12.1.13

Zaragoza va camino de convertirse en Madrid, en sanidad privatizada

En Zaragoza nos están convenciendo que es mucho mejor llevarse todos los análisis clínicos al Hospital Miguel Servet por operativo y económico. Mentira sin saber todavía el tamaño de esta. Y se han llevado ya; cerrando la unidad del C. E. Grande Covián, todo el servicio de la margen izquierda. Es mentira o verdad, por que la cifras se pueden decir de muchas maneras. Por ejemplo un análisis de sangre en el Grande Covián costaba al SALUD un 50% menos que ahora en el Miguel Servet, simplemente porque todas las maquinarias y herramientas del Grande Covián ya están más que amortizadas y las del Miguel Servet no.

Pero sin entrar en batallas económicas y contables resulta desesperanzador que en Madrid el mismo sistema nos haya llevado a todos a contemplar el espectáculo teatral de que el mismo señor Güemes que privatizó los análisis en Madrid con los mismos criterios que en Zaragoza, ahora esté detrás de la empresa que al final se ha hecho con la privatización del servicio, una vez que antes y de forma pública se haya juntado todo en un mismo paquete para hacerlo rentable, amortizarlo y venderlo a pesetica el cacho.
La empresa para la que trabaja Juan José Güemes —en el Gobierno de Madrid entre 2008 y 2010— compró en noviembre pasado el 55% de la UTE (unión temporal de empresas) que realiza los análisis clínicos de seis hospitales públicos. Se da la circunstancia de que Güemes formaba parte del Ejecutivo madrileño cuando se adjudicó esta concesión administrativa, que suponía la privatización de los laboratorios clínicos que atienden a 1,2 millones de habitantes. Güemes abandonó el Ejecutivo de Esperanza Aguirre en marzo de 2010, año preelectoral, para dedicarse a la empresa privada.
Si estos precedentes no son como para ponerse a temblar, si los máximos gerentes del SALUD de Zaragoza o de Aragón los hemos traído desde zonas en las que el PP ya gobernaba como cortijitos de ajedrez, pues a uno se le revientan las entrañas y se pone mosqueado.

Once consejos de sentido común para ayudarnos

Este es un blog de autoayuda, pero creo que es obligatorio que dentro de la autoayuda hay excesiva carga de “moda”, de falsedad en busca del beneficio fácil, de ciencias ocultas que emborronan las buenas acciones, de planteamientos filosóficos sin excesivo sentido que se basan en corrientes ya caducas. Dejamos a continuación algunos apuntes de sentido común.

Debemos crecer en autoestima, pero para querernos debemos pensar si estamos haciendo lo suficiente para que los demás también nos quieran a nosotros. Simplemente por que es fundamental para nuestra autoestima, que los demás también nos quieran. Parejas, familiares, amigos. ¿Les mostramos nuestro mejor YO? ¿les queremos también a ellos?

Si los demás no nos quieren o incluso nos desprecian, debemos pensar que igual no estamos haciendo todo lo posible para evitarlo. Y me intento explicar algo mejor. Hay que analizar los datos sobre quien es el que no nos quiere, intentar ponernos en su puesto y adivinar por qué les producimos rechazo. No se trata de adaptarnos a ellos, sino de analizar cómo nos ven y revisar si algo tenemos que cambiar. Nosotros somos los más importantes, pero es bueno saber si tenemos errores.


No intentes ser —por que sí— lo que quieras ser. No sirve con solo desearlo. Hay que analizar si realmente vales, si es interesante para tu vida y si vamos a ser capaces de trabajar duro para conseguirlo. Si simplemente lo deseas o te lo ponen muy fácil, el sentido común nos dice que las posibilidades de hundirte y no lograrlo son muchas. Hay que ir despacio y prepararse muy bien para ser el mejor.

Oriente nos enseña muchas formas de vida más calmada, más tranquila, más lenta y meditada. Cree en ella, seguro que te ayudarán. Pero adaptadas a tu forma de vida. Sirven para que seas mejor pero es más complicado que sirvan para cambiar el mundo actual. Consume menos, analiza el tipo de productos y si los necesitas. Piensa que muchas otras personas tienen que subsistir con muy poco y que es posible que ellos si sean felices en su mundo diferente. La felicidad no depende del consumo.

Medita, busca todos los días un espacio tranquilo, dedícate al menos 5 minutos a pensar, a meditar sobre la marcha de tu vida, del momento presente, de cómo mejorar.

La naturaleza tranquiliza, es volver sin darnos cuenta a nuestros ancestros. Abraza a un árbol, mira de cerca unas hierbas, juega con un perro de compañía, cuida un pequeño huerto en macetas, aprende a conocer las distintas hierbas aromáticas o de cocina.

No te creas que un sabio te va a poder curar o encauzar tu vida con unas buenas palabras. De poder hacerlo, estarás en sus manos. Tendrás que volver siempre a buscarlo. Siempre tendrás que ser TU quien logre vencer los miedos, los errores, aprovechar los consejos. El importante eres TU y quien gane las batallas serás TU.

Ni los extraterrestres, ni los mayas o los indios Cheyenne, podrás resolver tus problemas, ni serán capaces de aconsejarte de verdad sobre tus problemas. Ellos no entienden del siglo XXI, de los problemas actuales. Incluso no tenemos suficientes datos como para saber si de verdad han dejado suficiente material interesante para resolver dudas o problemas, en caso de existir.

Seamos sinceros aunque duela. Los difuntos están desaparecidos. No han vuelto nunca. No existen más que en nuestro recuerdo y a veces ni eso. No es verdad que hablemos con los muertos, que los veamos, que nos ayuden. Somos nosotros mismos, nuestro interior con el que hablamos, con los que nos apoyamos o no. Los fallecidos, desgraciadamente, no están entre nosotros. No es posible que alguien que se diga con poderes especiales, logre hablar con ellos y en cambio la inmensa mayoría no tengamos nunca ningún dato. ¿De verdad que un fallecido va a quererse poner en contacto con alguien a quien no conoce y en cambio no sería capaz de intentar hablar directamente con nosotros?

Intenta no soportar tanto peso sobre tus espaldas. Delega parte de tus responsabilidades o trabajos. Cuenta con los demás para que te ayuden. Si te cargas de más trabajo o responsabilidad de la que pueden soportar, tu hundirás. Y recuerda que cada uno de nosotros somos capaces de soportar un peso distinto. No podemos compararnos con nadie.

Mira, con sinceridad, el éxito SI importa. Ser el mejor y que te lo reconozcan en lo más maravilloso del mundo. Luego tu, administras el éxito como te de la gana, pues nada hay mejor que regalar y entregar a los demás. Pero que no nos cuenten nunca que el éxito no sirve para nada. Otra cosa diferente es administrar nuestras fuerzas y saber hasta donde podemos y debemos entregarnos para lograr el éxito. Por ello hay que prepararse muy bien en especializarnos en algo que nos sirva para ser los mejores sin tener que hacer un enorme esfuerzo.