28.9.11

Diferencias entre depresión y ansiedad

En la misma medida en que podemos decir que no hay un solo tipo de depresión ni una sola forma de ansiedad, podemos señala que muchas veces van asociadas las dos enfermedades de alguna manera en algunas personas, sin saber bien por qué se asocian estas dos enfermedades que en principio hasta parece antagónicas.

La depresión es una variación importante de nuestro estado de ánimo, con abandono de las ganas de vivir, de trabajar, de incluso mantener una higiene correcta, acompañada de apatía, desgana, insatisfacción por lo que hacemos o por lo que nos rodea. Nuestra energía es muy baja y nos aumenta la trsiteza sin un motivo claro.

La ansiedad en cambio es un estado de excitación que se une a posibles taquicardias, sensación de asfixia, falta de aire al respirar y mareos, cansancio mental y físico, dolor del estómago como por gases, sudoración fría, inquietud, falta de sueño y miedo a no poder llevar una vida normal al pensar que en cualquier momento va a suceder algo que no se podrá controlar. Pánico a situaciones en las que la mayoría de las personas no sienten nada.

Son problemas distintos, que a veces los sufren a la vez las mismas personas y que incluso a veces llevan tratamientos muy parecidos. Pero insistimos, son problemas diferentes que asociado se conoce como síndrome ansioso depresivo. Todas las técnicas de aprendizaje para cambiar comportamientos, para reaprender a respirar, a relajarnos, a entender nuestros síntomas, sirven por igual para los dos problemas.

Todos tenemos ansiedad y depresión en algunas fases de nuestra vida. Es incluso positiva la ansiedad, si está controlada y en un volumen bajo acompañada de un motivo delimitado en el tiempo. Pero cuando algo se convierte en crónico o con una potencia invalidante para llevar la vida anterior, hay que consultar al especialista médico, para tratar los problemas y resolverlos.

27.9.11

La importancia de la escritura personal, de los diarios, para conocernos mejor

Alguna vez nos han comentado los beneficios de la escritura, de la auto escritura personal, de los diarios o de las cartas íntimas, incluso para mantener una salud mental aceptable y feliz. Debemos valorar sin duda, que escribir puede ser un acto creativo pero a su vez, un ejercicio de vacío mental y una acción personal de enfrentarnos a nuestra realidad, mirándonos en el espejo de la página en blanco. Escribir es bueno siempre, pero cuando hay problemas, nos puede ayudar a poner en orden las ideas, la frases que nos atormentan.

Es importante hacer un ejercicio de terapia de grupo en solitario y gratuitamente, simplemente escribiendo nuestros pensamientos y repasarlos luego. Podemos guardarlos o simplemente podemos después romperlos. El beneficio de la escritura ya está hecho. No es un sustituto completo de ninguna otra forma de terapia, pero sin duda ayuda a conocernos más y a encontrar soluciones personales a nuestros problemas, si sabemos ser sinceros con nosotros mimos.

Escribir ayuda a poner en orden las ideas, a dar valor a unas enfrente a otras, sirve para encontrarnos con una percepción de la realidad que tal vez reflejándolo en una hoja en blanco se organiza de otra manera y de esta forma repensar las situaciones, darles el valor que realmente tienen. Puede suceder que se nos amontonen temores, miedos, dudas, y que a la hora de la verdad, una vez pulidas sobre un papel, puestos todos en orden, veamos que no son para tanto, que los podemos admitir y dominar con más facilidad de lo que pensábamos cuando están todas estas ideas desordenadas en nuestra mente y por ello nos atormentan más de lo que deberíamos.