En principio habría que advertir que no es lo mismo el Fin del Mundo, que el Fin de la Humanidad.
En cambio nos va quedando más claro que sí somos capaces de acabar con la Humanidad a poco que le sigamos poniendo ganas y torpezas, sumadas y superpuestas.
Dicen algunos con bastante razón, que el Fin de la Humanidad se ve venir antes de que llegue ese final.
Dicen también que no será fácil acabar con la Humanidad si solo se realiza un error grave, muy grave. Incluso si se realizaran en el mismo tiempo y concatenados dos errores muy graves.
Una III Guerra Mundial no parece ser el desencadenante que determine el Fin de la Humanidad.
Si imaginamos una Guerra Compleja, contagiada a varios espacios geográficos, y a su vez surgiera una Pandemia como la de 2019 con acusaciones entre países de ser los instigadores, ya tendríamos dos graves errores. Nos faltaría solo la chispa final para que alguien empezara a pensar que todo hay que acabarlo por las fuerzas bárbaras sin ningún tipo de mesura.
Porque en realidad un Fin de la Humanidad podría ser una situación casual desmadrada, descontrolada, que va creciendo sin que nadie sea capaz de intervenir pues nadie es responsable de esas sumas pequeñas.
Recordemos que con el COVID además de una enfermedad desconocida que mataba a miles de personas, teníamos por nuestras propias decisiones unas economías mundiales paradas …incluida la educación, la sanidad saturada o la justicia—, y a su vez la suerte de disponer de unas sociedades que obedecían sin problemas las órdenes, una gobernanza mundial que parecía ser respetada y a su vez no surgió una nueva variante de la enfermedad que fuera tremendamente diferente y atacante.
Si nos referimos a ese punto crucial de 2020, con una pandemia a nivel mundial, global, debemos aceptar con dolor y tristeza, que si en vez de ancianos muriéndose sin poder entrar ni a los hospitales, abandonados por el Sistema que no les dejaba morir con sus familias, si en cambio hubiera atacado la enfermedad a niños, a hijos de la sociedad, las tensiones se hubieran multiplicado por cien.
¿Qué hubiera sucedido si cuando los americanos locos invaden el Congreso en los EEUU, empiezan a surgir grupos poderosos en otras ciudades, mientras el propio Donald Trump incide mucho más fuertemente y con ayuda de parte del ejército a un levantamiento popular, y se produce un enfrentamiento civil en los EEUU, que es a su vez aprovechado por terceros países para sus peleas congeladas desde hace décadas contra el Sistema Occidental?
¿Qué sucedería si ahora, con la Invasión de Ucrania, empezara a perder la guerra una Rusia debilitada y surgieran conflictos internos entre sus ciudadanos, exigiendo ganar la guerra por las malas o por las “muy” malas?
¿Y si países vecinos a la zona de Israel, en su guerra contra Gaza, empezaran a suministrar armas de primera Tecnología a los palestinos, y decidieran invadir Gaza o Cisjordania para apoyar desde dentro la defensa de estos territorios contra Israel?
¿Y si a la vez surgiera una nueva variante del COVID, que por cierto sigue entre nosotros incluso con cuatro dosis de vacunas ya puestas a muchas personas de riesgo? ¿Y si la inmigración desde África se desbaratara alentada por países que los dotaran de medios de transporte y de apoyo táctico en aguas internacionales?
No va a suceder nada de esto, no hay que ser pesimistas, no hay que alentar el Miedo.
Hablo de variables violentas contra el momento actual, posibles pero no superpuestas, que pueden surgir al mismo tiempo, que son gestionables si se dan cada una en un tiempo determinado, pero que suenan a complejas de resolver si se superponen.
Que un país decida cerrar su Banco Central y utilizar como referencia el Dólar, o el Oro, o el Agua con Gas no es en sí mismo un problema grave. Dicen en este 2023 que lo intentará Argentina.
Ya hace más de 50 años que en España existía la Unidad Militar de Guerra Química, Atómica y Bacteriológica. Creo que se llamaba ABQ. Como es lógico, en otros países más avanzados de aquellos años 70, tendrían mucho más preparadas esas unidades. Ahora en España se llama NBQ y surge de aquella que aunque funcionaba en los años 70, no se reconoció por orden ministerial hasta 1982. Es decir, existe, existió, existirá la necesidad de estar preparados para este tipo de armas no convencionales. No solo la atómica.
¿Para qué pensamos que existen este tipo de Unidades Militares en todos los países? Pues sin duda para defenderse, más incluso que para atacar. Para conocer, para aprender, para enseñarnos a defendernos.
Cuando escuchamos hablar de las Habitaciones del Pánico o Búnker de algunos países, incluida Europa, estamos admitiendo que hay personas, familias, que tienen miedo a mucho más que un asalto o un robo. Un absurdo, pero un absurdo real pues el Miedo es una de las perores enfermedades existentes. El miedo es un negocio más, que no resuelve el problema principal y básico. Pero hay personas que viven del miedo de otras personas. Y no todas fabrican o venden habitaciones del pánico, otras muchas juegan a crearlo.
Hay empresas que te construyen un bunker desde 15.000 euros, otras quieren cobrar varios cientos de miles de euros o dólares. Depende del tamaño o de la seguridad. Hay decenas de listas de alimentos para sobrevivir 15 días o un mes. ¿Y eso para qué? ¿Y después?
Existen desde hace décadas armas atómicas tácticas, armas de relativa corta distancia, con “poca” potencia nuclear y que servirían para destruir objetivos a medida. Que se sepa no se utilizan, pero a su vez se sabe que existen, se almacenan, se siguen investigando.
Vayamos a la actualidad, a este 2023, para analizar casualidades, torpezas que puede desencadenar mucho más de lo que realmente llegan a producir. Cuando Hamás y la Yihad Islámica Palestina ataca Israel y produce 1.500 víctimas, todos sabían ya que como poco se destruiría Gaza y se alcanzaría miles de víctimas civiles indiscriminadas.
Si analizamos Gaza desde el punto de vista geográfica, veremos que introducir en su interior más de 5.000 cohetes y prepararlos para ser lanzados desde ese territorio pequeño hacia Israel, y no ser detectada la maniobra con anterioridad demuestra errores tremendos, u otros motivos que no me atrevo a comentar.
A su vez y sin dejarnos el presente, sabemos que los líderes de Hamas, por mucha importancia que desearan auto ampliarse con estos ataques, se imaginaban que la respuesta de Israel sería tremenda, brutal, destrozadora con su territorio. No había otro tipo de respuesta menor.
El Fin de la Humanidad para una persona que muere se produce ese mismo momento en que deja de vivir. No tiene que esperar más tiempo.
Quien pierde a su familia en cualquier guerra, quien ve su futuro destruido, su pasado quemado, no dispone del botón para iniciar el Fin. Si lo tuviera, sería ese Fin pues su odio no tendría medida.