablo y previsiblemente también pueden entrar a partir de ese momento en todos los teléfonos de mis contactos. Pueden activar mi micrófono e incluso mi cámara, mi posición por GPS, y por ello también en las de todos mis contactos. 

Pueden leer y copiar los documentos que me vayan llegando —se habla de 2 Gigas en el caso del Presidente—, y a partir de eso, se sabe con quién se habla o sobre todo, en qué momento hablo con cada uno, antes o después de hablar con otro.

Saber en qué momento se me infecta mi teléfono no indica en qué momento deja de estar infectado. Ni tampoco a partir de una entrada hasta donde van entrando los virus en otros terminales. 

Y sobre todo y ante un programa como Pegasus, es muy complejo saber quien logra entrar, desde donde y cómo, intuir qué ha multiplicado, quien controla a quien ha entrado, por qué eligen a España, quien lo sabía y por eso se ha podido comportar con mucho más cuidado el que ha recibido lo información, etc.

Estamos ante un inicio del que no sabremos casi nada, pero ante un paso peligroso de las relaciones con ese "algo" que logra entrar y llevarse 2 Gigas de documentación.

¿Es peligroso que una sola persona haya comprado Twitter?

Cuando una sola persona puede comprar con el equivalente al 20% de sus propiedades, algo que funciona en todo el mundo y que consideramos como una voz que multiplica voces, y amplifica o no todo lo que se mueve en el mundo globalizado, tenemos un problema serio para mantener una paz estable. ¿Puede una persona comprar algo tan importante como Twitter?

Que una persona pueda comprar Twitter supone admitir que una sola persona puede cerrar Twitter. Es decir, puede modificar de alguna manera las comunicaciones de millones de personas. Pero también puede hacer algo peor, no cerrarlo pero sacar conclusiones de esas comunicaciones, de estructuras de mercado, de movimientos y deseos, de movimientos y de ideas, e influir en ellas.

¿De qué manera alguien que puede controlar a su gusta Twitter, puede controlar parte de lo que se mueve en el mundo?