28.9.21

Con los jóvenes tenemos que cambiar el marco mental


No es humor aunque lo parezca. no es humor aunque sea una viñeta publicada en Heraldo de Aragón por Sansón, es simplemente una fotografía que no entendemos. Estos fines de semana miles de jóvenes salen por las noches a beber a la calle, a destrozar incluso el mobiliario urbano y los comercios amparados en que solo ellos están en la calle y que las fuerzas de seguridad no pueden estar en 30 lugares a la vez. Pero no es una violencia casual, no es una gamberrada esporádica. O somos capaces de entender los motivos, o no los conseguiremos doblegar. 

Leer el texto de la viñeta y encontraremos todos las pistas suficientes. El otro día el Ministro de Trabajo hablaba de subir la edad de jubiñlación hasta los 75 años. Pero los jóvenes siguen sin encontrar su futuro, su trabajo, sus maneras de independizarse y emanciparse. Y eso parece que no tiene ninguna importancia social. Estamos tontos, literalmente no sabemos leer los problemas.

27.9.21

El Mercado, el Sistema, y los comensales de la izquierda


En el Prólogo al libro "Disputar la Democracia" del año 2014, el que fue Primer Ministro de Grecia y en ese momento líder del partido Izquierda Radical, Alexis Tsipras dejaba escrito lo siguiente.: Cuando a comienzos de los años 90 del siglo XX los mercados se encontraros a todo el mundo postrado a sus pies, dispusieron una gran mesa e invitaron a todos nosotros al festín. De los millones de comensales, muy pocos comprendieron que el menú les incluía a ellos mismos. Sus trabajos, sus pensiones, su asistencia médica, su dignidad, su futuro.


Aquella mesa, aquella comida estaba llena de festines, de alegrías, músicas, risas, fiestas. Unos pocos comensales dispuestos a tragar al bicho que se moviera más y todos los demás observando cómo se nos iban comiendo poco a poco. Nos parecía incluso lógico, nada peligroso, una parte de las migajas de aquella fiesta eterna nos las dejaban tomar en esas fiestas donde la música y el baile era para todos, y donde podíamos chupar las cabezas de las gambas que iban sobrando. Incluso nos dejaban beber vino a granel.

El libro del que hablo lo escribió Pablo Iglesias y hoy, él y Alexis Tsipras ya han sido devorados por los comensales del Sistema.

El Mercado es la parte visible del Sistema, del que no queremos conocer nada, pues incluso creemos que no existe. Son los que van a la mesa a comer, pacíficamente a comer, los que logran engañarnos. Los que acuden a comérsenos. No tienen hambre, les sobra la comida, tienen gula de ganar mas y mas y de chuparse los dedos sin servilleta. Solo es eso.

Y si aparecen locos bajitos que les increpan con inteligencia y nuevas formas de organización, todo el Sistema a través de sus Mercaderes se los van comiendo poco a poco

Siempre ha sido así, mientras que el resto observamos, aplaudimos, y a veces incluso nos reímos y nos creemos que con nuestros insultos, aplausos o gritos participamos de esa Fiesta de la Democracia que han creado los Mercaderes. 

Nunca sucede nada, pues unos se cansan, otros se agotan, algunos caen rendidos ante el brillo de los focos y cambian de bando y a otros se los comen los Gordos del Sistema con las manos grasientas y llenas de salsas fuertes.

26.9.21

¿Quién y porqué se crean contenidos gratuitos en internet? ¿Es positivo?


No podemos vivir sin internet como no podemos vivir sin los bares, los parques o los Centros Comerciales. Y como los que los alimentan y crean, los que les sacan provecho económico lo saben, tienden a quedárselo por las buenas o por las malas. Internet entre esos modos de vida que no se pueden sustituir de momento.

Hoy cada vez un poco más, internet es de pago. Parece lógico pues no todo puede ser siempre gratuito. Y en España ya se han logrado imponer los Muros de pago para periódicos y medios de comunicación, para las televisiones, para todo lo que resulta atractivo. De momento las Redes Sociales no son de pago.

Pero esto crea una división en la sociedad que de entrada parece peligrosa, aunque ya iremos viendo. Las ciudadanos se están dividiendo entre los que pagan contenidos porque pueden pagarlos, y los que no pueden pagar por los contenidos y terminan en espacios gratuitos. Que tienen un coste y que alguien paga aunque no sea el espectador.

Esta división supone también una radicalización y una posible manipulación en cuanto quieran los que realmente pagan por los contenidos que parecen gratuitos. Internet puede ya no ser pacífico, aunque tampoco parezca violento. En la sutileza está el éxito. Alguien crea de forma gratuita y solo lo puede hacer por dos motivos claros. O por altruismo y son contenidos de medio pelo como este, de gente "locaris" que creemos que se puede crear de forma gratuita sin ánimo de lucro, o bien los crean y ponen a nuestra disposición gentes o empresas (gobernadas por personas) que desean obtener algún beneficios sin que se note.

Si el beneficio es por consumo, por publicidad, pues bueno, es aceptable. Pero claro, como el sector que termina en lo gratuito es el de menos poder adquisitivo, pues la publicidad tiene un escaso rendimiento. Así que ya poco a poco y sin cesas, hay otros motivos para crear contenidos gratuitos y eso motivos ya no son tan limpios. Y hasta aquí puedo leer. Ya sé que se los imaginan. Pues efectivamente. 

20.9.21

Estoy viajando hacia Valencia. Con ganas de mear

Envuelvo y vuelvo al viaje hacia la Comunidad Valenciana tras digerirme parte de una tortilla de patata con cebolla del Mercadona que es una posibilidad bastante aceptable cuando no hay mucho tiempo. De pie, como no se debe comer nunca, excepto si eres muy necesitado. Pero con 65 años todo importa menos. Qué cómodos son los trenes y qué aventura es ir en bus por tierras de Tortosa sin saber si te van a premiar con una parada para mear. Es curioso el cómo tratan a los mayores los que solo les faltan unos pocos años. Vaciar el depósito es volver a vivir. Hacer un reset.

Los verdes de los campos ya están botella, se les ha escapado el brillo y amenazan querer convertirse en negros a poco que vayamos lentos y nos adelante la tarde que cada vez viene antes. Es septiembre.

En mi asiento de la derecha llevo a un joven de insultar por su belleza. No parece llegar a los 16 ó 17 años y tiene una figura esbelta y asquerosamente tersa. No entiendo de hombres, pero me miro la silueta de mi barriga y me entero entonces del mal que hace la cerveza en el largo tiempo. O los chorizos picantes con vino rosado de sabor. El caso es que seguro, este chaval no entiende de chorizos ni morcilla, pero se castiga con otras cosas que yo no uso. Somos de diferente generación.

La pantalla de mi iPad sigue totalmente rajada y me raspa al pasar el dedo por la S. Joder, la S, con lo mucho que se utiliza.