28.6.08

Los déspotas escondidos

Hay personas que incluso ostentan cargos representativos, que en tiempos pretéritos se creyeron incluso demócratas en sus ideas, y que la gestión de la pequeña parcela de poder les conviertes en déspotas.
Pequeños sicarios de la imbecilidad que lo único que hacen es empobrecer la política diaria no tanto porque sus decisiones trasciendan a la sociedad, porque ya aviso de que son pequeños reyes de rincones perdidos, sino porque a su alrededor crean tejidos contagiosos y enfermos que multiplican su acción hacia otras parcelas sociales.
Todo gestor está en su perfecto derecho a dirigir las acciones de gobierno como él crea mejor para los intereses colectivos, paero la diferencia entre un buen gestor y uno pésimo, es que el primero consigue más y mejores artes, empleando el oficio y no el desgobierno de la dictadura, utilizando el diálogo y convenciendo y no la violencia verbal y el despotismo ilustrado que es la peor forma de ser déspota.
El tonto que se cree poderoso porque gestiona con mano de hierro oxidada una pequeña parcela, no detecta que nunca pasará de ser un simple sicario que será utilizado para limpiar lo que moleste a los que realmente mandan.
La descentralización del poder municipal lleva a que muchos tontos ocupen puestos responsables, a que estos bobos tengan que utilizar a representantes vecinales como soldados de fortuna para aplaudir las gracias, a que se vistan de soldados cuando no pasan de ser meros matones de barrio.
Los vecinos deben saber y lo de menos es cómo. Porque tan importante es realizar gestiones, como explicarlas; tanto o más entrar en la batalla, como informar de ello; decidir con qué ejército te alías como explicarlo a tu ciudadanía con suficientes datos; porque nada agradece más el ciudadano de a pie, que se le informe de todo, aunque sólo sirva para no escucharlo.

26.6.08

La cabeza y la decisiones que pesan

A veces la cabeza nos pesa, y es que la tenemos llena.
Nuestro disco duro necesita ser reparado de vez en cuando, necesita un reset, una puesta a punto. De vez en cuando hay que realizarle algunas labores de mantenimiento.
Necesitamos vaciar la caché, tirar a la papelera algunos documentos, parte de nuestra memoria, algunos recuerdos que ya no sirves, odios que se han quedado obsoletos, manías que ya no hacen más que para ocupar espacio y pesar.
Tenemos diversas maneras de limpiar nuestro ordenador cerebral. Sin duda dejarlo apagado unos días, es imprescindible. Pero además hay que conseguir que esos días sean bien aprovechados, y aquí es donde tenemos que poner en práctica algunas medidas imprescindibles.
Todos necesitamos tener todos los días un poco de tiempo propio, un espacio temporal que solo nos pertenezca a nosotros. Fijaros que incluso la tontería del tiempo que pasamos en el servicio si lo sabemos aprovechar, es suficiente para desatascar. Debemos tener un rincón propio, esto es fundamental para seguir vivos de verdad.
Pero de vez en cuando hay que hacer labores más profundas.
Necesitamos borrar el efecto memoria y cambiar de aires, de personas durante unos días, de lugares durante un pequeño tiempo. Es suficiente incluso para notar la falta de lo que se tiene y que no se valora. Nada hay que ponga más en valor nuestra propia vida, que no disponer de ella durante unos días.
Nuestra vida está llena de colores, sabores, olores que no notamos, pero que si desaparecen unos días, si que se nota su falta y sobre todo su recuperación.
Separarnos unos días de nuestra propia vida sirve además para darnos cuenta de que hay otras vidas, de que podemos elegir quedarnos o marcharnos, de que seguimos vivos y con libertad y no atados a una sola vida.
Elegir seguir, es algo que nos da valor, si es algo que realmente es seleccionado, de entre diversas opciones.
Y si no tiene distintas posibilidades, debes buscarlas, aunque solo sea para saber que existen y que si quieres, puedes.