11.2.23

Modelo 77. Lo que no nos dejaron hacer en la Transición


Sufriendo con la película Modelo 77, de Alberto Rodríguez, que está nominada en 16 categorías a los Premios Goya en un año muy complejo pues han salido tras la pandemia excelentes películas españolas en todos los campos narrativos, uno se reafirma en que durante la Transición española se hizo lo que se pudo, y mucho más de lo que nos dejaban los que mandaban. 

Esta película excelentemente dirigida e interpretada, Modelo 77, habla de las cárceles en el inicio de la Transición española, desde la dictadura a la democracia.

Cuando en estos tiempos actuales escucho o leo críticas al modelo de Transición que se tuvo que hacer en España en los años 75 a 85, no sabemos ni mirar ni entender desde qué punto se partía, qué poderes escondidos y con gobernanza brutal, dominaban los primeros años de aquella Transición. En las cárceles, en la economía, en la policía, en los poderes escondidos.

Claro que no nos gustaba lo que se podía hacer, claro que nos dábamos cuenta que no se estaba logrando lo que se necesitaba y de que todo iba mucho más lento de lo que deseábamos. Éramos jóvenes, pero no éramos tontos.

Pero seguíamos dominados por una policía brutal y asquerosa que todavía hoy se pasean por nuestros barrios aunque ya estén jubilados. 

Y por unos políticos que intentaban hacer pero no siempre podían o sabían, pues además de jóvenes no habían mamado la democracia como sucede ahora. 

Se mataba en la calle a estudiantes, se asesinaba a los abogados críticos con la extrema derecha, teníamos a una ETA y un GRAPO que jugaban a matar, se constituyeron varios Golpes de Estado del que solo uno salió a la luz.

En aquellos años se hizo lo que se pudo, y comparar aquellos años con estos, aquellas opciones con las que se debería disponer hoy, es ser además de torpes, poco respetuosos con el pasado y con los que en aquellos años teníamos de 20 a 35 años y hoy o están muertos o somos unos jubilados cansados.

Ver la película Modelo 77 ayuda a comprender que aquellos años fueron durísimos. Ahora en 2023 deberíamos cuidar de que nunca más vuelvan aquellos años, algo que en los años 70 y 80 no teníamos nada claro. ¿Y ahora, somos capaces de lo que algunos desean intentar de nuevo?


10.2.23

Desnudo en el teatro de la España de 1975


La censura era una constante en tiempo de todas las dictaduras, pero algunas permiten cierto grado de erotismo, de desnudos incluso, ellos podrían explicar mejor los motivos. Y en España sucedió lo mismo hasta el año 1975.

El primer desnudo que se produjo en el teatro español, todavía durante la Dictadura aunque ya en sus estertores pero permitido por la censura, se produjo el 15 de octubre de 1975, con la obra Equus del autor teatral Peter Shaffer, reconocido dramaturgo inglés que la había estrenado en Londres dos años antes y y dirigida en España por Manuel Collado.

En total y en esa primera época la obra Equus se representó en Madrid en 238 ocasiones y en Barcelona 53, con gran éxito de público y de crítica. 

La obra de teatro es dura, se ha vuelto a representar varias veces después de aquellos años en diversos teatros españoles, y narra la vida de un chico enamorado de los caballos y una chica que desea relacionarse con él y con los caballos, pero el hombre fracasa en tener una relación de amor con ella y castiga a los caballos en un proceso duro que no quiero terminar de contar.

Los casi 168.000 espectadores vieron por primera vez en un escenario los pechos desnudos de una mujer, en este caso los de la actriz María José Goyanes y al actor Juan Ribó, con la naturalidad de una escenografía lógica y bastante básica, dramática y además rodeados del público, pues el escenario se introducía en la zona de las primeras filas de butacas, girando el escenario según lo necesitaba el desarrollo de la obra, con la naturalidad que requería la historia contada entre caballos desnudos que eran representados por actores y una pareja de jóvenes que buscaban el amor.

La nota de la censura lo decía muy claro en el año 1975. El personaje masculino permanecerá el mínimo tiempo que sea posible, mostrando el sexo. 

Y que los desnudos se produzcan con la misma limpieza que se ha visto en los ensayos. 

Hay que advertir que en la primera representación no se desnudaban totalmente y salían con un pequeño slip del color de la piel, y que la fuerte luz deslumbraba parte de la escena. 

Pero un tiempo después ya salían totalmente desnudos en algunos instantes tal y como se estaba representando en Londres. 

Aun así y siendo totalmente justo que el desnudo formara parte de la obra por su temática, en aquellos años tanto el teatro como el director y sobre todo la actriz María José Goyanes recibieron amenazas y ataques absurdos, llegando a ponerse algún pequeño artefacto en el teatro.