28.2.07

Despedir a un colaborador

¿Alguno de ustedes ha tenido alguna vez que despedir de su trabajo a una persona?
No se lo recomiendo, es muy duro. Las personas que llevamos los departamentos de personal somos también eso, personas, y no existe una norma para afrontar el momento en el que hay que decir que se prescinde de los servicios de alguien con quien has estado un largo o corto tiempo y con el que ha existido comunicación.
Detrás de esa decisión se esconden muchas pequeñas alteraciones, para ambas partes. Hay familia a la que la persona despedida tendrá que explicar situaciones, hay una bajada de autoestima normal, hay una cierta rebelión interna que a veces se saca al exterior, hay unos derechos que nunca deben ser manipulados, hay unos compañeros de equipo que entenderán o no la situación y por consiguiente una bajada de la moral en todos ellos, hay una sustitución en muchos casos que te llevará a un riesgo pues hoy en día es muy complicado encontrar gente preparada que esté sin empleo, etc.
Es cierto, sin duda, que la persona más damnificada es la que sufre el despido, pero a veces puede servir de revulsivo para encontrar un empleo más eficaz en sus lógicas aspiraciones de intentar ganar siempre un sueldo mayor. Tener en las organizaciones a gentes que no encajan perfectamente supone tenerlas por debajo del sueldo que posiblemente se merecerían en un puesto más acorde con sus posibilidades.
No se debe tomar el despido como un drama, sobre todo si se es joven sino como una posibilidad de cambiar la vida y de buscar alternativas mejores. En nuestro país esto cuesta mucho porque no estamos en nuestra cultura social acostumbrados al cambio, pero en otros países el cambio supone siempre una nueva ventana que se abre.
Un beso Rebeca.

26.2.07

El mundo de los blog

No tenemos nadie claro en qué quedará el mundo de los blog en unos años. Puede ser el futuro de una forma de comunicación o puede ser una moda pasajera. Depende de los contenidos pero sobre todo de los lectores.
Lo cierto es que cada día surgen más y algunos con una calidad que hay que cuidar. Hoy he descubierto el que vinculo en la anterior línea, pero podría haber sido cualquier otro. El castellano se está abriendo camino importante en el mundo virtual, y sin duda esta manera de comunicación, cercana y personal tiene una parte importante que decir en todo el resto de información, muchas veces manipulada.
No quiero decir que no sean capaces los blog de manipular, pero lo cierto es que son lugares de opinión y que en la mayoría de las ventanas se la juegan los posesos a perder su tiempo y a entregar ideas para que vuelen por los cables sin saber nunca a donde llegan. Cierto que de miles quedarán menos, y cierto que no serán solo aquellos que posean una buena firma detrás. A veces te encuentras pequeñas delicias de gente sencilla que sólo busca contar cosas y entregar ideas. Los foros parece que pierden an algunos casos participación de calidad al subir en cantidad mientras que los blog les sucede lo contrario.
Ya veremos.

25.2.07

Fin de semana preparatorio para ir (o no) al psicólogo

Este fin de semana me ha tocado organizar el jardín para la primavera. Mi jardín se compone de 30 macetas y dos bancos pero es algo maravilloso arreglarlo y limpiar las hojas secas, repintar los bancos y replantar las macetas que ya se han hecho viejas, poner tomates, rabanetas y perejil en algunas. 

Muy bonito todo. 

Yo a mis hijos les invito a tamaño trabajo para que disfruten conmigo, pero ellos —que me quieren mucho— me dicen que no, que como es un trabajo tan gozoso me lo dejan a mi sólo. 

Yo recuerdo que cuando mi padre pintaba el piso le solicitaba que me dejara pintar algo y siempre me decía que no, que me mancharía. Y no sabéis vosotros lo que me jodía. 

Ahora yo a mis hijos les dejo muy a gusto que me pinten el piso entero si lo quieren hacer, pero estamos en las mismas, me dicen que no porque no me quieren amargar el día y que como todavía tengo en el subconsciente aquel trauma de niño de cuando mi padre no me dejaba, lo mejor es que pinte yo solito el piso para disfrutar tremendamente. 

Algo estoy haciendo mal como padre, debo ser un egoísta asqueroso porque no me entienden lo que les quiero regalar, la felicidad que le entrego con simpatía y cariño. 

Casi seguro que tendré que ir al psicólogo.


24.2.07

Sillas en una calle de Zaragoza

Esto que vemos en la imagen de arriba sigue siendo Zaragoza, un ciudad de unos 700.000 habitantes en donde por la noche de verano o el mediodía de los inviernos con sol, los vecinos puedes salir a comentar sus cosas, a pelar al que toque o a buscar ayuda en el diálogo. Hablar entre vecinos es una terapia maravillosa.

Es cierto que esto se da en pocas calles de la ciudad, pero buscándolas se encuentran. Y es también una muestra de lo que todavía necesitamos hoy o al menos lo que se utilizaba antes para sentirnos mejor, el contacto humano, el diálogo con los otros, el intercambio.

Hoy la televisión nos lo da todo chupado. Ya no hay que pelar a la vecina del segundo, porque los programas nos lo dan hecho y nos muestran vecinos que no conocemos de nada pero que se dejan criticar con facilidad. Cobrando eso si, pero a nosotros nos da igual. La mentira queda disimulada por los focos.

Eran las 11 de la mañana de un día cualquiera y lo que vemos es que no se quitaban de la calle las sillas, muestra de que se pensaba seguir hablando del Madrid o de la Pantoja a la tarde siguiente.

No pregunté, pero quise imaginarme que ninguno de los dueños tomaba Prozac. Se curaban con más diálogo.