18.5.25

España y los votos de Eurovisión ¡¡Uff!!


Que en España el TeleVoto en Eurovisión le otorgue los 12 puntos máximos a Israel con la que está cayendo, es un claro ejemplo de manipulación física y mental.  La manipulación es un ejercicio maravillosamente bien repartido, puede afectar a todos los lugares.

Ayer me ofrecían una pasta de marca a un precio más barato que hace unos días. ¡¡Había bajado de precio!! Mentira, había bajado de peso, ya no era medio kilo el paquete, eran 400 gramos.

Que el voto desde España, gastándose un dinero en llamar, premie a Israel en Eurovisión es de premio a la estulticia de lo consentido. 

Tras casi 60.000 muertos en Palestina y con todo lo que estamos viendo, es un drama que se le permita como país participar en un acto cultural europeo, es una vergüenza que se prohiba a TVE opinar en sus propios espacios que se dan en la televisión para España y no se le deje hacer comentarios y se le obligue a estar callada.

Pero que los que en teoría parecen los ciudadanos españoles votando se premie a Israel es la manipulación soterrada más tremenda. Todos callados.

Los WhatsApp que ayudan a los protagonistas


Uno de los grandes inventos de este siglo XXI es la práctica de la manipulación y mentira sin que se note. Hemos afinado tanto y aprendido tan bien el noble Arte de Mentir, que ya no necesitamos mentir para disfrazar la verdad.

Podría poner decenas de ejemplos cercanos o alejados de nuestras fronteras. Os las podéis imaginar todas. Si tenéis duda de algo…, es mentira, es manipulación. Incluso sobre aquellos temas sobre los que pensamos que es imposible que sea mentira.

Una mentira bien limpia, decorada, perfumada y con una buena mano de pintura puede ser positiva aunque parezca una barbaridad. Y en ella caemos casi todos, incluidos los medios de comunicación. 

Se venden correos de WhatsApp como si fueran el Fin del Mundo, cuando en realidad lo que se dice en ellos, en los que conocemos por su publicación, no ofrecen nada nuevo. 

Ligeras subidas de tono coloquial, pero que nos lleva a pensar en el subconsciente, que si eso es todo, en realidad no es nada.

Parece un juego diseñado por los mismos que hablan en esos mensajes, para quedar bien y salirse de la tangente. Un buen ejercicio de publicidad que parece negativa pero que en realidad y de momento, es positiva.