18.10.11

Ahora se dan cuenta de que la F.P. necesita mejorar en España. ¿No es tarde?

Desde el Ministerio de Educación, a pocas semanas de marcharse a casa, se nos dice que se necesitan 200.000 plazas adicionales de Formación Profesional; que en 10 años España necesita hasta 3 millones de nuevos titulados en FP. E incluso señala en qué familias profesionales son necesarios un aumento claro, avisando de un vacío de 115.000 plazas nuevas para formarse en profesiones relacionadas con el sector de distribución y transporte, otras 60.000 en servicios; 12.000 en el sector manufacturero; 11.000 en la construcción; y 2.000 en el sector primario.

La pregunta es obvia ¿ahora nos damos cuenta?, ¿en serio que estos números y estas familias profesionales son las que hay que aumentar en España para el siglo XXI?

La gestión de estos 8 años de gobierno socialista ha tenido sus luces pero sin duda también, sus sombras. Y la formación, la educación, ha sido una de ellas. Querer el PSOE resolver ahora lo que ya no tiene remedio, lo que tendrá que cambiar un Gobierno del PP, nos guste o no nos guste que sean ellos los que gestionen las reformas, es para despistar.

Efectivamente la F.P. en España está mal gestionada. No ahora sino desde hace algo más de un par de décadas, cuando tras dar el salto en calidad desde la casi nada, no supo sentar las bases para el medio plazo, que sirvieran para darle agilidad, crear unos grupos de profesores profesionales de alta calidad y dotarla de una adaptación constante a las necesidades profesionales del mercado laboral de calidad.

¿Tan difícil es copiar lo que se hace en otros países europeos?

Sobre ETA y la Conferencia de Paz del País Vasco

Debo decirlo incluso con intranquilidad y desde el sosiego personal. No me ha gustado el comunicado emitido por la Conferencia de Paz Internacional del País Vasco. Creo que demuestra no conocer la realidad el conflicto, la base histórica del terrorismo, el momento actual de la situación e incluso lo que necesita la sociedad vasca para cerrar un capítulo sangriento pero sobre todo —y lo siento por las víctimas— rompedor contra su misma esencia de sociedad.

Para estos caminos sobraban alforjas y sobre todo parafernalias. No es tampoco entendible que se escenifique un comunicado de una presunta Conferencia de Paz en una pocas horas, como si la solución fuera tan sencilla como “ahora vengo yo, que soy famoso, y en una consulta de médico os resuelvo el problema de décadas”.

Una Conferencia de Paz Internacional para el País Vasco que sea sensata y prudente necesita poso, días, análisis de todas las partes, mucho tacto inteligente, conocer el terreno, escuchar a todos, hablar con más todavía, ofrecer soluciones reales para el momento y que sirvan para la historia.

Estas oportunidades, válidas, serias incluso, si se pierden, hacen un daño importante al conflicto y a sus posibles soluciones históricas. Claro, que también pueden servir para que quien tiene que rendirse, salve la cara y se apoye en unas peticiones como su elemento decisivo para dar pasos en busca de la paz.

Si, he dicho rendirse con toda la responsabilidad de la palabra.

ETA tuvo su momento de negociación, de gestión por las regulares de un conflicto tremendo. Tuvo el momento de reconocer errores y emplear la benevolencia política para en una mesa sentar las bases de una solución. Pero con la T4 estropeó toda posibilidad de demostrar inteligencia política. Y ahora toca el siguiente paso, que es rendirse.

Lo que nos debe importar a todos es la sociedad vasca, su futuro y su historia. Necesita sobre todo cerrar heridas, encontrar sendas de concordia, intentar olvidarse lentamente de la sangre y de los destrozos. Creo que la sociedad vasca, va en un camino por delante de la Conferencia de Paz de ayer. Y eso es gratificante y esperanzador. Ahora toca mover comunicados a ETA, pero a toda la ETA posible. Al resto nos toca esperar y seguir confiando en la sociedad vasca.