29.9.11

La resiliencia como actitud muy positiva ante los golpes de la vida

La resiliencia es un conducta muy positiva que debemos tomar todos en alguna ocasión de la vida, cuando tras un caída en nuestra vida personal, nos toca levantarnos y seguir viviendo. Un duelo, un despido, una enfermedad grave, un divorcio, la separación de un hijo por problemas, un asunto legal grave son situaciones de caída personal en los que la resiliencia es la mejor de las decisiones posibles.

Nuestra propia capacidad para resistir golpes y tras ellos levantarnos de los traumas que nos producen y seguir construyendo vida positiva, es muy alta. Pero también es cierto que no siempre es sencillo tener esa capacidad de resiliencia para saber sobreponernos con rapidez de nuestro dolor emocional.

Es necesario SIEMPRE agotar el periodo de duelo, de dolor, pero a ser posible en el menor tiempo posible y sin que nos deje excesivas heridas. Saber sobreponernos y entender que lo inevitable también puede ser positivo. Salir incluso fortalecidos de un trauma es demostrarnos a nosotros mismos que somos capaces de dominar lo malo y sacar conclusiones positivas. Salir de un trauma desde la resiliencia es crecer hacia la excelencia personal e incluso profesional.

Siempre hablamos de la resiliencia como una decisión personal para saber salir de los traumas, pero las empresas también son organizaciones con vida propia que deben saber sobreponerse ante sus propios traumas, empleando el positivismo de la resiliencia, para salir fortalecidas de sus golpes duros, de sus fracasos, de sus fallos inevitables.

Hay dos fases importantes en un proceso de resiliencia personal. Que el golpe duro de la vida no te destruya, que no te deje muchas heridas graves y después una segunda fase en donde sacar conclusiones positivas de esos estados duros, para saber aprender de ellos y plantearte una vida más eficaz, más feliz.
No es resiliencia si tras un periodo de duelo, de dolor, de sufrimiento, no hemos salido aprendiendo y construyendo cambios personales que nos hagan más duros pero a la vez más felices. Sin este segundo periodo simplemente será un estado en el que habremos vencido el periodo de duelo, pero no habremos aprovechado el cambio para salir más fuertes y libres, más felices y duros.

Los países emergentes cuidan la educación mientras España la ningunea

En el sur de China, en una isla se ha ido construyendo un gran centro de alta calidad en la educación que acoge en su interior hasta 10 universidades en las que estudian 120.000 alumnos. Fue construido todo este gran centro de educación en un año y medio y cuenta con una línea directa de metro con la ciudad cercana de Cantón (Guangzhou). Este gran centro educativo sido dotada con la más avanzada tecnología de la información, con laboratorios de última generación, con espléndidas bibliotecas y con un estadio olímpico para practicar deporte. Además se han creado en su interior 50 centros de investigación dedicados a áreas punteras del management, las tecnologías de la información, la medicina o ingeniería. Este es un ejemplo claro que nos señala de manera visible cómo todos los países emergentes están invirtiendo gran parte de su superávit económico en formar profesionales muy cualificados. Algo que no hicimos desde algunos países de Europa, cuando nuestras economías iban bien.

Si analizamos nuestra formas anteriores, el puesto de trabajo parecía ser una cuestión de calidad o coste. Existían unas instituciones educativas en Occidente que eran las encargadas de proveer de materia gris a las grandes empresas sobre todo en los países occidentales, y existía en el mercado laboral unos países con una baja y mala legislación laboral sobre todo en Asia o Iberoamérica que encontraban su hueco en el mercado gracias a mano de obra masiva y barata. Sin embargo, esa situación está cambiando radicalmente, por una parte los europeos ya no tienen tan seguro un puesto de trabajo y además las economías de países emergentes están creando sistemas educativos de alta calidad para dotar sus mercados de trabajo de grandes especialistas que además pronto invadirán de alguna manera las empresas occidentales. “Estamos asistiendo a un incremento muy rápido de la capacidad de los titulados asiáticos para ocupar puestos de gran responsabilidad empresarial.