14.11.11

Mis dudas sobre los sondeos, aclarando el dato con Cataluña

Un ejemplo de que los sondeos no me cuadran se da en Cataluña. El PSOE (PSC) pierde 10 diputados, pero el resto de fuerzas de izquierdas solo gana 1. Es decir, tenemos que entender que esos 9 diputados cambian por haber cambiado su voto la sociedad catalana desde la izquierda hacia la derecha. Cierto que en alguna medida se da, pero no en tanta barbaridad.

En Barcelona el PSC pierde 6 diputados, que los ganan: 2 CIU, 3 el PP y 1 ICV. En un clima muy marcado de bipartidismo, es decir de división entre derechas e izquierdas, entre conservadores y progresistas, no me creo estos bandazos. O no se produce tanta bajada del PSOE o de suceder, IU sube más de lo señalado.

No me fío de los sondeos publicados. Pueden variar.

No me convencen los sondeos publicados machaconamente en muy diversos medios de comunicación con un parecido resultado. Y los de ayer domingo me resultan claramente confusos a falta de una semana para el 20N, pues no se publican con porcentaje de voto por provincias, casi como olvidándose que es el factor primordial para calcular tendencias y posibles cambios en el último día. Yo mismo publiqué unos datos posibles, que se parecen mucho a los publicados ahora, pero ni entonces los daba como asentados ni ahora me los creo, según va caminando la campaña. Más por la responsabilidad de los ciudadanos que por la calidad de una campaña socialista mala y sosa.

No creo que entre el PP y el PSOE sumen un 76% de los votos cuando en las últimas generales sumaron un 84%. Es cierto que IU subirá y puede que bastante, que UPyD también ascenderá aunque las encuestas no le dan un gran camino de ascenso, pero no me cuadran las cifras finales, sobre todo con una participación alta como reflejan.

Veo muy escaso el 31% que se le otorga a los socialistas y aunque posible, es también cierto que puede llegar con facilidad al 35% del voto si lo sabe movilizar pues lo tiene, y de ser así el cambio de diputados moverá el resultado que plantean los sondeos, sin peligrar todavía la mayoría absoluta del PP. Pero podría suceder también que IU subiera más de lo esperado y lo haría en las grandes ciudades a costa del primer partido, en casi todos los casos el PP. Quedan pues serias dudas sobre todo en las grandes provincias, sobre el alcance de la derrota socialista o sobre el tamaño del triunfo popular.

Si queda claro que con el actual sistema electoral es imposible modificar el sistema bipartidista o lo que es peor, en caso de que las tendencias muevan hacia ello, sin existir una debacle total de uno de los partidos bipartidistas, el actual sistema electoral nos llevaría a serios conflictos. En la mayoría de las provincias solo dos partidos son capaces de tener diputados. Si hubiera dos partidos de muy parecida fuerza electoral disputándose estos votos (imaginemos PSOE e IU), el reparto de diputados sería complejo de asimilar por todos.

El Movimiento 15M se está callando ante estas elecciones generales en España

He de señalar que este texto que podríamos leer abajo tras la línea roja, se redactó en noviembre del año 2011, lo cual ya es tiempo pasado. 

Eso supone que lo aquí comentado en 2011 debe anotarse con la perspectiva del tiempo. 

Visto con la perspectiva de los años, uno se pregunta muchas cosas, no siempre encuentra respuestas satisfactorias, y debe reconocer que todos tenemos responsabilidad en lo que nos sucede ahora, en 2023.

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El movimiento del 15M me está defraudando y debo señalarlo con contundencia. Han pasado ya 6 meses y debería seguir muy vivo, planteando opciones de voto, dejándose notar en momentos importantes para el futuro de esa sociedad que dicen representar. 

No creen en la política pero no plantean recambios. No quiere participar con el voto pero no les gusta lo que hay y saben además que es cada vez más asentado si no hay representación importante en los foros desde los que se puede incidir. 

¿A qué esperan para volver a movilizarse, para plantear opciones, para apoyar a un grupo político o para criticar abiertamente a los que no les gustan, en un periodo tan crítico como este? 

No solicito el nombre de ningún partido en concreto, incluso me valdría con que simplemente se posicionaran, planteando dudas y temores, soluciones o imposibilidades políticas. 

Asentarse en la primavera 2011 fue importante, pero hay que insistir si se quiere lograr éxitos. Nada es sencillo, nada será entregado, empleando la intermitencia y el abandono.

13.11.11

Odio a los asesores que enseñan trampas legales e ilegales a los empresarios

No me gusta este domingo, con Berlusconi dimitido por culpa de los mercados y sus presiones y no por las urnas italianas que la hayan dicho “ya vale” y con unas encuestas electorales para España que siguen dejando al PSOE y a su Rubalcaba tirado por los suelos. No me gusta que la democracia pierda valor, que la gente decida quedarse en casa sin participar en la política, que sigamos sin entender esta crisis global y potente, que aun sufriendo el desempleo se siga insistiendo en la economía sumergida como el enmascaramiento de un drama social y laboral que nos amenaza con el desapego y el suicidio como sociedad.

Tenemos soluciones, son duras y tenemos que apretar todos en la misma dirección. Y por eso, son imposibles. Lo que pretende el PP es asentar los beneficios empresariales como elemento definitivo para que los mercados funcionen. Y es cierto esto, de conseguirla, pero a costa de los que no son poseedores de mercados que no sea su trabajo dirigido. Los trabajadores lo tiene crudo cada vez que se habla de facilitar a los mercados la solución. 

Hay que elegir: entre solución para la sociedad, para las personas o solución para las empresa y los mercados. Es cierto que si planteamos solución para las empresas lo hacen —quien lo defiende así— contando con las personas, pues saben que sin ellas como productores y consumidores, no funcionan las empresas, el mercado.

Como es cierto también que los que planteamos la solución pensando en las personas no decimos de destrozar las empresas ni de no ayudarlas en cumplir su función social y económica. Se habla de priorizar un elemento sobre el otro. De ayudar a las empresas con arreglo a su función social y laboral, luchar brutalmente contra el fraude asesor y legal, contras las trampas que soportan los papeles contables, pero no soportan las personas sin sufrir. En toda empresa, incluidas muchas Pymes, el valor más buscado es el asesor contable, el tramposo de estudios finos que le sepa optimizar los beneficios de los números a costa de pagar menos impuestos. Eso se tiene que acabar ya, con suma urgencia. Como sea, empleando la leyes que hagan falta. Castigando brutalmente tanto a los asesores tramposos como a las empresas que recurren a ellos. Cada euro que sisan las empresas tramposas es un euro que roban a sus trabajadores y a todos nosotros a través de los impuestos. Y por desgracias hay muchos más, muchísimos más de los que nos podemos imaginar y en cantidades que nada tiene que ver con la trampa de un fontanero sin factura.