12.11.22

¿Qué es España? ¿Qué queremos que sea España?


La España actual está condicionada por varios aspectos que nos parecen imposibles de cambiar, posiblemente el primero, que somos incapaces nosotros mismos de querer entender la complejidad de España. Deseamos una España imposible y no hacemos ningún esfuerzo por entender la que sí es posible.

Hay muy pocos países grandes en sus aspectos históricos, de tamaño o económicos, que sean balsas de aceite. Incluso tal vez deberíamos sospechar de esas calmas ficticias, o de si eso es positivo o negativo. España es como es, y entenderla debería ser el primer ejercicio para ponerla en valor.

Ni EEUU es un país único y unido, ni lo es Bélgica, Suiza, Italia, Reino Unido o Alemania, aunque nos lo parezcan. Simplemente con viajar por estos países unas semanas nos sirve para detectar que lo que en España nos parece un problema de convivencia, allí es una realidad asumida, aceptada y transformada en positivo en muchos casos.

En muy pocas semanas he estado en Salamanca, Martorell, Zaragoza, Teruel, Cádiz y Sevilla. No tienen nada que ver. 

Se nota incluso en los carteles de las paredes, en sus actividades culturales, en sus tertulias, en sus modos de organizarse el día. 

Eso no es disfunción, sino riqueza patrimonial, realidad multiplicadora, modos históricos de vida que como a veces no se nota mucho a simple vista, queremos mutilar o suprimir. Un absurdo.

Los aragoneses somos diferentes ante los problemas o las necesidades de lo que son como sociedad en su conjunto los vascos o los canarios (por poner ejemplos). Y no entiendo que se desee lo contrario. Generalizar ante lo negativo es un error de concepto que nos llega a la debilidad. 

¿Por qué no generalizamos —si nos sentimos incapaces de no hacerlo— ante lo bueno… y no ante lo malo?

Dentro de 500 años es posible que España ya no exista. Son notas históricas que se van repitiendo con el paso de los tiempos. Pero nadie es capaz de intuir qué podríamos ser. Digo 500 años por no decir, 1.200 u 89 años. Nadie lo sabe.

No se trata de anclarnos en lo que creemos que somos, sino en lo que debemos ser por tradición e historia sociológica. 

Somos íberos, somos romanos y árabes, somos mezcla —incluso y posible— judía, musulmana y cristiana. No sabemos bien quién es más de qué. Pero cuando se mezclan civilizaciones durante siglos en el mismo espacio, es lógico suponer que somos todos una mezcla. Y que lo seguiremos siendo.

Somos leves pájaros de paso, y si no somos capaces de construir nada nuevo, seremos además torpes aves de paso que no dejamos más que si acaso cagadas, guano. 

¿Quienes somos nosotros para juzgar si lo que cada uno de nosotros desea, es lo único bueno?

Ajovín




9.11.22

Aumento de los suicidios en España. Teléfono 024


Tras la dura noticia de que en Grecia habían aumentado los suicidios un 40% a causa de la crisis económica que ya he comentado en la entrada anterior, quise revisar los datos españoles en el año 2011 para ver el trágico panorama al que aquí nos enfrentamos.

Hablar del tema del suicidio es muy difícil 

Primero, por el efecto “imitación” que muchos utilizan para que dichos datos no salgan en los medios de comunicación, como sí que hacen con los asesinatos por violencia de género. Se está demostrando que no sirve de nada ocultar este grave problema, pero seguimos igual.

Y segundo, porque un tema como la muerte, no es ni mucho menos sencillo de tratar ni de posicionarse ante los motivos personales que llevan ante esta dramática decisión de provocártela.

Pero aun así creo que debemos —aunque sea de vez en cuando—, mirar la realidad para no desatendernos de una situación que debemos intentar atajar, resolver, con los medios que sea. 

Ya es hoy una causa mayor de muerte —por motivos ajenos a las enfermedades— que los accidentes de tráfico, a los que estamos también acostumbrados y con los que convivimos día a día ya sea a través de las noticias o anuncios de precaución.

Aquí os dejo el gráfico de los fallecidos en España por suicidio desde 1990 hasta 2009. El dato de 2010, que he querido incluir, no es el dato oficial del INE puesto que aun no está publicado, pero si que se ha dado como oficial en los medios de comunicación.

Nota.: En el año 2021 ya se habla con los datos analizados de 11 personas cada día en España, cuya muerte declarada es por suicidio.


La subida tan brutal que se ha ocasionado por la crisis económica, es algo que no podemos tolerar. Superior a la de Grecia y que permanece olvidada. 

Sobre todo teniendo en cuenta que en los próximos años la crisis, aun en fase de recuperación, seguirá afectando negativamente a los que ya de por si, están en riesgo de exclusión social.

Las políticas sociales, la sanidad, la preocupación social, las coberturas de desempleo, deben encaminarse y apoyar más y mejor a una sociedad española que sufre. No podemos dejar que un tema tabú como el suicidio se convierta en un problema sin resolver. 

Faltan profesionales psiquiatras en la Sanidad Pública, se intenta resolver con medicamentos sin intentar terapias más costosas pero con menos efectos secundarios. 

Se necesita más atención en Sanidad Primaria. Y más seguridad en una sociedad con graves problemas.

NOTA actualizada abril 2012: El dato actualizado por el INE sobre el total de suicidios en el año 2010 es más bajo del aquí expuesto, puesto que nos basábamos en los datos estimados a finales de 2010 y publicados por muchos medios de comunicación en su momento. 

Pero de todas las maneras son datos que ellos mismos dicen que son provisionales y con el problema añadido de las manipulaciones lógicas por parte de familias o de casos de complicado análisis real de la causas. 

Si es cierto que en el último año 2011 parece que se ha estabilizado el número de suicidios, incluso por la propia dinámica personal de aceptación de la crisis como algo que nos está afectando a todos y no a solo personas en concreto. 

El dato que sirve para el INE, es el del Parte de Defunción de los médicos que lo firman.

NOTA actualizada junio 2022: Han pasado casi 11 años desde que publiqué este texto, lo situación ha empeorado, más con el costo en Salud Mental que está suponiendo la Pandemia del COVID-19 en jóvenes. Y seguimos sin haber tomado medidas excepto la apertura hace pocas semanas de un teléfono específico para las personas que están pensando en suicidarse, el teléfono 024 que se suma al Teléfono de la Esperanza que había antes pero que no era un servicio dedicado íntegramente al suicidio. 

Ahora el 024 sí está dedicado para hablar de este problema con las personas afectadas. 


7.11.22

¿Qué (diablos) es España? ¡Qué (diablos) es España!


El periodista Iñaki Gabilondo ha creado para Movistar un programa televisivo (que dice ser el último que realiza dada su edad cercana a la jubilación) que cuando menos resulta llamativo y necesario a través de una sencilla y dura pregunta como titular del mismo.:

¿Qué (diablos) es España?

La pregunta, más o menos respondida por 18 personas que como bien dice él podrían ser otras, o mil o 200, esconde una realidad tremenda. ¿Qué queremos que sea España?

Y a su vez encierra la duda de si debería comenzar el título con interrogante o con exclamación. 

¡Qué (diablos) es España!

España es, no siempre fue, y sin duda, alguna vez dejará de ser. Todo es cuestión de tiempo.

La historia es tremenda y la escribimos entre todos, pero es movible, se adapta, se cambia, se transforma. Nada es eterno. Y a su vez todo puede ser mejor o puede ser peor. También en eso depende en gran medida de todos nosotros. Aunque no siempre.

España se puede transformar en una parte de una Europa realmente unida. O se puede disgregar en trozos…, otra vez. 

No sucederá mañana, pero puede suceder, como podría suceder una invasión, una fusión, e incluso una absorción. Pero mientras tanto no está de más preguntarnos qué somos, qué nos une, qué nos distancia, por qué no somos capaces de ser un bloque, y tenemos tantas dudas sobre todo. 

Solo desde la reflexión con respuestas, pueden salir las certezas que nos sirven para mejorar.

25.10.22

Ya entran en nuestros teléfono. ¿A que acojona?


Hacía décadas que Europa no estaba tan afligida,
tan preocupada, tan llena de miedos y de unas debilidades complicadas de encajar o de enmarcar en soluciones. Este inicio ya muy avanzado del siglo XXI nos ha movido las tripas al mundo entero por diversos motivos, en los que la pandemia primero y la invasión de Rusia a Ucrania después, han supuesto el golpe mas complejo de admitir.

Los miedos son la mejor herramienta bélica de los que desean vencer, cambiar, derrocar, destrozar sistemas o sociedades. Nada hay como el miedo para crear vencedores y vencidos.

Y el miedo se crece ante la desinformación. Y muchas veces la desinformación no es tener poca información, sino al contrario, tener mucha, cocinada y manipulada para obtener réditos. Y de eso saben mucho los estrategas de las guerras sin balas.

Contra el invierno o a favor de este, nada como dejar frías a las personas. Para meter miedo a los ciudadanos muy alejados a los que no se les puede llegar con pólvora, nada como cortarles el gas, la electricidad o incluso WhatsApp. 

Que creas los europeos que entran en sus teléfonos jode, acojona.

Nos hemos acostumbrado a poner a parir a los políticos, pues incluso seguimos diciendo que son unos inútiles, lo cual es incluso casi posible, pues los buenos ya se han escapado de esa profesión y no quieren saber nada de nada. 

Con la pandemia ha sucedido algo similar en España. Lo primero ha sido jubilarse anticipadamente a puñados, y los que no han podido y son flojos… han ido a intentar sumarse a las Bajas Laborales de los que con toda la razón la necesitan. Y hoy unos profesionales de Sanidad están muy cabreados con otros profesionales de Sanidad, compañeros suyos, pues los han dejado con el marrón multiplicado por dos.

Ajovín