Sin duda en las personas con depresión, uno de los primeros placeres que se pierde es el del sexo, el deseo sexual. Y nos daría igual la edad de las personas, pues en todos los casos sucede igual, y el sexo en cualquiera de sus variables es muy necesario a cualquier edad.
Una persona con depresión pierde el gusto por la vida y con ello por el sexo, y además, para añadir más problemas, casi toda la medicación que existe para la depresión afecta negativamente al sexo.
Los médicos, sobre todo los psiquiatras, deben intentar resolver este problema, tanto de manera médica, con viagra o similares, como con terapias psicológicas y de pareja.
Con cada problema sexual de un deprimido que viva junto a otra persona, hay un problema de pareja en donde es muy posible que al menos una persona sufre el problema con deseos sexuales no cumplidos.
La pareja se puede resentir en su relación si falla la relación sexual por problemas de depresión o por la medicación, por ello hay que intentar resolver este problema con urgencia.
El sexo no siempre es penetración o coito en el sentido más utilizado, sino también caricias, masturbación solitaria o no, contacto físico y psíquico.
Por encima del sexo debemos conseguir que exista relación de contacto entre las personas, pues nada puede hacer más daño a una persona deprimida, que perder la relación con las personas.
Debemos tocarnos más. El amor no es siempre penetración.