8.2.23

¿Por qué en España se utiliza tan poco la bandera española?


No todo lo que se hizo en el periodo de la Transición hacia la democracia en España se hizo bien. Uno de los errores desde la izquierda fue dejar en manos de las derechas más rancias el uso de la bandera de España, la rojigualda, por una idea no siempre correcta y mucho menos bien explicada, de que la bandera de España era sinónimo de franquismo.

La bandera de España con las dos franjas rojas sobre fondo amarillo es muy anterior a Franco, a la Dictadura, y se hizo con una idea muy clara. Debería servir para todos los sistemas de funcionamiento de España, cambiando solo su escudo si hiciera falta. 

Fue en un principio una bandera de los progresistas en contra de la que había en su momento, la blanca con la cruz de Borgoña, y esta bandera actual, la roja y amarilla es la que tuvo la I República en España. El color morado de la bandera de la II República tiene que ver con Castilla y con los Comuneros, pero no con el resto de España.

Pero esto nos ha privado del uso de todos de un símbolo que otros países utilizan mucho en todos sus actos. Lúdicos, religiosos, patrióticos o de recuerdo a sus seres queridos. Es normal ver cementerios en otros países llenos de sus propias banderas.

Sorprende en las ciudades de Suiza el uso de sus banderas en sus 20 Cantones, pero sin dejar de lado su propia bandera de Suiza. pero podemos movernos por Francia o por los EEUU y veremos el uso que todos hacer de su bandera, como elemento simbólico de unión, algo que en España es imposible.

Dejar la bandera de España en manos de los conservadores y que sea utilizada como elemento diferenciador, utilizada sobre todo y precisamente en cuando más cercano se está de la dictadura de Franco, ha sido un gran error. 

La izquierda, todos, deberíamos acostumbrarnos a tener la bandera de España como un símbolo compartido y además de ser histórico, ser más lógico que ninguna otra.


¿Adelantar Elecciones o cambio de Ministros?


El daño que al Gobierno y por ello a España en su capacidad para tranquilizarse, que le está produciendo la Ley de Libertad Sexual, más conocida como Lay del Sí es Sí, no parece tener fondo. Preocupa la salida de violadores de las cárceles por la revisión de sus penas, y la rebaja de sus penas por posiblemente una reforma de Ley que se hizo sin los criterios que llevara a lo que se proponía con esa reforma.

Pero ahora, cuando tras varios meses asume el Gobierno que hay que reformar la reforma, saltan las chispas entre los componentes del propio Gobierno, entre el PSOE y Podemos. Más crisis, más tensión.

Es bastante sencillo empezar a reflexionar sobre si no es el momento de bajar la actividad, terminar lo que esté pendiente, y preguntarle a los españoles qué piensan del camino de futuro que debemos empezar a construir. 

Unas Elecciones Generales anticipadas, incluso unidas a las de mayo 2023 de Municipales y Autonómicas, parecería una manera de poner calma (o no) en todos estos procesos de ira y de agotamiento político.

La otra opción, también posible, es la de hacer un fuerte cambio en el Consejo de Ministros, readaptarse para estar preparados a los últimos meses de este año, con un gobierno monocolor que al menos sea capaz con ayuda de quien se pueda, gestionar más que gobernar, estos meses que quedan de Legislatura.

Parchís patriótico de la Historia de España vieja


Los servicios de propaganda de la dictadura de Franco sabían que la juventud que salía de la Guerra Civil era un objetivo imprescindible para asentarse en la España rota y sin adultos progresistas, pues o estaban en las cárceles o asesinados. Así que se crearon instrumentos para convencer a los jóvenes que aquella España era la correcta.

Este es el tablero de un parchís patriótico con todo lo necesario para insuflar optimismo ante el futuro. Educación, formación profesional, subsidios familiares para alimentarse, repatriación de menores en el extranjero muchas veces sin padres, etc. No faltaba en el tablero ni el lema de entonces. Una España Grande y Libre.

Desgraciadamente en muchos años España no pudo ser ni grande ni mediana y sin duda tampoco tenía libertad.

6.2.23

Coalición Democrática en la España de 1979


En la sociedad en general siempre hay una cierta tendencia a engañarnos todos contra todos. Podríamos engañarnos todos a favor de todos, pero no, siempre es fácil hacerlo con todos contra todos. Os saco el ejemplo de un partido político que en España que se presentó a las elecciones en el año 1979. Se llamaba Coalición Democrática. Obtuvo más de un millón de votos y 9 diputados. ¿Y quienes eran?

Eran los franquistas modernos de la vieja dictadura que había visto morir al dictador en la cama del hospital, agrupados alrededor de Manuel Fraga Iribarne, un ministro de Franco que con ideas más modernas que los viejos dinosaurios, querían participar en la nueva democracia. 

Luego aquella Coalición Democrática se llamó Alianza Popular y después Partido Popular en sus sucesivos cambios y refundaciones, en donde fueron perdiendo a viejos franquistas.

Se dijo entonces que Coalición Democrática, nombre de aquella candidatura de Manuel Fraga en 1979, había visto minusvalorada su relevancia debido al pésimo resultado obtenido. Sin embargo, dicha candidatura tuvo una gran importancia en la construcción de la actual Constitución.

Coalición Democrática supuso la primera refundación de la derecha en la actual democracia, abandonando el carácter neofranquista que la caracterizó hasta 1977 para abrazar un centro-derecha democrático y constitucional.

Si vemos sus lemas de campaña es muy complicado adivinar que eran los viejos franquistas. Hablaban de progreso, de centrarse, de proteger la libertad y garantizar el orden. Era según decían, una Coalición Democrática.

Cuando estuvieron dentro del gobierno de la dictadura de Franco era imposible hablar de esos temas que ahora pregonaban, y mucho menos defenderlos desde dentro de los Consejos de Ministros o desde los Gobiernos Civiles. Pero enseguida cambiaron de traje.

Así que efectivamente, como sospechamos todos, lo de engañar al votante viene de muy lejos. De esto han pasado 44 años, la mayoría de aquellos votantes hoy tendrán o tendrían entre 70 y 110 años de edad. Era otra España, pero los mecanismos de querer engañar se mantienen, disfrazados de nuevas tecnologías.