17.10.11

Trucos para ayudar a los niños a comer más verduras

Es posible que tenga con sus hijos problemas con ciertos alimentos, incluso que sean niños difíciles que no desean comer fácilmente en ninguna condición. Es algo habitual en todas las casas con niños pequeños. Pero se debe consumir verdura y legumbres varias veces a la semana y es complicado convencerles de sus efectos positivos, sobre todo con las verduras de color verde.

Un pequeño truco es intentar que el niño participe en el proceso de compra y de preparación en la cocina de los alimentos. Imaginemos unas judías verdes. Acudamos un día en concreto con el hijo a comprar exclusivamente esta verdura, y una vez en casa limpiemos la verdura con él, dependiendo de la edad con cuchillo o a mano y demos la oportunidad de que sea él quien la cocine, controle el tiempo de cocción y vea la transformación de una verdura en un alimento. 

Una vez cocida ofrézcale tres oportunidades de tomarla en el plato. Refritas con ajos. Con aceite crudo y unas gotas de vinagre. O con un poco de tomate frito por encima. O incluso por qué no, dígale de hacer ese día una cata de judías verdes con dos posibilidades de presentación.

El niño entenderá la alimentación de otra manera, más participativa. Y esta misma idea puede servir para algunas legumbres, arroces, puré, pescado, sopas. Poco a poco verá como ser participativo sirve para comer más y mejor, y sobre todo sin tantos nervios.

Por cierto con os puré de verdura verde, añada zanahoria que conseguirá un sabor final algo más dulce y no olvide de colar para que no tenga trocitos que muchas vces producen asco a los niños.

“Más Platón y menos Prozac” no es un grito, aunque sea una recomendación

“Más Platón y menos Prozac” es el título de un libro de Lou Marinoff como conocéis. No es un grito ni una recomendación, que tal vez también.

Se inspira en casi todos los más grandes filósofos y filosofías de la historia del mundo para enseñarnos a controlar los aspectos más importantes de nuestra vida. Trata sobre los problemas habituales como la manera de llevar las relaciones amorosas, de vivir con ética, de prepararse para morir, de enfrentarse a un cambio profesional y de encontrar sentido a la existencia. En lugar de ofrecer enfoques pseudomédicos orientados a las patologías o proponer superficiales principios propios de la New Age, este libro presenta una sabiduría puesta a prueba por el tiempo y adaptada específicamente para ayudar a vivir con plenitud e integridad, en un mundo que cada vez resulta más desafiante. 

Lou Marinoff plantea la utilidad de la filosofía como conjunto de saberes de sanación de las patologías individuales y sociales que en el mundo posindustrial acosan al género humano. Para él la filosofía contiene un acerbo histórico con un potencial de terapia incalculable. Recurrimos enseguida a las pastillas como remedio más rápido y sencillo, cuando en realidad produce más efectos que seamos nosotros mismos los que tomemos las riendas de nuestros problemas, los entendamos lo mejor posible y seamos capaces de buscarles respuestas y soluciones.

Ya, lo sé, no es fácil, pero es más eficaz que las pastillas, que son necesarias cuando los problemas se convierten en enfermedad, pero que hay que intentar precisamente que nuestras formas de entender la vida no se conviertan primero en problemas y luego en enfermedades de complicada solución. Platón o Sócrates nos pueden ayudar desde su distancia a entender los problemas que de siempre han castigado a la sociedad, a las personas.